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Podemos olvida sus medidas más radicales en un programa difuso

Pablo Iglesias presenta varias propuestas al margen del entorno macroeconómico

Foto: atlas | Vídeo: Atlas
Francesco Manetto

Podemos demostró este martes en la presentación del programa marco para las autonómicas del 24-M, que el propio texto llama “realista”, que está buscando cómo contentar a la mayoría moderada sin decepcionar a sus bases. Por un lado, rebaja el alcance del proyecto inicial renunciando a las medidas consideradas más radicales, como la renta básica universal, y por otro trata de recuperar el espíritu fundacional con una batería de propuestas dedicadas al “rescate ciudadano”.

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La formación de Pablo Iglesias, quien inauguró el acto, da carpetazo, por ejemplo, a la renta básica universal, la medida más cuestionada con la que se presentó hace un año a los comicios europeos, y se aleja de las reflexiones más polémicas sobre los impagos de la deuda, otra de sus bazas estrella —aunque en esa ocasión afectaban a la deuda pública—. Podemos promete “aproximar las rentas mínimas de inserción, de forma gradual y en virtud de las posibilidades, al Salario Mínimo Interprofesional (SMI) anual”. Y en este programa ahonda en las fórmulas para permitir a las familias y a los pequeños y medianos empresarios hacer frente a sus deudas. En este contexto, las propuestas sobre política de vivienda, dación en pago y renegociación con entidades financieras suponen uno de los ejes del texto, que contiene 215 medidas y estuvo coordinado antes de su dimisión por Juan Carlos Monedero, aunque redactado, según asegura la dirección, por expertos de distinta procedencia.

Las propuestas

Dación en pago retroactiva

Recuperar el impuesto sobre el patrimonio

Lista mensual de gastos de los cargos públicos

Agua y luz garantizada en casos de pobreza

Podemos estructura su programa en cuatro bloques que suman en conjunto 215 medidas. El primer apartado, dedicado al “rescate ciudadano”, plantea “la implantación del procedimiento judicial simplificado para la reestructuración y cancelación de deudas”. El procedimiento tendría una “fase de conciliación, en que el deudor presenta una propuesta a los acreedores que podrá incluir reestructuraciones, quitas y cancelaciones de deudas”. “Si no hay acuerdo, será un juez quien decida el plan de pagos, quitas. Lo importante es que en ningún caso las deudas hipotecarias sean superiores al valor de la propiedad hipotecada”.

El programa incide en la dación en pago, “que no deja de ser traumática”, pues para el deudor supone la pérdida del bien hipotecado. El partido considera que podría evitarse al ajustar la deuda al valor real del inmueble. En la práctica, este procedimiento judicial supondría dar respuesta a la demanda de la dación en pago retroactiva, porque todas las personas con deudas hipotecarias vivas que ya han entregado su vivienda al banco podrían acogerse a este procedimiento y cancelar así la deuda restante.

Con respecto al apartado fiscal, Podemos quiere “intensificar la progresividad del tramo autonómico, [DEL IRPF]reduciendo los tipos mínimos que afectan a las rentas inferiores a 25.000 euros, suavizando los tipos entre 25.000 y 50.000 euros y aumentando los tipos impositivos de las rentas superiores a los 50.000 euros”.

Las comunidades podrán proponer que se revisen los tramos de la tarifa, tanto la estatal como la autonómica, de manera que aumente su número, lo que contribuye a una mejora de la progresividad y evita saltos indeseables en los tipos marginales. La formación propone además "la recuperación efectiva del impuesto sobre el patrimonio allí donde este haya sido derogado de facto, así como la disminución del mínimo exento y la revisión de las deducciones y bonificaciones existentes". "Se reducirá el mínimo exento a un patrimonio neto de 400.000 euros, frente a los 700.000 euros aplicables de manera general. La recuperación del gravamen efectivo ha de desarrollarse de forma coordinada entre las comunidades autónomas para evitar la competencia fiscal", plantea el partido.

Podemos quiere promover una “ley de transparencia autonómica” para que los ciudadanos tengan “acceso a información prioritaria de “cargos electos (diputados y diputadas) y de libre designación (gobierno de la comunidad autónoma)”. “Todos ellos deberán realizar una declaración anual de bienes. La primera será previa a la toma de posesión del cargo”, dice el programa. Todos los cargos electos y de libre designación deberán presentar también una declaración de gastos mensuales relativos al ejercicio de su función.

Una ley de puertas giratorias regulará "las organizaciones de intereses en cada comunidad autónoma y sus relaciones con los altos cargos". "También se regulará su capacidad de influir en la elaboración de normas autonómicas, así como la prohibición de las puertas giratorias", mantiene el programa, que plantea la "creación de la Oficina Antifraude" dedicada a la "investigación y prevención" del fraude. "Será multidisciplinar, se especializará en los delitos relacionados con la corrupción política y económica en el ámbito de las competencias de cada comunidad autónoma".

“Los suministros de gas y electricidad recuperarán el carácter de servicio público”. Así arranca el primer apartado del programa de Podemos, dedicado al “rescate ciudadano”. “No se procederá al corte de suministro de electricidad o gas cuando se trate de la vivienda habitual del consumidor y cuando el impago de la factura se deba a motivos ajenos a su voluntad y, en particular, por pobreza sobrevenida. Se dotará a la Administración de los recursos necesarios para realizar las evaluaciones”, señala.

Podemos establecería un “mínimo vital” de esos recursos para que, en situación de pobreza, el pago máximo no supere el 10% de los ingresos mensuales del hogar. Para hacer frente a esa garantía se establecería un fondo autonómico.

El programa plantea también un “plan de garantía de renta”. No es ya la renta básica universal que defendía en origen el partido, sino una medida para aproximar las rentas mínimas de inserción que dan ahora las comunidades autónomas al salario mínimo (actualmente, 648 euros al mes) de forma “gradual” y “en virtud de las posibilidades”.

La salida de Monedero, que no participó en la presentación, de los órganos directivos tras distanciarse progresivamente del resto de la cúpula se vinculó a un pulso por la moderación del programa. Los dirigentes de Podemos y el propio Iglesias llevan meses asegurando que pretenden recuperar las esencias de la socialdemocracia y tratar así de ocupar un espacio más centrado, más próximo al votante medio del PSOE, no obstante, procuran hacer equilibrios para no dar la espalda a sus bases y a los círculos, donde se ha planteado en las últimas semanas un debate sobre regreso a los orígenes.

En este proceso, el resultado del programa marco, aún poco definido porque necesitará ahora de los distintos desarrollos autonómicos y de las memorias de viabilidad económica prometidas, se queda al margen del entorno macroeconómico al que está sujeto buena parte del trabajo de las comunidades. Carece, por ejemplo, de referencias al euro, al objetivo de déficit y a Bruselas, donde Podemos echó a andar en las instituciones.

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Iglesias aseguró que se trata de “un programa de cambio” que parte de la base de que las cosas hasta ahora “no se han hecho bien”. “¿Este programa le va a gustar a todo el mundo?”, se preguntó. “No. Nuestro programa va a gustar mucho a la gente que se tiene que levantar a las seis de la mañana para coger el metro”. Y enfatizó: “Va a haber otros a los que no les va a gustar, no les va a gustar a Rodrigo Rato, a su amigo Montoro y a su amigo De Guindos”.

La dirección de Podemos, que tras las elecciones autonómicas se verá abocada al diálogo con los otros partidos en un escenario de elevada fragmentación, según las encuestas, sigue manteniendo guiños a la ruptura con los poderes económicos y, en el paquete de 215 propuestas presentadas este martes —que a menudo carecen de precisión por ser el mero marco de las medidas autonómicas— se mantiene inflexible con la corrupción.

La “medida estrella” es la llamada Ley 25 de Emergencia Social, que incluye el compromiso a “paralizar los desahucios que afecten a los deudores de buena fe que no hayan podido hacer frente a sus pagos por encontrarse en una situación de dificultad económica, para garantizar de esta manera el cumplimiento del artículo 47 de la Constitución Española, así como el artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)”.

Propuestas similares, ya defendidas, por Teresa Rodríguez en Andalucía, se suman a otras como la ruptura de relaciones con entidades financieras que desahucien a familias sin alternativa habitacional y otras iniciativas que la formación califica “de sentido común”. En el apartado fiscal, la formación propone un sistema “armonizado” en todas las comunidades para “evitar la actual competencia fiscal desleal”. La filosofía impositiva pretende “intensificar la progresividad del tramo autonómico [DEL IRPF] reduciendo los tipos mínimos que afectan a las rentas inferiores a 25.000 euros, suavizando los tipos entre 25.000 y 50.000 euros y aumentando los tipos impositivos de las rentas superiores a los 50.000 euros". El impuesto de patrimonio se recuperaría progresivamente “allí donde este haya sido derogado de facto”.

En materia sanitaria, Podemos se compromete a poner en marcha un plan de “reversión al Sistema Público de Salud de los Centros y Servicios privatizados de los hospitales” e impulsar la recuperación de los servicios externalizado. En el ámbito educativo, el partido defenderá una derogación de la LOMCE y pedirá una moratoria hasta el 2016.

El contrato de Podemos con los electores consta de cuatro bloques: rescate ciudadano, apartado económico, servicios públicos y una cuarta parte dedicada a la transparencia, corrupción y reforma de la Administración, coordinados por los candidatos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, de Aragón, de la Comunidad Valenciana y de Asturias: respectivamente, José Manuel López, Pablo Echenique, Antonio Montiel y Emilio León.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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