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Nacionalistas de Baleares dan eco al soberanismo

La causa independentista de Cataluña cuaja en los núcleos más autonomistas de las islas

Miles de personas participan en la manifestación por el derecho a decidir de los Países Catalanes.
Miles de personas participan en la manifestación por el derecho a decidir de los Países Catalanes. CATI CLADERA (EFE)

Aun sin poder votar, ni estar directamente concernidos ni obtener un rédito político concreto, bastantes activistas de las minorías y sectores nacionalistas e independentistas de Baleares se muestran comprometidos a favor del proceso soberanista de Cataluña. “No bautizaré a mi hijo en Mallorca, lo haré en Barcelona para que pueda tener la nueva nacionalidad”, ironizó esta semana un profesional catalán que trabaja en la isla.

Al aire de propuestas de organizaciones catalanas, isleños de la causa vindican una hipotética “doble nacionalidad” bilateral ante una eventual declaración de independencia. “Soy funcionaria en Ibiza, pero iré a Cataluña el 9-N por si me necesitan”, anunció en octubre una nacionalista.

El eco político y público en las islas del caso catalán lo ha animado Més, la coalición liderada por el Partit Socialista de Mallorca (nacionalista) donde se integra Iniciativa-Verds. Esquerra Republicana de les Illes Balears ha articulado discursos y acciones de solidaridad con sus grupos afines de Cataluña. Las cúpulas de estas formaciones han acudido a las concentraciones públicas de dos centenares de personas en Palma, que se han repetido en apoyo al 9-N.

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Representaciones de los grupos independentistas han viajado a Barcelona para participar o cooperar en los eventos centrales a favor del referéndum.

Més incorpora a su programa reivindicaciones clásicas de los independentistas, y ya en 2012 se articuló un movimiento por el que 19 de los 53 municipios de Mallorca aprobaron mociones a favor del derecho de autodeterminación. Cada 30 de diciembre —con motivo del aniversario de la conquista catalano-aragonesa del rey Jaume I—, se celebra en Palma una marcha independentista, con creciente participación en los últimos años.

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Las hogueras de San Juan se celebran con aires reivindicativos

La complicidad y la simpatía se han concretado más allá de los núcleos del catalanismo cultural históricamente comprometidos con la causa del autonomismo y de la defensa del idioma común. La política educativa del PP, que recorta el uso del catalán al implantar un trilingüismo en el que hay que dar espacio, además del castellano, al inglés, ha reactivado los movimientos de sensibilidad procatalanista. En las redes sociales, cientos de isleños exhiben los códigos y símbolos de la consulta, siguen las novedades y replican en las polémicas desde la distancia corta.

En los medios afines se suceden artículos de vindicación del proceso. Ha habido aportaciones que han apostado por los beneficios posibles que se derivarían en las islas de concretarse la independencia de Baleares. La Obra Cultural Balear, entidad equiparable al Omnium Cultural, articula las acciones y las campañas. Se ha creado en Mallorca una Asamblea Soberanista aún de peso marginal. Pero en las redes se han notado adhesiones personales a la causa independentista expresadas por militantes tradicionales de partidos de la izquierda federal.

El recorte de la lengua catalana en la escuela ha dado fuelle a la causa

Personalidades del mundo institucional y de la sociedad civil de Cataluña han participado en actos culturales y conferencias de divulgación en las que se abordó la realidad catalana en los últimos meses. Desde el expresidente Jordi Pujol —antes del estallido de su escándalo fiscal— hasta el Síndic de Greuges (Defensor del Pueblo de Cataluña), Rafael Ribó, han desarrollado en las islas estas actividades.

Una versión local del Tricentenari, la derrota de los austracistas en Cataluña y la promulgación del Decreto de Nueva Planta (eliminación de los derechos catalanes, subyugados al absolutismo), se desarrolla en Mallorca. Y por San Juan, las clásicas fogatas se encienden en los picos más altos de las islas, en una acción de reivindicación identitaria que se extiende en lo que algunos llaman países catalanes.

A pesar de todo ello, algunas iniciativas que pretendían poner urnas para votar el 9-N han quedado en nada. No las habrá.

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