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El PSOE quiere que sus alcaldes sean diques ante Podemos

La formación de Iglesias rechaza el debate entre reforma y ruptura

El socialista Abel Caballero es investido alcalde de Vigo.
El socialista Abel Caballero es investido alcalde de Vigo.Salvador Sas (EFE)

La tarjeta de presentación del PSOE hasta las elecciones generales del mes de noviembre va a llevar la cara de sus alcaldes, de sus presidentes autonómicos y de los dirigentes socialistas que están en la oposición pero apoyaron ayer a los candidatos a alcaldes de las plataformas en las que está Podemos. Los alcaldes socialistas harán una política moderada, de responsabilidad y dentro de la socialdemocracia. Este es su compromiso ante sus secretarios territoriales y de estos con Pedro Sánchez.  

La emoción con la que ayer recibieron los alcaldes socialistas su bastón de mando estuvo impregnado de preocupación por la responsabilidad de gobernar los ayuntamientos en tiempos de austeridad y con el compromiso de poner en marcha políticas sociales de emergencia. No es menor tampoco la inquietud por la evolución de la relación política que han de mantener con los representantes de las plataformas municipales en las que está Podemos. Todo con el horizonte de unas elecciones generales para dentro de seis meses y el hostigamiento del PP que les tilda de extremistas por votar o recibir el apoyo de Podemos.

Cueste lo que cueste, según representantes territoriales, los socialistas “no saldrán de su programa socialdemócrata y reformista”, señala el secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, que en días será el presidente de la Generalitat valenciana con el apoyo de Compromís y Podemos.

Pedro Sánchez, vigilante

Los dirigentes consultados señalan que todos los socialistas saben lo que tienen que hacer. El PSOE, es “un partido de gobierno”, según definición reiterada por sus dirigentes al ser preguntados por cómo manejarán la relación con Podemos. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, sigue estrechamente la situación de los acuerdos en toda España, así como las medidas que empiezan a presentarse. Sánchez se interesó por la agencia tributaria que los socialistas van a poner en funcionamiento en Valencia respecto a la que el Gobierno central anuncia posible recurso de inconstitucionalidad. “Esa agencia está en el Estatuto de Autonomía valenciano aprobado por el PP y solo es para la gestión de los impuestos cedidos para mayor eficacia; ni se rompe la caja única ni se rompe España”, ironiza Puig, con un punto de enfado.

El líder del PSOE ha conversado en distintas ocasiones con Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, para conocer sus planes de primera mano y sigue muy de cerca la evolución de los acuerdos. Ahora cada alcalde y cada presidente trabajará para su institución pero su labor será tenida en cuenta cara a las elecciones generales a las que el PSOE quiere llegar como un partido “que puede gobernar de otra manera al PP”. La necesidad de mantenerse en guardia se da por segura ante la actitud del PP y de Mariano Rajoy de atribuir al PSOE el haber entrado por la senda del radicalismo e incluso llamando “indigno” a Pedro Sánchez. El secretario de Organización del PSOE, César Luena, exigió ayer al PP y a su presidente, “respeto y moderación no solo en su trato al secretario general del PSOE sino por consideración a los votantes”. Donde gobierne el PSOE “habrá estabilidad y ningún radicalismo”, proclamó el número dos socialista. Tampoco se siente cómodo Podemos con las apelaciones a su supuesto extremismo. “Ese debate es falso”, señaló a EL PAÍS Íñigo Errejón, secretario de Política de Podemos. En ningún proceso de cambio, afirma, se elige ruptura o reforma, sino una mezcla de ambos conceptos. Una especie de reforma radical. 

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