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Podemos se enfrenta a una batalla por cómo concurrir a las generales

La dirección defiende ir con su nombre frente a la propuesta de IU y sectores de las bases

Pablo Iglesias, en una imagen de archivo.
Pablo Iglesias, en una imagen de archivo.Claudio Alvarez (EL PAÍS)

Podemos se enfrenta a una batalla interna y externa por cómo conformar su candidatura para las elecciones generales del próximo otoño. La dirección estatal quiere que el partido sea un “paraguas” para todas aquellas fuerzas a las que llama “actores del cambio”, pero rechaza con rotunidad diluir su nombre y su logotipo en la papeleta electoral, en contra de lo que piden Izquierda Unida y otras formaciones. Un sector de Podemos y sus bases, de distinta procedencia política, alientan en cambio un debate para “abrirse al exterior”. Mientras, Juan Carlos Monedero trabaja en una propuesta de convergencia.

Sobre la formación que encabeza Pablo Iglesias sobrevuela un debate que ha acompañado todos los procesos orgánicos desde su nacimiento: el pluralismo interno y la toma de decisiones. Ahora ha vuelto a aflorar a cuenta del criterio de confluencia con otras fuerzas. Un ejemplo consiste en la propuesta defendida por un sector de cargos intermedios que, pese a los numerosos cauces de participación interna, quiso alentar una reflexión, difundiendo públicamente un manifiesto para reclamar mayor "apertura” a otras formaciones y “una candidatura constituyente”.

El plan de la iniciativa Abriendo Podemos defiende que esta apertura “debe tener consecuencias también en el modo” en que la formación concurra a esos comicios, sobre todo tras el éxito de listas de unidad como la de Manuela Carmena en Madrid o Ada Colau en Barcelona. Esta estrategia choca con la hoja de ruta de la dirección, que quiere que Podemos sea “paraguas” de las fuerzas que se quieran unir a su proyecto y descarta, de momento, que en la papeleta electoral figuren otras siglas y logotipos.

Monedero asegura que ese manifiesto "coincide" con lo que Pablo Iglesias y él mismo defienden, y con lo que quieren las bases del partido. "Podemos tiene que ser la fuerza política con la audacia, la inteligencia y el compromiso suficientes como para sumar a todas las fuerzas del cambio en España", subraya Monedero. La otra "realidad incontrovertible" es, en su opinión, que "la gente quiere votar a Pablo iglesias de presidente de Gobierno".

El exdirigente y cofundador del partido defiende que el panorama político actual y la fragmentación de la izquierda obligan a "inventar cosas nuevas" para hacer frente a la oportunidad de cambio, que califica de "histórica". El partido tiene que "ser capaz de sumar la voluntad de transformación", señala. Su propuesta, para ayudar en ese camino hacia la confluencia, incluye una marca evolucionada de Podemos en la papeleta del partido en las próximas elecciones generales. "Podemos-por el cambio", "Podemos-somos mayoría" y "Ahora-Podemos", son los nombres que propone Monedero, según ha asegurado a EL PAÍS. El politólogo plantea estas fórmulas para facilitar, en última instancia, que otras fuerzas políticas y sociales pudieran unirse al proyecto del partido en una eventual candidatura conjunta. Su planteamiento señala unos límites: "Respetar la marca Podemos y el liderazgo de Pablo Iglesias", señaló.

El principal firmante de del manifiesto Abriendo Podemos es el líder del partido en Aragón, Pablo Echenique. Pero ayer acabó cerrando filas con la postura de la cúpula y declaró: “Podemos ha de acudir a las elecciones generales con su propio nombre”. Lo mismo hizo la líder andaluza, Teresa Rodríguez. Los dos dirigentes, encuadrados en el pasado en el sector crítico, consideran un “error” no acudir con la papeleta de Podemos. Lo contrario, afirmó Rodríguez, supondría “no aprovechar un cauce enorme de ilusión que se ha generado”.

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“Actores del cambio”

La dirección de Podemos concede que existe la voluntad de sumar a su proyecto a los “actores del cambio”, sin más concreción. Y si entre las bases y los cargos intermedios se plantea un cuestionamiento a la estrategia, en la dirección no hay fisuras al respecto. Podemos quiere ser un “paraguas” de todas las demás fuerzas y rechaza con rotundidad ser una “balsa de salvamento” de Izquierda Unida, según explica Iglesias. “Los españoles podrán encontrar la papeleta de Podemos con su logo y su nombre en las elecciones generales”.

Mientras tanto, las demás fuerzas de la izquierda, en bloque, quieren forzar al nuevo partido a que esa suma les permita mantener su identidad. Y eso depende, en buena medida, de la fórmula con la que concurran a los próximos comicios y de los liderazgos.

Alberto Garzón, que ayer se reunió con el coportavoz de Equo Juan López de Uralde tampoco está dispuesto a ceder. Ofreció de nuevo a Podemos “generosidad” pero al mismo tiempo le pidió “inteligencia política” para valorar lo que significaría que la izquierda consiguiera ponerse de acuerdo en una candidatura de confluencia. “Estamos ante la posibilidad ilusionante y tremendamente esperanzadora de construir una candidatura de unidad popular con la potencialidad de arrebatarle La Moncloa al bipartidismo para dárselo a la gente”, subrayó.

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