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Ciudadanos y Podemos apuestan por el PSOE para futuros pactos

El partido de Rivera manifiesta "más afinidad" con los socialistas Podemos asume que la fuerza tradicional de izquierda será su principal interlocutor

Albert Rivera, el miércoles en Valencia.
Albert Rivera, el miércoles en Valencia.Kai Försterling (EFE)

A tres días de las elecciones municipales y autonómicas tras las que Ciudadanos y Podemos consideran que su principal interlocutor para las negociaciones y pactos será el PSOE.

La dirección del partido que preside Albert Rivera se acerca al secretario general socialista, Pedro Sánchez, porque aprecia en su equipo un mayor impulso regenerador, suficiente como para plantearse acuerdos después del domingo. "Hay que recordarlo; nosotros somos un partido marcadamente progresista. Tenemos mucha más afinidad con el PSOE (que con el PP)", afirma Matías Alonso, secretario general de Ciudadanos. Asegura, eso sí, que los socialistas deben estar dispuestos a hacer concesiones para poder pactar. El PSOE y Ciudadanos coinciden en su deseo de instaurar las primarias en todos los partidos, cuestión que separa a ambos del PP. 

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Por su parte, Podemos también ha identificado al PSOE como su principal interlocutor para negociar pactos después del 24 de mayo, según ha apuntado Íñigo Errejon, el número dos de la formación, en declaraciones a EL PAÍS.

Ciudadanos muestra en estos últimos compases de la campaña una mayor predisposición a hablar con el PSOE el día después de las elecciones, aunque espera que los socialistas den más pasos que confirmen que ha emprendido una senda a sus ojos distinta a la del PP; por ejemplo, dejando caer a Manuel Chaves, diputado y expresidente andaluz imputado por el caso de los ERE. Por el contrario, cualquier acuerdo de Ciudadanos con el partido de Mariano Rajoy parece improbable si el PP mantiene su negativa a aceptar las primarias obligatorias en los partidos, una condición que Rivera incluye en su decálogo de mínimos para sentarse a negociar. La formación, en cualquier caso, solo se siente obligada a negociar, no a pactar y apoyar Gobiernos.

“Hay un partido de Gobierno desgastado, el PP, y otro renovado, aún insuficientemente: el PSOE”, sostiene Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional, que no tiene cargo en Ciudadanos pero sí está entre los intelectuales que firmaron su manifiesto fundacional y está elaborando, por encargo de Rivera, el diseño del proyecto de reforma constitucional del partido. “Nuestros cambios darán más confianza con este PSOE que con el viejo PP”, añade Carreras.

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“Hay que recordarlo, nosotros somos un partido marcadamente progresista”, coincide Matías Alonso, secretario general de Ciudadanos, que en 2009 pactó con Libertas, de ultraderecha. “Tenemos esa afinidad [con el PSOE], a diferencia de con el PP, que es bastante más conservador”, explicó a EL PAÍS. “Al menos en apariencia, el PSOE busca vías de cambiar el discurso y de regenerarse”, recalcó. Y remató: “Tenemos mucha más afinidad con el PSOE en su conjunto, en la sensibilidad social y en la sensibilidad política. Otra cosa es la forma de enfocar las medidas de regeneración económica. Ambas formaciones buscamos el progreso y el mantenimiento del Estado del bienestar”.

Pedro Sánchez, secretario general de los socialistas, ha recriminado a la formación de Rivera que no facilite el Gobierno de Susana Díaz en Andalucía, pero también ha descrito al partido como “la derecha civilizada con la que se puede dialogar”. El socialista está, al igual que Ciudadanos, a favor de limitar los mandatos a ocho años o de prohibir las donaciones de empresas a partidos. Además, el PSOE sí elige a sus candidatos por primarias y querría hacerlas obligatorias por ley.

“Vemos a los dos grandes partidos con los mismos vicios del siglo pasado, aunque sí es cierto que al PSOE se le visualiza una predisposición a aceptar las propuestas de regeneración que proponemos desde Ciudadanos”, abundó una fuente de la dirección del partido de Rivera.

Tres cosas han frenado hasta ahora el acuerdo en Andalucía. La primera, que el PSOE no ha querido firmar un pacto con Rivera sin tener antes igualmente amarrada la abstención de Podemos (la abstención de Ciudadanos es insuficiente para investir a Díaz). Además, todo está parado a la espera de ver qué ocurre en las elecciones de este domingo, que podrían generar pactos cruzados en distintos territorios. Y después de los comicios, Manuel Chaves sabrá si deja o no de estar imputado. Ciudadanos no renuncia a pactar con ningún partido, tampoco con el PP. Alcanzar un acuerdo en Andalucía no solo auparía a Díaz al Gobierno: abriría la puerta a la opción de que ese pacto se reproduzca por toda España.

Podemos mira al PSOE

Los dirigentes de Podemos apuntan al PSOE como su principal interlocutor para posibles pactos después de las elecciones autonómicas y municipales del domingo, según apunta Íñigo Errejón, número dosdel nuevo partido, en declaraciones a EL PAÍS. “En algunos sitios vamos a tener que pedir apoyo y en otros nos pueden pedir apoyo”, asegura, en referencia al PSOE y otros actores. Si esta formación acepta las propuestas de Podemos y ese viraje de "180 grados", del que también habla Errejón, "tendremos que caminar juntos”, añade.

Los líderes de Podemos han señalado en varias ocasiones durante esta campaña cuál es su objetivo principal en las elecciones del 24-M: expulsar al PP del poder autonómico y municipal que copa desde 2011. El partido de Pablo Iglesias no habla aún de pactos concretos con el PSOE, pero sí asume que los socialistas se perfilan como sus socios potenciales. Podemos se enfrenta a partir del lunes a la segunda etapa de su breve historia. La formación, que se ha afianzado con un discurso de polarización entre “casta” y ciudadanía, y que ha hecho de la oposición a los partidos tradicionales su bandera, entrará, según todas las encuestas, en la mayoría de las instituciones con porcentajes de apoyo que en algunos territorios le pueden otorgar la llave de la gobernabilidad. Desde el 25 de mayo, asumen los dirigentes del partido, comienza una nueva fase en la que el manejo de la responsabilidad institucional resultará imprescindible, y de él dependerá el futuro de la organización.

La contienda múltiple del día 24, entre PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, abocará a todos a hablar con todos. Pero la prioridad de Podemos es enterrar el proyecto político impulsado por Mariano Rajoy y que, según dice su dirección, es muy parecido al de Albert Rivera. El único socio viable de Podemos en este panorama es el PSOE. A esos equilibrios se dedicarán a partir del lunes sus estrategas. Aun así, la formación de Pablo Iglesias pretende forzar en cada territorio un diálogo con propuestas “que no parezcan exclusivamente de Podemos, sino que sean ideas de sentido común y aceptadas por la mayoría”. “Como en Andalucía, nosotros no tenemos ningún problema para que gobierne aquel que los ciudadanos designen para gobernar, pero habrá una serie de cuestiones encima de la mesa”, señaló hace días Sergio Pascual, secretario de Organización de Podemos”.

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