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La oposición del PP a la investidura de Díaz crea tensiones dentro del partido

La postura del partido establece que "sale a ganar" y no se pacta hasta después del 24-M

Javier Casqueiro
Santamaría y Rajoy, este miércoles en el Congreso.
Santamaría y Rajoy, este miércoles en el Congreso.Uly Martín

El PP de Andalucía ha quedado dividido sobre las ventajas electorales de mantener hasta el final su oposición a la investidura de la socialista Susana Díaz. División que también se refleja en la postura más dispuesta a la abstención de los alcaldes de las grandes capitales y el rechazo casi visceral de los regidores de los pueblos más pequeños y rurales. Tampoco tienen una decisión tomada y clara en la dirección nacional del PP.

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La posición oficial de los populares ante una política de pactos en comunidades autónomas y Ayuntamientos es que son el único partido que “sale a ganar” y que, por tanto, no se acuerda nada hasta después de los comicios del 24-M. Esa tesis vale, en teoría, para lo que ocurra a partir de esa jornada en los más de 8.000 municipios y las 13 autonomías en disputa y también para las negociaciones en marcha para facilitar la investidura de Susana Díaz en la Junta de Andalucía.

El vicesecretario de Política Autonómica, Javier Arenas, reiteró este miércoles los criterios generales: “El PP tiene vocación de gobierno y quiere pactar con los españoles; y el resto de partidos, pactar para echar de los Gobiernos al PP”. Ante los contactos y conversaciones ya en marcha de algunos barones y candidatos locales, sobre todo con los líderes respectivos de Ciudadanos, Arenas agregó: “Una vez que se sepa el resultado de las elecciones, habrá que afrontar los problemas de estabilidad si existen en alguna comunidad”.

Por tanto, ahora no debería emprenderse ningún tipo de negociaciones. Y luego, tras el 24-M, se tolerarán con Ciudadanos, que es lo que consideran lógico muchos cuadros y bases locales, por proximidad ideológica, aunque tanto Mariano Rajoy como otros dirigentes nacionales cuestionen propuestas del partido de Albert Rivera, como las subidas de impuestos a productos esenciales o el frenazo al AVE. El problema con esta teoría de máximos se llama ahora, para empezar, Andalucía. El nuevo presidente del Parlamento andaluz, el socialista Juan Pedro Durán, ha fijado para la semana que viene, el 4 y 5 de mayo, la sesión de investidura de Díaz, sin contar de partida con ningún apoyo añadido al PSOE. Y el PP comprueba cada día que pasa que el escenario es tan endiablado que les ha sumido al menos en “una gran confusión interna”, según fuentes de su dirección.

El PP tolerará a Ciudadanos después del 24-M, que es lo que consideran lógico muchos cuadros y bases locales
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Su presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, ha avanzado que el PP votará en contra tanto en la primera votación del día 5 como en la previsible y segunda del día 7, entre otras razones porque Díaz no se ha puesto en contacto con ellos para negociar o hablar nada sobre contenidos. La acusan de una actitud demasiado suficiente e injustificada para los votos que suma. Pero el PP, a partir de ese momento, tampoco tiene claro qué hacer.

Los alcaldes de las grandes ciudades, encabezados por el sevillano Juan Ignacio Zoido y el malagueño Francisco de la Torre, se han manifestado, sobre todo en privado, en contra del boicoteo que bloquee la institución y les confiera la imagen de un partido casi antisistema. Los alcaldes de los pequeños municipios andaluces han advertido a su dirección regional de que no se les ocurra pactar nada, ni permitir la investidura, antes del 24 de mayo. Luego, todos coinciden en que habrá que buscar una fórmula, que será abstenerse en la cuarta o quinta votación y, tras las elecciones, permitir a Díaz gobernar porque lo contrario “abocaría a una segunda cita con las urnas y al suicidio casi seguro para el PP”.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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