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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Crisis de legitimidad

No solo tendría que reformarse la Constitución territorial

Una sociedad democrática no solamente necesita la presencia de partidos políticos, sino que necesita que estos constituyan un sistema, es decir, un todo ordenado a través del cual la sociedad pueda autodirigirse políticamente. A través del ejercicio de los derechos de asociación y de participación política la sociedad tiene que ser capaz de tomar decisiones y hacer frente a los problemas que se le planteen. De no ser así el riesgo de desmoronamiento, por utilizar el título del formidable libro de George Packer (Debate 2015) es muy alto.

La sociedad española se ha reconocido en ese sistema de partidos durante más de 30 años

El resultado de las elecciones de junio de 1977 alumbró un sistema de partidos que se ha mantenido estable con ligerísimas oscilaciones, durante las 10 primeras legislaturas constitucionales, desde la que empezó en 1979 a la que lo hizo en 2011. Y también en las elecciones municipales y autonómicas y europeas. Algunas singularidades se han expresado en el País Vasco, Cataluña y en menor medida en Galicia y en Canarias, pero sin que el sistema se desnaturalizara.

No cabe duda de que la sociedad española se ha reconocido en ese sistema de partidos durante más de 30 años. La serie histórica de los Barómetros del CIS es una prueba irrefutable. En ese reconocimiento ha descansado su legitimidad y en dicha legitimidad ha estado el secreto de su eficacia. Con este sistema de partidos España ha vivido las mejores décadas de su historia contemporánea.

Con el resultado de las elecciones europeas de mayo de 2014 la sociedad española puso de manifiesto que empezaba a dejar de reconocerse en el sistema de partidos en el que se había reconocido desde 1977. Todos los estudios de opinión conocidos desde entonces, públicos como los del CIS o los del CEO de Cataluña, o privados, como los de los diferentes medios de comunicación, confirman ese alejamiento de la sociedad española del sistema de partidos de la Transición. En las cuatro elecciones que se van a celebrar en 2015 vamos a comprobar si es así o no.

No es sólo la Constitución territorial la que tendría que ser reformada
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El sistema de partidos se ha constituido con base en un bloque normativo integrado por los artículos 68 y 69 de la Constitución, la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, la Ley de Partidos, la Ley de Financiación de los Partidos y los Reglamentos del Congreso de los Diputados y del Senado. Si la sociedad española deja de reconocerse en el sistema de partidos en que se ha reconocido desde 1977, será una indicación inequívoca de que no es posible seguir manteniendo el bloque normativo que está en el origen del mismo. No es solamente la Constitución territorial la que tendría que ser reformada. Tras los resultados de las elecciones de 2015 tal vez lo más urgente sea la reforma del bloque normativo a través del cual la sociedad hace la síntesis política de sí misma mediante la que se proporciona legitimidad a la acción del Estado.

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