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PP y PSOE ultiman un acuerdo sobre los viajes de los parlamentarios

Los dos partidos quieren aprobar el nuevo sistema en la Mesa del martes

 El PP y el PSOE tienen previsto cerrar antes del martes un acuerdo de aplicación inmediata para regular los viajes de los diputados y senadores, que así tendrán más control y estarán sujetos a mayor publicidad. El pacto será aprobado previsiblemente en la Mesa del Congreso y en la del Senado, sin necesidad de reformar el Reglamento de las Cámaras.

El sistema que se aplica ahora desde 1978 carece de control alguno y es totalmente opaco. Los parlamentarios no tienen que especificar el motivo de sus viajes y las Cortes pagan directamente los traslados en avión, tren o barco, que pueden ser ilimitados. A posteriori los grupos no dan tampoco ninguna información pública sobre los viajes que haya hecho cada parlamentario.

Esta situación ha generado polémica al conocerse que el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, hizo 32 vuelos a o desde Canarias a cargo del Senado en 2009 y 2010, cuando era parlamentario. El letrado de la Cámara Alta solo ha podido certificar que los viajes se pagaron con dinero público, pero no el motivo, porque ningún parlamentario lo especifica.

Agujeros del sistema y picaresca

De todos los viajes de los parlamentarios, los más controvertidos son los que tienen que ver con actos de sus partidos (como en los que el presidente extremeño, José Antonio Monago, dice haber participado en sus viajes a Canarias). Pese a que son los más difíciles de controlar, todos los partidos los aceptan y utilizan el sistema. Consideran que son una forma de ejercer su función política y que, por tanto, deben ser pagados por las Cortes. Hay otra razón no confesada y es que para los partidos sería una carga económica imposible de soportar. Dicho de otra forma, es una manera de financiación de los partidos que admiten todos. La dificultad es la verificación y el límite: Monago, por ejemplo, incluye como actos de partido reuniones con un senador con el que compartía bancada en la Cámara (se sentaba en el escaño contiguo).

El sistema tiene otros agujeros que solo en algunos casos se subsanan. Por ejemplo, ahora solo hay un control presupuestario que realizan los funcionarios de la Dirección de Asuntos Económicos de la Cámara; en algunas ocasiones han detectado duplicidades de viajes en el mismo día y han obligado al parlamentario a devolver ese importe. Otros posibles agujeros son que los billetes de tren, a diferencia de los de avión, no son nominativos: es imposible controlar si viaja el parlamentario o un familiar.

Sí hay un cierto control en las dietas de kilometraje. Las Cortes sufragan “el uso del propio automóvil, en cuyo caso y previa justificación se abona 0,25 euros por kilómetro”. Es decir, en esos casos debe haber justificación, pero puede haber agujeros inevitables como que dos parlamentarios de la misma circunscripción se pongan de acuerdo para viajar en el mismo vehículo y cobren ambos sus respectivas dietas. Las dietas por “misión oficial” sí tienen más control porque solo se cobran en viajes oficiales del Congreso, autorizados previamente por la Mesa y publicados cada día en la web. Son 150 euros por día en desplazamientos al extranjero y 120 dentro del territorio nacional.

También ha dejado recientemente su escaño de diputado por Teruel del PP Carlos Muñoz por haber hecho 60 viajes privados a Canarias con dinero público.

Al estallar el caso, el PP se negó inicialmente a cualquier cambio con argumentos como que las Cámaras no son “un colegio” y “los parlamentarios son mayores de edad”. El presidente del Congreso, Jesús Posada, rechazó poner controles. Pero a medida que avanzaba la polémica el PP fue modificando su posición, y sus portavoces Alfonso Alonso y José Antonio Bermúdez de Castro están cerca de cerrar el acuerdo con el socialista Antonio Hernando.

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Según ese principio de acuerdo, cada diputado deberá hacer constar, al solicitar cada viaje, si está dentro de algunas de las categorías preestablecidas: individuales, de grupo y oficiales. La Cámara no comprobará si estos datos son ciertos o no; según los dos partidos, es el grupo parlamentario el que avala su veracidad. Por eso hablan de control mixto: compartido por la Cámara y cada grupo parlamentario.

En esas categorías de viaje están excluidos los estrictamente privados; sí se incluyen los de delegaciones oficiales —que autoriza y controla la Mesa y dan derecho a dietas— y los de actividades del partido. Obviamente, también se incluyen los traslados entre la circunscripción de origen del parlamentario y la sede del Congreso o el Senado, pero esos no precisan verificación porque es evidente su justificación.

Ese control del grupo parlamentario ya se aplica, teóricamente, para los desplazamientos en coche que dan derecho a pago por kilometraje.

Si se hubiera aplicado esta fórmula en estos momentos el letrado del Senado podría certificar, por ejemplo, que Monago hizo constar que sus 32 vuelos eran por motivos relacionados con su actividad como parlamentario (que es lo que él alega). No habría más precisión ni justificación, a diferencia de lo que ocurre en el Parlamento Europeo, donde los diputados sí deben presentar la carta de invitación a actos políticos relacionados con su actividad antes de recibir el importe del viaje. Esta exigencia no se incluirá en el acuerdo entre PP y PSOE, salvo cambio en los próximos días.

El acuerdo incluye también dar publicidad a los viajes, pero siempre a posteriori. Eso supondrá que cada mes o cada dos meses —a partir de ahora, no con efecto retroactivo— se publique la relación de viajes de cada diputado. Este punto es el que más reticencias ha provocado para llegar al acuerdo.

Otros partidos defendían la publicación diaria de las agendas de cada diputado. De hecho, así lo hacen desde hace tiempo UPyD e ICV en sus web. Sin embargo, los responsables del PP entienden que eso limita la libertad de actuación política de los parlamentarios. Algunos de ellos también tienen reticencias por motivos de seguridad: no están de acuerdo en que se haga público dónde están cada día y cuándo se encuentran fuera de su domicilio. Por ese motivo, se ha buscado una fórmula de publicidad a posteriori.

PP y PSOE pretenden que este acuerdo que se presentará en la Mesa del Congreso y el Senado del martes sea también suscrito por el resto de grupos. Sin embargo, algunos como UPyD e Izquierda Plural han presentado propuestas que van mucho más allá.

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