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Sánchez pidió a Rajoy no tramitar nuevas leyes hasta las elecciones

Gobierno y PP reprodujeron sus ataques a la radicalidad del socialista en cuanto reclamó que se diese por acabada la legislatura

Javier Casqueiro
Mariano Rajoy, el pasado febrero en el Congreso.
Mariano Rajoy, el pasado febrero en el Congreso.Claudio Alvarez

La comida que Mariano Rajoy y Pedro Sánchez celebraron el miércoles en La Moncloa fue muy indigesta para el presidente. El líder del PSOE acudió tras exigir públicamente un cambio de políticas, lo que sentó “muy mal” en el entorno del presidente. Ya en persona advirtió a Rajoy de que no tramite más leyes en las Cortes pues da por acabada la legislatura y le anunció que las revocará si gana las generales. Fuentes socialistas matizan que Sánchez reclamó solo parar tres cambios legales y no seguir adelante con la modificación de la ley del aborto.

Ni en el Gobierno ni en el PP quisieron dar ninguna información durante toda la tarde del miércoles sobre cómo había ido el almuerzo de Rajoy y Sánchez en La Moncloa. Apenas confirmaron la cita y poco más. Pero la cita no discurrió bien. Resultó “muy mal, especialmente para lo que esperaba Rajoy”, según confirman fuentes cercanas a ambos dirigentes.

Ya resultó sintomático, por inaudito, que al día siguiente el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, apuntase en La Razón que el comportamiento de Sánchez le había parecido propio de “sinvergonzonería política”. Ayllón admitió este lunes en La Moncloa en una reunión con periodistas que fue “un acto de marionetismo político” que Sánchez ofreciese una rueda de prensa antes de acudir a la comida para pedir cambios en las políticas del Gobierno. Y confesó que, en su criterio, lo peor no fue que demandase otras políticas, sino que convocase a los periodistas para prepararse la cena que tenía esa misma noche con el líder de Podemos, Pablo Iglesias: “Vino a una reunión con Rajoy para ganar puntos para la cena por la noche con Iglesias”.

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El Gobierno puso en marcha el viernes toda su batería de portavoces contra “el radicalismo y sectarismo” de Sánchez. Lo expresó la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, tras el Consejo de Ministros y por la tarde el propio Rajoy en su comparecencia con el jefe de Gobierno de Marruecos, Abdelilah Benkirán.

La línea de ataque se volcó en reprochar al PSOE haber renunciado a la centralidad y la moderación y haberse entregado a los pactos con los partidos emergentes de la izquierda más radical. Así catalogan habitualmente ahora el Gobierno y el PP a Podemos.

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A Rajoy y al PP, además, les pareció muy impropio que Sánchez exigiese a su interlocutor que no debía tramitar ya ninguna iniciativa legislativa más “porque la legislatura ya está agotada” y le avanzase que si lo hacía se encontraría con su total oposición y su decisión de revocar esas hipotéticas leyes si gana las elecciones que aún no están convocadas para finales de noviembre.

Fuentes próximas a Sánchez matizan la versión popular de la reunión. Estos medios niegan que el líder socialista exigiera una paralización de todas las leyes en curso y sostienen que, junto a no amagar con futuras derogaciones, reclamó solo que se paralicen tres modificaciones legales: un nuevo sistema financiero en Baleares, con el argumento del próximo cambio del Ejecutivo regional; la liberalización del sistema ferroviario y reformas en la función pública. Junto a ello, según estas fuentes, Sánchez planteó a Rajoy que renuncie a la modificación que pretende en la ley del aborto para evitar que las chicas de 16 y 17 años puedan interrumpir su embarazo sin el conocimiento de sus padres.

Al fondo están las generales, cuya convocatoria otras fuentes de la dirección del PSOE aún no descartan que Rajoy quiera anticipar para frenar la sangría de votos que aprecian en los populares.

48 iniciativas legislativas en trámite

El Ejecutivo cerró el pasado viernes su balance de iniciativas legislativas posibles de trámitar en esta recta final de la legislatura: tiene 35 pendientes en el Congreso y otras 13 en el Senado. No se presentarán más. Pretende habilitar tres plenos durante el próximo julio, comisiones en agosto y dos plenos en septiembre para sacarlas adelante. El último pleno legislativo empezará el 17 de septiembre y las Cortes se disolverán el 19 o 20 de ese mes

En el PP y el Gobierno niegan en privado que Rajoy tenga pensado anticipar los comicios y argumentan el calado de la inminente remodelación del Ejecutivo, lo perjudicial de hacerlos coincidir con las catalanas y el calendario de sus 48 iniciativas legislativas ya tramitadas en las Cortes. El Gobierno ha impulsado la celebración de tres plenos legislativos en julio, ponencias y comisiones en la Cámara alta en agosto y dos plenos en septiembre para llevar la legislatura a su tope y disolver el 19 o 20 de septiembre.

Lo que el Gobierno, Rajoy y Sáenz de Santamaría intentan al alertar de la deriva de los socialistas y al equiparar a Sánchez con Iglesias es ubicarles en el extremismo. Llegaron a responsabilizarles de que podrían causar daño a España, por dar marcha atrás en la actual política económica y por la posible paralización de inversiones internacionales.

Ayllón no pudo confirmar este lunes ninguna paralización de ninguna inversión, pero insistió en que ve al PSOE “regalando sus votos a Podemos donde es la primera fuerza de la oposición a cambio de nada y mendigando los votos de Podemos donde son ellos la primera fuerza de oposición”. Y llegó a sostener que tras las generales “Rajoy e Iglesias serán los únicos con opciones a ser presidente del Gobierno”.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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