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La cúpula de IU intenta evitar el dramatismo por su debacle

La federación busca no caer en el desánimo antes de las elecciones de mayo

Francesco Manetto
Antonio Maíllo, la semana pasada junto a Alberto Garzón.
Antonio Maíllo, la semana pasada junto a Alberto Garzón. Jorge Zapata (EFE)

Izquierda Unida (IU) vivió el domingo una debacle histórica en las elecciones andaluzas y, pese a que los principales dirigentes de la federación coinciden en calificar de “malos” esos resultados, la cúpula del partido busca ahora evitar el dramatismo porque podría tener un efecto contraproducente antes de los comicios autonómicos y municipales del 24 de mayo, que están a la vuelta de la esquina.

Esa fue la palabra que empleó ayer el secretario general de PCE y portavoz parlamentario de la formación, José Luis Centella. Este dirigente, andaluz al igual que el candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, pidió calma y animó a estudiar lo ocurrido “sin dramatismos”. IU logró los peores resultados de su historia en esa comunidad, perdió siete diputados en el Parlamento andaluz y pasó de 12 a cinco legisladores, principalmente por la irrupción de Podemos, que entra en la Cámara autonómica con 15 diputados. La implicación de Garzón, que se volcó personalmente en la campaña de Antonio Maíllo, no actuó como revulsivo. El propio diputado por Málaga calificó de “totalmente insatisfactorio” el porcentaje de apoyos logrados. Antes del análisis pormenorizado de los datos, que realizará primero hoy en la Comisión Ejecutiva de IU Andalucía y el próximo domingo en la reunión de la Presidencia federal, la dirección da por hecho que no ha sabido capitalizar en las urnas el trabajo realizado desde la Junta, donde cogobernó con el PSOE en la última legislatura.

No obstante, los más veteranos recuerdan que la formación ha vivido crisis electorales gravísimas —en la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero solo logró dos diputados, por ejemplo— y ha intentado reponerse. Centella destacó ayer que IU tiene un pasado y también “un futuro”, aunque es cierto que la estrategia electoral del partido ha pasado en los últimos meses por buscar una alianza de “unidad popular” con Podemos que la formación de Pablo Iglesias siempre ha rechazado.

Nadie quiere extrapolar los datos, pero la organización se centrará en las próximas elecciones municipales, y confía en aprovechar la estructura territorial y sus concejales en los Ayuntamientos para mejorar el resultado.

Algunos dirigentes, en cualquier caso, siguen interpretando el mal resultado como una señal de que, por sí solas, las siglas de IU no bastan. Ese debate fue precisamente una de las causas que abrió una profunda crisis en la federación madrileña, cuyos candidatos a la comunidad y al Ayuntamiento, Tania Sánchez y Mauricio Valiente, abandonaron el partido. Además de Andalucía, ese será el principal foco de la cúpula, que trabaja contrarreloj para “que los temas internos pasen a un segundo lugar”.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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