_
_
_
_
_

Modificar la ley del aborto y los nuevos dependientes, entre los retos

Alonso tiene por delante menos de un año de legislatura, con problemas sobre la mesa como el copago hospitalario y la sostenibilidad del sistema sanitario

Elena G. Sevillano
Alfonso Alonso, nuevo ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Alfonso Alonso, nuevo ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Uly Martín

Alfonso Alonso, el nuevo ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, tiene por delante un mandato relativamente corto —menos de un año para que acabe la legislatura—, pero en el que tendrá que ocuparse de cuestiones tan delicadas como la modificación de la ley del aborto. Tras abandonar el Gobierno la polémica reforma que le costó el cargo de ministro a Alberto Ruiz-Gallardón, su departamento es el encargado de retocar el texto para obligar a las adolescentes de 16 y 17 años a contar con el consentimiento de sus padres para abortar. El Consejo de Estado acaba de echar por tierra el intento de Sanidad de introducir el cambio en una ley de infancia.

La entrada en el sistema de la dependencia de los 315.000 dependientes moderados que llevan dos años excluidos será otro de los retos de Alonso. Este colectivo tiene derecho a ser atendido y a prestación a partir de julio de 2015, pero los Presupuestos Generales del Estado no contemplan ninguna partida para hacerlo.

La exministra Ana Mato había convocado a las comunidades autónomas para el último Consejo Interterritorial del año, que se iba a celebrar este miércoles miércoles. Por fin podía dar una buena noticia tras haber liderado un recorte de 7.000 millones de euros en el presupuesto sanitario: el acuerdo para financiar la vacuna infantil del neumococo, que los pediatras llevan años reclamando. Será Alonso el que lo firme.

Y, aunque no figura en el orden del día, puede que también tenga que tratar con las autonomías uno de los legados más envenenados de la exministra: el copago hospitalario. Una normativa que lleva vigente más de un año y que ninguna comunidad, ni siquiera las del PP, ha puesto en marcha. El nuevo ministro tendrá que decidir si las obliga a aplicarlo —solo Ceuta y Melilla cobran a los pacientes por los medicamentos que retiran de la farmacia hospitalaria— o si lo deroga.

Hay otras asignaturas pendientes, como el recurrente “pacto por la sanidad” entre todos los grupos políticos, pero lleva tantos años en el aire que no parece que vaya a ser una prioridad en lo que queda de legislatura. Con la crisis del ébola cerrada —ayer la OMS declaró a España libre del virus tras pasar 42 días de la curación de Teresa Romero—, el reto más urgente será asegurarse de que carísimos fármacos innovadores para tratar enfermedades como la hepatitis C llegan por igual a los ciudadanos de toda España.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_