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Rivera invoca el espíritu de los pactos de la Transición

El líder de Ciudadanos, abierto a llegar a acuerdos con cualquier formación y a revisarlos semestralmente

J. J. MATEO
Albert Rivera, en una imagen de archivo.
Albert Rivera, en una imagen de archivo. ANDREU DALMAU (EFE)

Una Transición del siglo XXI. Una política de pactos ciega a las siglas y sometida a auditorías semestrales. Estas son palabras y compromisos que este lunes expuso el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, en la presentación en Madrid de Begoña Villacís e Ignacio Aguado, los candidatos de este partido a la alcaldía madrileña y a la presidencia de su comunidad, respectivamente. Su presencia en la capital dejó ecos que reverberaron a escala nacional. “Venimos a pactar, no a pastelear”, ha subrayado.

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“Hemos venido a cambiar las cosas. Tener una concejalía, una consejería o un cargo orgánico y que nada cambie, no lo queremos”, ha avisado descorbatado y sin descartar acuerdos futuros con PP, PSOE, Podemos o IU si coinciden en la necesidad de afrontar reformas, en defender el euro, la pertenencia a la UE, la economía de mercado, el estado de bienestar y la lucha contra la corrupción. “No hemos venido aquí para conseguir una concejalía y que nada cambie. Si alguien dice que no pactará con nadie, o les miente [a los votantes] o no quiere cambiar las cosas. Los pactos tienen que tener sentido como [lo tuvieron] en la Transición. Eso son pactos, el resto es pasteleo”, ha subrayado antes de puntualizar que cada seis meses se auditará si se están cumpliendo los términos del acuerdo. “No me gusta dar la palabra si no la puedo cumplir. No haremos pactos para incumplir en el primer cuarto de hora”, ha afirmado.

Ciudadanos nació como Ciutadans en 2006 solo para Cataluña. En diciembre pasado anunció que su acción iba a ampliarse a nivel nacional. Alentado por las encuestas, que le colocan como cuarto partido en Madrid y Andalucía, lo que podría convertirle en la clave para la formación de ambos Gobiernos, el partido busca ganar presencia territorial ante las autonómicas y las generales. Según los sociólogos, la marca, tan identificada con Rivera, medirá ahora su fortaleza al presentar a candidatos locales que no han tenido ocasión de dejar la misma huella entre los votantes que el líder del partido. C’s apuesta por perfiles parecidos a los del hombre que da voz a sus ideas: jóvenes con carrera en la empresa privada, que en la mayoría de los casos han observado hasta ahora la política desde la barrera.

“Si alguien se pregunta quiénes somos y por qué crecemos, aquí tenemos el ejemplo”, ha dicho Rivera sobre Villacís, que es abogada, y Aguado, licenciado en Derecho, Empresariales y Políticas. “Queremos aportar el bien común a la comunidad, gente que trata con respeto a los ciudadanos, y no gente que cae en la endogamia y partitocracia”, ha añadido el dirigente catalán. “Vamos a por todas”.

Alianzas, todas y ninguna

A. Díez, Madrid

No rehúye Albert Rivera la pregunta constante sobre pactos que le plantean en todas las provincias de España a las que acude estos días a presentar candidatos para las elecciones municipales y autonómicas del próximo 24 de mayo, con parada el 22 de marzo en Andalucía. Que no rehúya hablar de alianzas no significa que aclare si tiene predilecciones. No lo hace porque no puede decantarse por ninguna opción a la espera del resultado que su fuerza política obtenga y lo que le ocurra a las demás. Sí se desprende de su discurso que no afronta su entrada en la política nacional, anunciada el pasado mes de diciembre, con prejuicios ideológicos, por lo que es probable que no haya una decisión nacional y única, sino que estudiará lugar por lugar. Una vez que su criterio no vendrá condicionado por la obtención de cargos, según asegura, podría imperar el apoyo desde fuera a los Gobiernos que otros constituyan, lo que les daría una libertad de actuación muy notable. Sí tiene decidido no seguir el criterio de que gobierne “la lista más votada”. Cualquier mayoría que pueda formarse es igualmente legítima, defiende.

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Sobre la firma

J. J. MATEO
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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