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Israel achaca a un “error de cálculo” la muerte del cabo español

El informe alega que no se tuvieron en cuenta las condiciones meteorológicas

El vídeo grabado por un grupo de militares españoles en Líbano.
Miguel González

La muerte del cabo Francisco Javier Soria Toledo, el pasado 28 de enero en una posición de la Unifil (Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano) en la frontera con Israel, fue fruto de un “error de cálculo” de los artilleros israelíes. Así lo asegura el informe sobre el incidente en el que perdió la vida el casco azul elaborado por las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), en el que han colaborado, aunque no lo suscriban, dos expertos del Regimiento de Artillería de Campaña número 11 del Ejército español, con sede en Burgos.

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La investigación del Ejército israelí reconoce, como no podía ser de otra manera, que el obús de 155 milímetros que impactó contra la torre de vigilancia donde se encontraba el cabo Soria procedía de su artillería, aseguran fuentes que han tenido acceso al contenido del informe.

Pero niega que el disparo fuera intencionado, a pesar de que los artilleros israelíes conocen perfectamente las coordenadas de la posición 4-28 de Unifil, situada en las proximidades de la localidad libanesa de Ghayar, ocupada parcialmente por Israel desde la guerra de 2006.

Para explicar el “error de cálculo”, la investigación israelí recurre a varios argumentos: en primer lugar, asegura que los artilleros “no tuvieron en cuenta las condiciones meteorológicas” imperantes en la zona a la hora de calcular el tiro.

En segundo lugar, agrega, los operadores de la batería carecían de observadores “para la corrección del tiro”, una vez realizados los primeros disparos.

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Cascos azules bajo la torre bombardeada.
Cascos azules bajo la torre bombardeada.AZIZ TAHER (Reuters)

Además, subraya, el lanzamiento del obús se efectuó desde el límite del alcance operativo de la batería, unos 16 kilómetros, a partir del cual pierde precisión en el objetivo.

Por último, no se tuvieron en cuenta las condiciones geográficas de la zona donde estaba asentada la batería al realizar el cálculo del tiro, concluye el informe, que firma el jefe del Departamento de Cooperación Militar Internacional de las IDF, el general de división Avi Peled.

El Ejército israelí echa la culpa al escalón más bajo de la cadena de mando

Las razones esgrimidas por las IDF para justificar el error sitúan la responsabilidad en el escalón más bajo de la cadena de mando militar: los operadores de una batería de 155 milímetros, según las fuentes consultadas. Y evidencian además una falta de pericia técnica que no se corresponde con la profesionalidad que se atribuye al Ejército israelí. Más aún cuando la batería estaba situada en la primera línea de defensa de una de las zonas más calientes del país y cuando, según reconoce el informe, las IDF disponían de “información de inteligencia” sobre un inminente ataque de Hezbolá, en venganza por el bombardeo israelí de un convoy de la milicia chií libanesa el 18 de enero en la vecina Siria. “Unifil fue informada del estado de alerta al más alto nivel”, subraya.

Las declaraciones prestadas por los compañeros del cabo Soria ante el instructor del atestado abierto por el contingente español muestran que no se trató de un disparo aislado. En palabras del sargento Julio Javier García, “claramente era un tiro corregido y la caída de proyectiles se acercaba cada vez más” a la posición de los cascos azules.

Según el informe de la ONU, Israel lanzó sobre la zona en solo dos horas 118 obuses de artillería, 90 granadas de mortero y cinco proyectiles de tanque, así como bombas de racimo.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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