Vientos de más de 200 km/h derriban un aerogenerador en el Moncayo

Cuenta Mariano Sanjuán, alcalde de Pujurosa, que un día de principios de este mes los vecinos vieron cómo uno de los molinos de viento del parque eólico de la sierra del Tablado, el último de la hilera, parecía haberse caído. "Se veía que estaba doblado, pero ha habido mucha nieve y no pudimos subir hasta hace unos días", cuenta al teléfono desde este pequeño pueblo, con 38 habitantes censados, situado a los pies del Moncayo, en la provincia de Zaragoza.

Cuando por fin pudo acercarse en el coche del ayuntamiento, comprobó que el enorme aerogenerador, de unos 50 metros de alto y varias toneladas de peso, había sucumbido a las fuertes rachas de viento que azotaron este paraje. El parque eólico, llamado La Jimena y que alberga 15 molinos de viento a caballo entre Zaragoza y Soria, está a 1.700 metros de altura.

Un portavoz de Iberdrola, la compañía propietaria del parque, explica que detectaron el accidente el 7 de febrero y que están investigando las causas. Pero está claro que el viento, que esos días sopló hasta a 270 kilómetros por hora, añade, ha tenido mucho que ver. "Es la primera vez que nos ocurre algo así", señala el portavoz. Iberdrola es líder en energía eólica a nivel mundial, con parques eólicos en Estados Unidos, Reino Unido y Brasil, entre otros.

Aún es pronto para saber si el aerogenerador será reemplazado. "Este parque es uno de los más expuestos al viento en España", asegura el portavoz, que insiste en que no ha habido ningún riesgo para los trabajadores: "Un sistema automático permite que, en cuanto se superan los 90 kilómetros por hora, se pare el parque y se desaloje al personal".

El parque al que pertenece el aerogenerador, modelo IG-47 y fabricado por Gamesa, es uno de los más antiguos de España. Se construyó en 1999, no sin oposición por parte de los municipios de la zona. El alcalde de Pujurosa asegura que ese molino, que "sigue caído", está situado dentro del parque natural del Moncayo. Sanjuán cuenta que, cuando fue elegido alcalde por el PSOE, en 2007, reclamó a la compañía propietaria porque uno de los molinos, el que ha caído, estaba dentro del término municipal. Ahora percibe cerca de 3.000 euros anuales por la cesión del terreno. "De eso el pueblo vive", asegura.