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Carmena sopesa cesar a Zapata por los tuits porque “el humor tiene límites”

PP, PSOE y C's piden el cese de un concejal de Cultura de Madrid por unos tuits injuriosos

Zapata, en Madrid.Foto: atlas | Vídeo: video: ATLAS / CLAUDIO ALVÁREZ

Los comentarios publicados en Twitter hace años por varios concejales de Ahora Madrid, en los que vertían amenazas e injurias a judíos y víctimas del terrorismo, según los autores en tono jocoso, han desencadenado una crisis política de envergadura a Manuela Carmena tan sólo horas después de ser elegida alcaldesa de la capital. El PSOE, que sostiene con su apoyo a Carmena, exigió esta mañana el cese del recién nombrado edil de Cultura, Guillermo Zapata, por sus tuits de 2011.

Carmena prefirió callar todo el día, pese a realizar por la mañana una visita a un mercado social. Preguntada por EL PAÍS sobre si tenía previsto cesar a Zapata, avanzó que tendría que hablar con él mañana. Horas después, en La Sexta, apuntaba más claramente la posibilidad de destituirle por sus tuits: “Tengo que hablar con él primero y vamos a reflexionar, el humor negro no puede ser cruel. Quizá lo tengo claro ya, tengo una idea, una sensación de lo que hay que hacer, pero las decisiones tienen que ser meditadas, no pueden ser corazonadas”.

Los límites del humor negro

Sí quiso marcar diferencias entre Zapata y Pablo Soto, concejal de Participación Ciudadana, que también ha publicado tuits injuriosos en el pasado. “Son dos cosas diferentes, el caso de Zapata tiene que ver con una defensa del humor negro cruel, que me preocupa. El caso de Pablo es distinto, está absolutamente arrepentido".

“Necesitaré una guillotina, una plaza pública y a Gallardón”

CONSTITUCIÓN AYUNTAMIENTOS
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Pablo Soto, concejal de Participación Ciudadana y Transparencia del Ayuntamiento de Madrid desde el pasado sábado, escribió en Twitter en 2013 sobre el entonces ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón (PP): “Y para mi próximo truco, necesitaré una guillotina, una plaza pública y a Gallardón”. A continuación, añadió en otro mensaje: “Yo no puedo aseguraros que por matar y torturar a Gallardón se vaya a cambiar toda esta historia, pero por probar no perdemos nada”.

En conversación telefónica con EL PAÍS, Soto —de 36 años— se mostró hoy “avergonzado” por sus comentarios: “En el momento en el que los escribí no tenía mucha proyección pública, y tampoco soy muy habilidoso con el humor negro; ahora los leo y digo ‘¡madre mía, qué burradas!’.

“Es una equivocación que puede ofender a mucha gente, sobre todo a los que no me conocen. Pero intentaré aprender de esto, con mucha humildad y reconociendo que somos gente normal, que nos equivocamos”, añadió Soto, desarrollador informático y miembro de Podemos.

“Una primera actitud de pedir perdón me parece muy importante, tengo que hablar más con él, valorar lo que significa que en el pasado haya tenido esa actitud y sí con esa actitud puede ser concejal de Cultura”, aseguro la alcaldesa sobre Zapata. Muy diferente es su posición frente a Soto: “Es importante ver que lo hizo cuando era un activista vinculado a procesos de indignación, es una persona que ha cambiado su actitud y ahora tiene una actitud institucional que no tenía antes. Le conozco, ha pedido perdón y va a pedir poder explicar a la sociedad como ha tenido una evolución en su planteamiento político. Es muy joven, llego a la política vinculado a esa indignación que generó el 15-M… Todos tenemos un pasado, una persona puede cambiar y tener unas ideas en un momento y otras en otro. Es un orgullo de todos haber conseguido llevar a la instituciones y a los cauces profundos y democráticos a personas que se sentían fuera, lo hemos visto en el País Vasco”.

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En una entrevista en Contexto publicada esta noche, Carmena aseguró: “La vida política tiene estas cosas. La forma de actuar habitual es buscar la desautorización del adversario, la confrontación, y se generan estos problemas”. Y añadía: “Soy partidaria de que el humor, por muy negro que sea, tiene que tener siempre una limitación pensando en el dolor que puede producir a las víctimas. Creo que el humor tiene que tener límites y eso me preocupa. Y de eso tenemos que hablar”. Carmena consideró “razonable” la respuesta del PSOE, en el que ve una “lealtad” que no cree que este incidente ponga en duda.

Una candidatura muy heterogénea

Carmena fue elegida en marzo en primarias como cabeza de la lista de Ahora Madrid, la formación creada por Podemos, el movimiento social Ganemos y un sector de Izquierda Unida. La exjueza se puso al frente así de 56 personas, de las que ella sólo había elegido a una (Marta Higueras, hoy primera teniente de alcalde).

Provenían de Podemos (Rita Maestre o Pablo Soto, por ejemplo), de Ganemos (el propio Zapata o Celia Mayer), de IU (Jorge García Castaño o Mauricio Valiente), de Equo (Inés Sabanés) o de organizaciones sociales (Nacho Murgui). Y si su procedencia era diversa (siempre, eso sí, de la izquierda más a la izquierda), su experiencia política lo era aún más: mientras García Castaño, Valiente o Sabanés habían sido ediles, parlamentarios autonómicos o diputados, por ejemplo, otros muchos, la mayoría, carecían de bagaje en las instituciones.

El sábado, tras ser investida alcaldesa con el respaldo del PSOE, Carmena celebró su primera junta de gobierno y nombró al equipo que dirigirá la ciudad desde hoy. Zapata, novelista y guionista televisivo de 35 años, fue designado concejal de Cultura. Soto, desarrollador informático, se hizo con el área de Participación Ciudadana. Apenas horas después, trascendieron sus comentarios pasados en Twitter.

Silencio de Podemos, habla Monedero

Carmena fue casi la única que calló en esta crisis. El número dos del PP municipal, Íñigo Henríquez de Luna, aseguró por la mañana: “No hay perdón que valga, esos tuits no son humor negro sino apología del antisemitismo y el terrorismo. Denotan la catadura moral de un personaje radical y cruel. Carmena debe destituirle de inmediato y pedirle que renuncie al acta”. Horas antes, su líder, Esperanza Aguirre, afirmaba en Twitter: “Si Carmena no exige a Zapata su inmediata dimisión, será cómplice de sus barbaridades”.

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Henríquez de Luna hizo extensiva las críticas a Antonio Miguel Carmona: “¿Este es el cambio que Madrid necesita, Carmona?”. El líder municipal socialista requirió el mismo sábado por la noche “una explicación inmediata” a la alcaldesa. Al no recibirla, esta mañana la concejal socialista Mar Espinar pidió también el cese de Zapata “ya que no puede tolerarse una actitud racista”.

Begoña Villacís (Ciudadanos) se unió a esa exigencia, “preocupada” por unos mensajes “de carácter racista”. “Si no son permisibles fuera del Ayuntamiento comentarios intolerantes, racistas o que denoten odio, mucho menos dentro del Consistorio”, explicó.

La Federación de Comunidades Judías de España, Amical de Mauthausen y otros campos y la Fundación Víctimas del Terrorismo y coincidieron en exigir el cese inmediato de Zapata.

Como Carmena, la cúpula de Podemos también evitó pronunciarse sobre esta crisis, a la espera de la reunión de su consejo de coordinación. Pero sí escribió un tuit al respecto Juan Carlos Monedero, fundador del partido y exsecretario de Proceso Constituyente: “Los del Tamayazo, como siempre, siguen enredando. No le hagamos el juego a los del Tamayazo. Van a intentar desestabilizar como sea. Los que no condenan el franquismo”, afirmó en referencia al PP y a Aguirre, informa Francesco Manetto.

Zapata pide disculpas pero defiende su libertad para hacer humor

El humor “hiere”

El concejal madrileño Guillermo Zapata pidió hoy disculpas en su blog por mensajes escritos en Twitter en 2011 en los que, por ejemplo, afirmaba: “¿Cómo meterías a cinco millones de judíos en un 600? En el cenicero”.

"Condeno tajantemente cualquier tipo de racismo y antisemitismo", aseguró. "Twitter es propicio a las descontextualizaciones, los ataques desproporcionados, y las polémicas", añadió. El "contexto" de los tuits era "una conversación sobre los límites del humor y aquello que se puede y no se puede decir en las redes y fuera de ellas. Deriva del despido del director de cine Nacho Vigalondo de El País por escribir tuits con un supuesto contenido negacionista. Mis tuits querían señalar chistes de uso común que son profundamente incorrectos, por eso los entrecomillé". "Han sido recuperados para presentarse como ideas mías, pero que en absoluto defiendo", añade Zapata, que ve "clara intencionalidad política".

Entrevistado por teléfono, Zapata aseguró a EL PAÍS: “Creo que el humor tiene una enorme potencia para curar heridas pero también para herir. Y si algo que hace uno hiere a otra persona, debe pedir disculpas aunque entre en los límites de la libertad de expresión”. Porque, en su opinión, “citar un chiste o manejarse con humor está dentro de esos límites. Lo que uno dice tiene consecuencias, y debe hacerse cargo de esas consecuencias, pero tiene derecho a decirlo”.

Entre esas consecuencias, no se plantea su dimisión: “Es poco razonable decir que una persona que no ha empezado aún a ejercer su trabajo debe dimitir por algo que dijo hace cuatro años en un contexto de humor, y tras pedir disculpas y reiterar que no soy ni racista, ni antisemita, ni proetarra. Hay que dejar que el tiempo largo de trabajo en el ámbito de la cultura decida qué tipo de edil soy”. Y concluye: “Es fácil que no nos entendamos al hacer humor. He cerrado mi cuenta, no quiero que se me malinterprete. Que se hable de mí por mis acciones”.

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