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Rajoy reivindica la importancia de la marca PP para ganar elecciones

El presidente advierte a los candidatos en contra de ocultar las siglas del partido Defiende que el éxito electoral vendrá de explicar al votante los logros económicos

Javier Casqueiro
Dolores de Cospedal, Mariano Rajoy y Javier Arenas, este martes.
Dolores de Cospedal, Mariano Rajoy y Javier Arenas, este martes.Alejandro Ruesga

Mariano Rajoy terminó el discurso, que duró 40 minutos y había elaborado él, y la sala entera donde se celebró este martes la esperada Junta Directiva Nacional del PP se levantó y estalló en aplausos durante casi un minuto. Fue la decimoquinta vez que le interrumpieron. Los barones regionales del partido, que esta vez acudieron a la cita casi sin excepciones y fueron sentados bien visibles en primera fila, se arremolinaron para acudir a felicitarle. Una procesión de halagos. Consultados varios de ellos a la salida, concluyeron que el líder había pronunciado el discurso que todos dicen ahora que esperaban: motivador, sentido, con ánimo y esperanza. También destacaron su reivindicación de la “importancia” de marca de la casa, de la impronta del PP, frente a los candidatos que casi presumen de presentarse por libre, ocultando las siglas del partido, sin asumir los errores y aciertos de un partido con historia.

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Rajoy llevaba escrito el discurso, pero es que además él confiesa que el PP es casi como su casa, donde ha transcurrido casi toda su historia laboral desde que comenzó de concejal hace 32 años en la Pontevedra de su infancia. Su reivindicación de lo que significa el PP le sirvió para contraponer su partido a fórmulas como Ciudadanos o Podemos y para avisar a los dirigentes populares que ahora barruntan la posibilidad de hacer campaña un poco por libre, sin ataduras ni complejos: “Nuestra historia tiene más de 24 horas”, dijo Rajoy. “Votarnos a nosotros no es hacer experimentos ni jugar a la ruleta. Nosotros no somos un foro de debate o una pandilla de amigos, ni nos nutrimos de los que cambian de sigla cada momento, ni tenemos que andar buscando candidatos por cafeterías. Nosotros somos una organización democrática que ha sabido gobernarse y renovarse permanentemente y de manera inteligente. Somos un partido que ha sabido crecer y fortalecerse en los buenos momentos y en los malos, que ha estado en el Gobierno y en la oposición, a las duras y a las maduras. Una organización que tiene una responsabilidad con los españoles”.

El aviso a las filas propias pretendía convencer a los candidatos con dudas sobre la aportación ahora de las siglas PP de que solos, de que cada uno por su cuenta o divididos, se conducen todos al abismo electoral en un año plagado de citas con las urnas. Rajoy sostiene que juntos sí tienen aún una opción de recuperar la confianza del electorado, en las elecciones locales y autonómicas del 24 de mayo, en las catalanas de septiembre y en las generales: “Lo vamos a conseguir, porque somos una organización seria, con un programa, con nuestros defectos, nuestros problemas y nuestras historias, pero este es un partido que en los momentos difíciles ha dado la talla y ha estado a la altura de las circunstancias y ha tenido que aguantar las críticas de muchos y seguiremos haciéndolo, pero no nos vamos a apartar de un camino que creemos que es bueno para España”, afirmó el presidente. Y añadió: “Este no es, ni lo fue nunca, el partido de una persona. Este es el partido de miles de militantes y de cargos públicos. Y cada uno con su personalidad, su forma de ser —la gracia que tendría que todos fuéramos iguales—, sus creencias, sus opiniones, su particular estilo de entender y hacer política, pero todos unidos por unos principios comunes”.

El fondo y también la forma del relato de Rajoy convenció a los presentes, los más de 500 cargos más relevantes del PP

En la dirección del PP y en La Moncloa llevaban días alertando de que Rajoy daría un golpe de autoridad, con una llamada a la unidad y una apelación a evitar las críticas y disputas internas que tanto daño han hecho históricamente a los partidos y que tanto temen los populares. A un lado de Rajoy se sentó este martes la secretaria general, Dolores de Cospedal; al otro, Javier Arenas, vicesecretario general, y enfrente la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el líder del PP andaluz, Juan Manuel Moreno. Todos ellos han estado estos días en boca de la organización en toda España por su enfrentamiento público e inédito tras los malos datos de las elecciones andaluzas, un conflicto que los cuadros medios del partido tildan de “absurdo y dañino”.

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Rajoy ni los mencionó directamente ni aludió a las reyertas evidentes y las menos explícitas entre varios dirigentes que quieren estar bien situados ante un hipotético proceso de sucesión que nadie sabe muy bien cuándo se abrirá.

Pero Rajoy sí hizo esa invocación a seguir juntos, aunque también a su manera: “No voy a hacer ningún llamamiento a la unidad porque este es un partido unido. No voy a hacer ningún llamamiento a la responsabilidad porque si algo ha derrochado este partido en años es responsabilidad. Lo único que vengo a pediros es un nuevo esfuerzo por nuestro partido, pero sobre todo un nuevo esfuerzo por España”, dijo.

El fondo y también la forma del relato de Rajoy convenció a los presentes, los más de 500 cargos más relevantes del PP en toda España. Algún barón territorial, que había asistido a la ejecutiva celebrada en marzo tras el fracaso andaluz, en la que nadie habló, resaltó que el presidente sí les había insuflado esta vez “ganas de ganar”. Otro miembro del equipo de campaña valoró el toque de atención “a los versos sueltos como Esperanza Aguirre para que sepan que el PP es un equipo y que no se puede jugar por libre”. Un presidente regional ensalzó el mensaje sobre el orgullo de la marca, porque es el que piden en sus Ayuntamientos muchos candidatos. Un histórico del PP lo resumió de otra forma: “Rajoy ha marcado el camino claro para todo el año electoral”.

No voy a hacer ningún llamamiento a la responsabilidad porque si algo ha derrochado este partido en años es responsabilidad Mariano Rajoy

El presidente no le desmintió. Dividió su intervención en dos objetivos. El primero: explicar, repetir y propagar la necesidad de consolidar las políticas que según el PP han llevado a España a unos niveles de recuperación económica y creación de empleo líderes en Europa. Y ahí ofreció su ya clásica receta de datos sobre cómo encontró España y cómo la piensa dejar para repetir mandato y llegar a los míticos 20 millones de empleos: “¿Está España mejor o peor que en el año 2012? ¿Los españoles tienen más confianza en el futuro ahora o en 2012? ¿El resto del mundo nos ve mejor o nos veía mejor en 2012? ¿Hacia dónde debe ir el rumbo?”, inquirió el presidente.

El segundo objetivo es ganar todas las elecciones en liza. Rajoy alertó ante lo que considera el peor riesgo para el PP: “Conviene no distraerse o dejar distraerse con asuntos menos importantes cuando no, en ocasiones, intrascendentes o irrelevantes”. El líder del PP aseguró así que solo con el aval de lo hecho será suficiente si el partido no se enreda ahora “en cosas que le importan a veinticinco”. Y los presentes, algunos de los cuales han sido protagonistas estos días de esos enredos, prorrumpieron en otro aplauso, esta vez más tímido.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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