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“El día 25 mucha gente verá que no hay ningún apocalipsis”

Errejón, número dos de Podemos, está convencido de que “el cambio ya es irreversible”

Francesco Manetto
Iñígo Errejón, ayer, en Mallorca.
Iñígo Errejón, ayer, en Mallorca.TOLO RAMON

La historia de Podemos se construye en torno a una palabra —“cambio”— que, un año después de lograr 1,2 millones de votos en las elecciones europeas de 2014 no supone solo una aspiración —romper el mapa de partidos el próximo domingo—, sino que refleja una evolución del proyecto político que echó a andar en el Teatro del Barrio, en el barrio madrileño de Lavapiés. El relato de la formación que lidera Pablo Iglesias quizá se parezca a uno de sus himnos, Todo cambia, popularizado por Mercedes Sosa. Todo ha cambiado en la organización porque, aunque nunca pretendió ser un mero experimento, ha pasado de ser una fuerza calificada de radical a un partido que el día 25 entrará de lleno en las instituciones. Además de Iglesias, el principal artífice de ese camino es Íñigo Errejón, responsable de la estrategia política, señalado indirectamente por las críticas de Juan Carlos Monedero por la moderación del proyecto. Una circunstancia que este niega.

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El coordinador de la campaña llega al aeropuerto de Barajas con cuatro colaboradores cuando el vuelo a Mallorca, donde ayer participó en un mitin, ya ha abierto la puerta de embarque. El sábado canceló su participación en el acto central, en Alicante, por una afonía, y desde el domingo, cuando apoyó a Manuela Carmena en una cita en Vallecas, ha ido recuperando la voz. Asume que el cambio que ha vivido Podemos también ha alcanzado a su táctica, principalmente por el auge de Ciudadanos.

“Una operación audaz”

“Nosotros nacimos en una operación audaz, muy acelerada. Casi al asalto. Nuestros adversarios tenían mucha dificultad de articular un proyecto de ciudadanía seductor. Al principio, no nos acababan de coger el tranquillo, pero finalmente reaccionan”, razona Errejón ya en el avión. El hecho de que, poco a poco, los otros partidos, en su opinión, acaben de entender el proyecto impulsado por cinco profesores de la Complutense, se traduce en tres reacciones. “La campaña del miedo, que es algo que no hay que despreciar. Cuando dicen que vamos a quitarles la segunda residencia no ofrecen un argumento político muy sofisticado, pero les funciona”, indica. “Una segunda idea es que el adversario ahora concede más. Asume que no puede negar la idea de que estamos al final de una etapa y, por tanto, conceden que puede haber una cosa que se llama cambio. Oír a Rajoy, por ejemplo, hablar del cambio en términos culturales es increíble. Hay actores que tienen que politizarse un poquito para torcer a Podemos”. La formación, como reconoció Iglesias, ha cometido errores en los últimos meses y en ocasiones no ha logrado aplicar una estrategia de control de daños más eficaz.

Nacimos casi al asalto. Al principio no nos acababan de coger el tranquillo
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Errejón considera que la formación de Albert Rivera, Ciudadanos, ha asimilado la primera parte lección, la que ellos tuvieron que aprender, no sobreexponerse con diversos mensajes cada día. “Hay que hablar con el lenguaje del cambio, que tiene que ser un conjunto de ideas para arrebatar las banderas del cambio, y que eso sirva para los grandes poderes”. El cambio ha tenido que ver en Podemos también con el viraje a la moderación del programa, que ha abandonado ideas como el impago de la deuda o la renta básica universal, defendidas antes de las europeas. Y esa “moderación”, que el propio Iglesias llama realismo, es lo que, según el cofundador del partido Juan Carlos Monedero “desarmaría a Podemos”. Semanas después de presentar su dimisión, Monedero habló en una entrevista en EL PAÍS, sin citar nombres, pero en clara referencia a Errejón, de los “generales mediocres” que existen en las formaciones. El número dos del partido, que se ha distanciado de Monedero en los últimos meses, asegura no sentirse en absoluto aludido por esas declaraciones. Iglesias, por su parte, volvió a enfatizar ayer: “En Podemos no hay generales mediocres”.

No obstante, Errejón describe cómo ha cambiado Podemos este último año. “Imagine que éramos un barco pequeño que iba a toda velocidad. Ahora nos hacemos más acorazado. Ahora tienes más presencia, más contactos, más capacidad, más peso institucional. Y creo que es más difícil representarnos como apocalipsis”, señala.

El valor del “mientras tanto”

No hay que despreciar el mensaje del miedo. Funciona

Errejón está convencido de que, tras una etapa de dura resistencia de los principales partidos, “el cambio ya es irreversible”. “Ahora hay una pelea por la cual los actores políticos reconocen que no es para tanto”. El politólogo, en cualquier caso, asume que su formación tiene que hacer equilibrios entre responsabilidad institucional y el pulso de la calle. “Por una parte necesitas generar épica”, asevera, y trazar un discurso incluyente para que “los de abajo” se sientan protagonistas.

No obstante, los estrategas políticos también tienen que hacer concesiones y señalar un camino. Errejón cita, a este respecto, al expresidente de Uruguay José Mujica. “Decía: ‘Yo vengo de una tradición política en la que todo es día D, pero te das cuenta de que lo importante en política es el mientras tanto”. En ese “mientras tanto” estriba la actividad política cotidiana, institucional, a la que aspira Podemos a partir del lunes: dialogar en los Parlamentos autónomos y en los Ayuntamientos; buscar acuerdos y forzar la aceptación de medidas que consideran “no de Podemos, sino de sentido común”. En definitiva, defiende, “el día 25 mucha gente verá que no hay ningún apocalipsis”.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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