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El equilibrio de fuerzas en el País Vasco prosigue sin ETA

Podemos y Ciudadanos perjudica a los partidos no nacionalistas, sobre todo al PP

Luis R. Aizpeolea
El líder de Podemos en Euskadi, Roberto Uriarte (derecha), este martes, junto a compañeros del partido en Irún.
El líder de Podemos en Euskadi, Roberto Uriarte (derecha), este martes, junto a compañeros del partido en Irún.Javier Etxezarreta (EFE)

La irrupción de Podemos y Ciudadanos en el País Vasco en las primeras municipales y forales sin ETA perjudica a los partidos no nacionalistas, sobre todo al PP. Pero apenas afecta a los nacionalistas: PNV compite con EH-Bildu por los primeros puestos en las tres provincias: en Bizkaia y Araba, con supremacía peneuvista, y en Gipuzkoa, independentista. Así lo muestran todos los sondeos.

Durante años se especuló sobre los efectos que tendría en los partidos vascos el final de ETA. Había tesis que sostenían que ese final favorecería a los partidos no nacionalistas, PSE y PP, al ser los que más habían sufrido el acoso terrorista. Pero los sondeos no suscriben esta tesis. Mientras el PSE y, particularmente el PP, parecen seguir la pauta nacional, de claro descenso por la irrupción de los nuevos, el PNV queda incólume y EH-Bildu solo afectado por Podemos en la provincia vasca que gobierna desde hace cuatro años: Gipuzkoa. En definitiva, ni el cese definitivo de ETA ni la irrupción de los nuevos partidos parece afectar a la tradicional relación de fuerzas entre nacionalistas y no nacionalistas.

Otro rasgo clave, aparentemente contradictorio con el anterior, es, según todos los sondeos, un cambio de tendencia, en el que el abordaje de la situación socioeconómica es prioritario sobre el tradicional debate sobre autogobierno o soberanía, que adolece de cierto cansancio. Otra consecuencia del escenario sin ETA.

Estado de bienestar

El principal beneficiario de esta tendencia es el PNV+, cuya apuesta por el Estado del bienestar y la moderación en la reivindicación de autogobierno, fuera de los cauces soberanistas, sintoniza con el electorado. Todo apunta a que gana en Bizkaia y Araba, desplazando en esta provincia al PP del primer puesto, y acorta distancias con EH-Bildu en Gipuzkoa. Además, dispone de un margen de maniobra en los pactos de gobierno del que no disponen EH-Bildu, Podemos y PP.

EH-Bildu se mantiene, aunque pierde terreno en Gipuzkoa, y frena su crecimiento en Bizkaia y Araba por la irrupción de Podemos, tercera fuerza. EH-Bildu irrumpió hace cuatros años, recién legalizada y con el aval de haber contribuido al cese del terrorismo. Pero, hoy, además de la irrupción de Podemos, acusa cierto desgaste donde gobierna y su reivindicación independentista parece tocar techo.

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Podemos se beneficia de IU y del PSE, además de EH-Bildu. Pero afronta un reto de definición política en la cuestión territorial que, a largo plazo, puede acarrearle problemas de envergadura si no lo sabe resolver. El PSE parece perder terreno en las tres provincias, pero sin hundirse. Salvará los muebles en algunas alcaldías emblemáticas si suma con el PNV. Y todo apunta a un descalabro en el PP. Los sondeos de la prensa vasca le sitúan en el umbral de la marginalidad, pero pueden tener voto oculto. Ciudadanos no recoge como en otros sitios las pérdidas del PP. Previsiblemente, su apuesta por eliminar el Concierto Económico lo reduce casi a la irrelevancia.

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