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Rajoy ve antidemocrática la consulta y resta cualquier validez a los datos

Portavoces de La Moncloa avisan a Mas: “Su comportamiento complica el futuro”

Carlos E. Cué

El Gobierno trató este domingo la consulta alternativa como si fuera un puro ejercicio de propaganda política. Fuentes de La Moncloa la calificaron de “ejercicio antidemocrático e inútil, que no tiene efectos jurídicos”. Mariano Rajoy ha querido minimizar en todo momento este “proceso participativo”, al que no da ninguna validez. Rajoy siguió la jornada desde su despacho en La Moncloa pero evitó comparecer, pero sí lo hizo a última hora, con las urnas ya cerradas, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, que en una brevísima declaración sin preguntas señaló que la consulta alternativa ha sido “un acto de pura propaganda que solo ha servido para exacerbar la división entre los catalanes”.

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El Ejecutivo no quiere ni comentar los datos de participación. Para el Gobierno, estas cifras “no tienen ninguna validez” porque no hay manera de comprobarlas, al tratarse de un proceso controlado por los independentistas, hasta el punto de que Oriol Junqueras, líder de ERC, presidía una mesa en Sant Vicenç dels Horts (Barcelona).

En La Moncloa sentaron muy mal las palabras de Mas en las que anunciaba que solo negociará con Rajoy una “consulta definitiva”, algo que el presidente descarta, y además asumía toda la responsabilidad de la jornada, retando casi a que le denuncie la fiscalía. Estas fuentes de La Moncloa aseguraron que “la actitud y el comportamiento del presidente de la Generalitat en esta jornada dificulta mucho el futuro”.

La decisión de denunciar a Mas, como le reclaman algunos grupos como UPyD, no parecía la más probable anoche por sus enormes consecuencias políticas. El mensaje lanzado por Rajoy el sábado en Murcia es el contrario: “Espero que a partir del lunes se recupere la cordura”. Pero La Moncloa cree que la actitud de Mas ha complicado mucho las cosas. Rajoy tiene además mucha presión de un sector del PP para actuar contra la Generalitat. Cayetana Álvarez de Toledo, diputada de este partido y promotora del manifiesto Libres e Iguales, escribió en Twitter: “Profunda sensación de desamparo ante el silencio del gobierno de mi país”.

El presidente y su entorno insisten en que su voluntad es dialogar a partir de hoy y aseguran que la negociación antes del 9-N era imposible, pero ahora se abre una fase en la que habrá intercambio de mensajes aunque con la posibilidad de que Mas decida finalmente convocar elecciones y eso impida de nuevo cualquier negociación.

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El Gobierno mantiene el enfoque inicial, centrado siempre en contestar a Mas y la Generalitat y casi nunca a los ciudadanos que se manifiestan, como ha sucedido en los últimos años, o que acuden al proceso participativo, como sucedió este domingo. De hecho, el Ejecutivo decidió dejar votar libremente a los ciudadanos y no cerrar los colegios y locales públicos. No se forzó la máquina para evitar la imagen que más temía Rajoy y que seguramente hubiera dado la vuelta al mundo: ciudadanos intentando acceder a un colegio electoral y la policía impidiéndolo y llevándose las urnas.

La fiscalía actuó para identificar a los responsables de la apertura de estos colegios, algo que asumió directamente la Generalitat, pero no fue más allá y no ha intentado cerrarlos o impedir su apertura. El Gobierno dejó que quien hablara con más claridad fuera el PP. Esteban González Pons, su portavoz en el Parlamento Europeo, protagonizó una jornada en la que con el lema No más muros utilizó el 25º aniversario de la caída del muro de Berlín para lanzar un mensaje contra los independentistas catalanes. En un acto en sede de la calle de Génova, dominado por un ambiente de gran preocupación por la votación en Cataluña y caras muy largas, González Pons señaló: “Mientras gobierne el PP, nadie, ningún español se tendrá que ir de Cataluña”.

“Hay 240 trozos del Muro de Berlín repartidos para que toda la tierra recuerde lo que no tiene que volver a suceder. Falta uno en el despacho de Mas. ¿Él habría derribado el Muro de Berlín? Hace 25 años vimos a miles de personas derribando el Muro de Berlín. Hoy vemos a miles de personas en Cataluña que quieren construir otro. La historia camina a favor de los que derriban muros. Si es difícil imaginar a Berlín partido en dos, ¿cómo imaginar un país como España partido en dos?”, remató González Pons.

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