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La corrupción ya pasa factura

Rus sucumbe en Xàtiva y el PP pierde Ayuntamientos de la Comunidad Valenciana afectados por los escándalos

Miquel Alberola

La Comunidad Valenciana lleva el estigma de la corrupción en la frente. El amplio registro de casos alumbrados a la sombra de la gestión del PP y el eco de su escándalo le han conferido esta imagen, zaherida por la paradoja de que los electores premiaban a los candidatos sospechosos de corrupción en los comicios. Sin embargo, la corrupción ha dejado de ser un abono por regla general. Finalmente, el PP valenciano ha pagado en su derrota en las elecciones autonómicas buena parte de la factura de los casos judiciales en los que se halla atrapado (Gürtel, Brugal, Emarsa, Imelsa, Cooperación,..).

El caso más paradigmático ha sido el hundimiento de Alfonso Rus en Xàtiva (Valencia), celebrado la noche del domingo por una charanga con el himno del PP a ritmo de marcha fúnebre por el paseo de L’Albereda. El candidato del PP, suspendido de militancia por las grabaciones en las que supuestamente cuenta dinero de una comisión, evitó comparecer tras los resultados, en los que pierde la mitad de votos y pasa de 11 a cinco concejales. Nadie del PP hizo balance en Xàtiva y la sede del partido permaneció cerrada. Rus tampoco ha cumplido este lunes con su palabra de explicar quién había organizado el complot contra él en vísperas electorales.

Su entorno ha admitido que las grabaciones difundidas en relación con el caso Imelsa “sin duda le han hecho daño” como candidato que aspiraba a la mayoría absoluta, si bien en 2011 ya fue elegido alcalde “por los pelos” frente a una izquierda que le superó en votos aunque no en concejales. Rus ha confiado sus próximos pasos a la estrategia de su abogado y sus colaboradores, que insisten en que la voz que cuenta dinero no es la suya, no descartan que en los próximos días pueda comparecer, aunque “tiene pocas ganas de ruedas de prensa”. El PP de Rus pasa de la hegemonía a ser la tercera fuerza, aunque su entorno subraya que en las municipales ha sacado 1.700 votos más que Alberto Fabra en las autonómicas. Su caso no se estudiará en las universidades.

La duda sobre si Rus recogerá el acta de concejal planea incluso sobre quienes lo han votado. Roger Cerdà, candidato del PSPV-PSOE a la alcaldía de Xàtiva y con toda probabilidad próximo alcalde, está convencido de que no lo hará: “Sabe que es el final de su carrera política”. Cerdà considera que las grabaciones en las que aparece Rus “han canalizado un descontento que ya existía” en Xàtiva. “Rus habría perdido de cualquier modo, pero hubiese aguantado más el resultado. Ha cometido el error de pensar que la gente iba a seguirlo a pesar de las grabaciones”, afirma.

El PP de Xàtiva no es el único que ha pagado la factura de la corrupción. También el de Alicante, sacudido por las convulsiones del caso Brugal, en el que están imputados sus dos anteriores alcaldes, Luis Díaz Alperi y Sonia Castedo, sufre una sangría de votos. El partido pierde 10 concejales de los 18 que tenía. Pese a ser el más votado, el PP no tiene margen de maniobra para formar gobierno tras 20 años. El ruido de la corrupción también ha contribuido a las derrotas del partido en Valencia y Castellón.

Rita Barberá se ha visto salpicada por varios casos en los últimos años, como el saqueo de la entidad metropolitana Emarsa, la adjudicación a Iñaki Urdangarin de espaldas a la ley de contratos públicos de los eventos Valencia Summit (que le costaron la dimisión de su vicealcalde) o el propio Imelsa, cuyas grabaciones apuntan a supuestos tratos de favor a un familiar. A ello, se ha unido el supuesto pago de actos de partido con dinero público denunciado por Compromís en las últimas semanas a través de la web ritaleaks. En Castellón, los excesos de Carlos Fabra y su encarcelamiento han erosionado la marca del partido, señalan fuentes del PP.

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La catedrática de Ética Adela Cortina, una de las firmantes del frente cívico contra la corrupción de la Fundación por la Justicia, considera que la crisis ha ayudado a que el electorado sea más sensible ante este fenómeno que hace unos años. “La gente, en un escenario de necesidad, se ha dado cuenta de que la corrupción afecta a su vida porque detrae dinero de los servicios públicos y de las inversiones que pueden crear puestos de trabajo”, asegura. Para Cortina, ganadora del último Premio Nacional de Ensayo por su libro Para qué sirve realmente la ética, “la gente se da cuenta de las cosas cuando le afectan; lo ha ligado con su propia situación y eso ha hecho que el problema se haya vuelto más visible”. Con todo, puntualiza que “el votante no es un señor de una sola dimensión”: “A la hora de votar, la gente piensa en más de un elemento”.

Pero la regla de la corrupción también ha tenido sus excepciones. Es el caso de Orihuela (Alicante), donde seis de los 12 concejales del PP han estado imputados en el anterior mandato en Brugal y diversas corruptelas como la urbanización de una plaza que se adjudicó después de estar terminada o el fraccionamiento de contratos en Fitur para evitar el control. El PP solo ha perdido uno de sus 12 concejales y tiene muchas opciones para conservar el Gobierno local. Lo mismo ocurre en Torrevieja (Alicante), donde su anterior alcalde, Pedro Ángel Hernández Mateo, cumple tres años de condena en la cárcel por falsedad oficial y prevaricación. El PP ha perdido la mayoría absoluta (de 15 concejales pasa a 11), pero puede gobernar mediante alianzas. Incluso ha conservado la mayoría absoluta en el municipio castellonense de Vall d’Alba, en el que el anterior alcalde, Francisco Martínez (exbrazo derecho de Carlos Fabra) se encuentra procesado por corrupción.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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