Los bombos de la Lotería de Navidad llegan al Teatro de Real de Madrid

Los dos bombos que repartirán suerte el 22 de diciembre en el sorteo extraordinario de la Lotería de Navidad —el que guarda los números y el de los premios— han llegado este martes al Teatro Real de Madrid, que acogerá por tercer año consecutivo el evento. En este escenario los niños de San Ildefonso cantarán un año más el premio Gordo que repartirá 640 millones de euros, 400.000 euros al décimo.

Sobre las nueve de la mañana, los bombos, las bolas, las torvas y las liras han llegado a la madrileña Plaza de Isabel II en tres camiones. Varios operarios han descargado el bombo de menor tamaño, que contendrá las 1.807 bolas de premios, y después el más grande, en el que se depositarán los 100.000 números. Los bombos de latón rojo permanecerán custodiados 16 metros por debajo del escenario hasta el día del sorteo por dos vigilantes, además de por el sistema de seguridad propio del Teatro Real.

Antes, durante cuatro meses, dos personas han estado clasificando las bolas, depositadas en unos arcones desde diciembre del año pasado, primero por millares y luego por centenas. Hoy también ha llegado al Teatro Real de Madrid una reserva de bombos y bolas.

El bombo de números pesa en torno a 800 kilos cuando está cargado mientras que el de premios pesa unos 250. Ambos disponen de dos motores, uno de los cuales arranca automáticamente en el caso de que falle el primero.

Las bolas, hechas de madera de boj, pesan tres gramos cada una y miden 18 milímetros. Y siempre son las mismas, aunque cada año es necesario cambiar alguna que se ha estropeado debido al rozamiento. En concreto, para este sorteo ha habido que repetir 57.

Este miércoles los técnicos empezarán a engrasar los mecanismos y el jueves comenzarán los ensayos "con bolas de mentira", aunque son exactamente iguales que las originales, ha explicado Román Rodríguez, jefe de sección de coordinación de sorteos. El día 21 se hará un ensayo general, en el que participarán los niños de San Ildefonso, con el objetivo de que pierdan el miedo escénico.

Media hora antes de que comience el sorteo, cualquier persona puede comprobar que la bola con el número de su décimo se introduce en el bombo.