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Rajoy insta a no caer en el fatalismo de una nueva “leyenda negra” de España

Tres años después de ganar las elecciones, el presidente pide huir del pesimismo

Rajoy, a su llegada a Santiago de Compostela.Foto: atlas | Vídeo: ATLAS

En el día en que se cumple el tercer aniversario de las elecciones que llevaron a Mariano Rajoy a La Moncloa, el presidente del Gobierno se encuentra en uno de sus momentos más bajos de popularidad. Rajoy y el PP ven cómo los escándalos de corrupción han echado abajo la tímida recuperación en las encuestas que se vio antes del verano. Por eso el presidente, que insiste en que los datos económicos deberían animar a un cambio de ánimo en la sociedad, ha instado a no caer en el fatalismo de quien dibuja "una nueva leyenda negra que cuenta sin descanso que las cosas van siempre mal". Desde Galicia, donde ha protagonizado un acto en día en que se cumplían tres años de su victoria electoral por mayoría absoluta, el jefe del Ejecutivo ha cargado contra "el pesimismo interesado" y el "enfado permanente" que, en su opinión, "algunos instigan" sobre el país.

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Rajoy, que está recibiendo más reconocimiento por sus medidas fuera que dentro de España, como prueba el ambiente propicio con el que fue recibido en el G-20 en Australia, ha defendido que España está recogiendo los frutos "de una siembra bien hecha". En el acto de entrega del LVI premio Fernández Latorre que se ha otorgado al politólogo Xosé Luis Barreiro Rivas, el presidente ha destacado los logros del país. El jefe del Ejecutivo ha subrayado que la lectura de obras como la de Barreiro incita a dejar atrás "la homilía de la resignación, el sermón del fatalismo que quiere condenarnos a una nueva leyenda negra que cuenta sin descanso que las cosas van siempre mal en España".

Esas referencias parecían un mensaje implícito contra el discurso de Podemos, la formación que se abre paso frente al PP y el PSOE y que, según el análisis extendido en la cúpula del PP, quita votos sobre todo a los socialistas pero también es un problema para el Gobierno porque logra con su discurso crítico contra el "régimen del 78" que sea imposible cambiar el ambiente de gran desánimo que hay en la sociedad. Rajoy está empeñado en lanzar un discurso optimista y rechazar lo que él considera catastrofismo. Sin embargo, en privado los dirigentes del PP asumen que mucho más daño que el discurso de Pablo Iglesias hacen los escándalos de corrupción. Tras la enorme preocupación desatada en el PP por el escándalo de las tarjetas black y después de la operación Púnica, Rajoy prometió a los suyos "tomar la iniciativa" contra la corrupción y comparecerá el 27 en el Congreso.

En cualquier caso, y aunque el Gobierno insiste en que todos los datos económicos están mejorando y España lleva seis trimestres seguidos con crecimiento del PIB, los datos comparativos desde la victoria de Rajoy aún no son buenos. Hay algunos muy positivos, como la prima de riesgo, que ha bajado en todos los países periféricos europeos. Pero el dato más importante, el del paro, sigue siendo el quebradero de cabeza del Gobierno de Rajoy. Tanto en paro registrado como en trabajadores registrados en la Seguridad Social, la situación está peor que cuando el presidente ganó las elecciones en 2011. Sin embargo, el Gobierno está convencido de que cuando lleguen las elecciones generales, en 2015, todas las cifras del paro, tanto el registrado como el de la Encuesta de Población Activa, como las de trabajadores afiliados, serán notablemente mejores que las que se encontró Rajoy cuando llegó a La Moncloa.

Durante el acto en Galicia, el presidente ha reconocido que queda mucho por hacer y que todo se puede y se debe mejorar, pero ha asegurado que España es hoy un país respetado en el mundo, "con una gran capacidad de superación que empieza a recoger los frutos de una siembra bien hecha". "Por eso —ha enfatizado— no debemos dejar que el fatalismo infecundo, el pesimismo interesado o el enfado permanente que instigan algunos tiren por la borda unos logros que son excepcionales y que pertenecen en exclusiva al patrimonio común de todos los españoles".

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Rajoy ha aludido a los beneficios que la Constitución ha reportado a España y ha aprovechado también para volver a poner en valor el papel de la política, al tiempo que ha dejado mensajes referidos al desafío soberanista catalán. El "camino" ante el conflicto catalán, ha explicado, debe ser "la búsqueda del entendimiento y el pacto social". Esa es, en su opinión, la vía "constructiva y razonable". Rajoy cree que el debate "debe concluir en el estricto terreno de la realidad, sin engaños ni mitificaciones". El presidente no ha hecho alusiones a la querella que presentará el fiscal general contra el presidente catalán y dos miembros de su Gobierno por la celebración del 9-N.Una disputa judicial a la que la vicepresidenta del Ejecutivo catalán ha reaccionado este jueves con "amargura". "Cada vez nos empujan más fuera de España", ha expresado Joana Ortega.

Rajoy ha reivindicado la concepción de España como "nación" en un proyecto que "en absoluto" ha considerado "agotado". "Somos herederos de cinco siglos de vida en común y de un proyecto en absoluto acabado", ha dicho también el presidente del Gobierno. En la misma línea, ha reivindicado la Carta Magna de 1978, "la Constitución que ha proporcionado las mayores cuotas de bienestar que nunca pudimos imaginar los españoles", ha remarcado.

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