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Iglesias afirma que “el famoso SMS del ‘Pásalo’ se gestó” en su entorno

El líder de Podemos relata a Gabilondo cómo se convocó la manifestación del 13-M de 2004

Francesco Manetto
Pablo Iglesias, durante su primera clase en el Parlamento Europeo.
Pablo Iglesias, durante su primera clase en el Parlamento Europeo.Marina Valero (EFE)

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, asegura que el mensaje de texto con el que se convocó el 13 de marzo de 2004 una protesta frente a la sede del PP en la jornada de reflexión salió de su entorno. “Se gestó en mi facultad con un grupo de gente pensando la manera en la que había que ponerlo para que cupiera en los caracteres generara ese efecto de flashmob”, aseguró durante una entrevista que realizó en La Tuerka, uno de sus programas, al periodista Iñaki Gabilondo.

La persona que escribió ese primer SMS, que invitaba a acudir a las 18.00 a la sede del PP, y cuyo testimonio forma parte del libro “¡Pásalo!”, de Carlos E. Cué (Península) prefiere como entonces mantener su nombre oculto pero admite hoy, más de 10 años después, que entre las personas que recibieron y reenviaron los primeros mensajes había mucha gente de la Facultad de Ciencias Políticas de la Complutense que ahora está en Podemos, aunque no es su caso. Revisando ahora los primeros 17 mensajes que envió, ha comprobado que entre ellos hay al menos cinco miembros del actual Consejo Ciudadano, órgano de dirección de Podemos.

Iglesias tenía entonces 25 años, pero sí hay personas cercanas que estuvieron muy presentes en esos primeros momentos de convocatoria, algunos de los cuales se vieron esa mañana del sábado en el Tanatorio Sur, donde fueron trasladadas al menos 60 de las víctimas del 11-M, precisamente porque había fallecido la mujer de un profesor de la Complutense aunque sin relación con el atentado. Iglesias no estaba en el tanatorio pero sí en el entorno de los que promovieron la manifestación.

Esa jornada, como todas en esos cuatro días de marzo de 2004, fue clave. A las 13.30 de ese sábado 13 de marzo Eduardo Zaplana, portavoz del Gobierno, aseguró: “Algunos parece que quieren descartar que pueda ser la banda criminal y asesina ETA, cuando todo apunta, salvo que se demuestre lo contrario y hay líneas de investigación en marcha de las que se ha dado cuenta, que desde luego no nos debería causar ninguna sorpresa que fueran los criminales y asesinos de la banda terrorista ETA”. La policía ya había descartado por entonces la participación de la banda terrorista en la matanza. Ese sábado comienza a circular ese SMS que en tan solo unos minutos se convirtió en viral: “¿Aznar de rositas? ¿Lo llaman jornada de reflexión y Urdazi trabajando? Hoy 13M, a las 18h. Sede PP, c/Génova 13. Sin partidos. Silencio por la verdad. ¡Pásalo!”.

La concentración ante la sede de Génova, 13, provocó una reacción muy dura del propio candidato popular a las elecciones generales, Mariano Rajoy. Tras entrar en la sede en su coche blindado por el garaje de la calle de Zurbano y reunirse con la plana mayor del partido, a las nueve de la noche, transmitido en directo por el telediario, leyó un escrito en el que calificó de “ilegal e ilegítima” la manifestación.

El PSOE decidió salir una vez quedó claro que los detenidos aquella tarde en el barrio de Lavapiés, entre ellos el marroquí Jamal Zougam y dos ciudadanos indios, no guardaban relación alguna con ETA. Fue alrededor de las cinco de la tarde. El encargado de la comparecencia fue Alfredo Pérez Rubalcaba. "Los ciudadanos españoles merecen un Gobierno que no les mienta, que les diga siempre la verdad. El Partido Socialista conoce las líneas de trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado. A pesar de ello, por sentido de Estado, por respeto a la memoria de las víctimas, hemos estado callados". proclamó el dirigente socialista.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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