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Hospitalizados en Madrid y Tenerife otros cuatro sospechosos de ébola

Son un enfermero de Cruz Roja llegado de Sierra Leona, un misionero de la orden de San Juan de Dios, un viajero de Nigeria y un usuario de la ambulancia que llevo a Romero

Elena G. Sevillano
Momento en el que el religioso ingresa a medianoche en el Carlos III.
Momento en el que el religioso ingresa a medianoche en el Carlos III.G. A. (getty)

Madrid y Tenerife han registrado hoy otros cuatro nuevos casos sospechosos de ébola, todos ellos ingresados en centros sanitarios. En el Hospital Carlos III, donde permanece la primera persona contagiada por este virus en Europa, la auxiliar de enfermería Teresa Romero, quedaron aislados tres de ellos por presentar uno de los síntomas: fiebre. Se trata de uno de los enfermos que viajó en la ambulancia en la que previamente fue trasladada Romero; de un pasajero llegado en un vuelo de París, aunque con origen en Nigeria, que refirió fiebre y temblores, y de un misionero que trabaja en Liberia. La orden de San Juan de Dios, a la que pertenece, afirmó a las ocho de la tarde que ya había ingresado. Dos horas después, reconoció que no era así y se negó a desvelar dónde se encontraba. El Ministerio de Sanidad tampoco respondió a las preguntas sobre su paradero. Ingresó finalmente en dicho centro pasadas las once de la noche.

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El cuarto caso, registrado en Tenerife, corresponde a un enfermero de Cruz Roja que regresó hace unos días de trabajar en un hospital que atiende casos de ébola en Sierra Leona.

La ambulancia que el 6 de octubre trasladó a Romero de su casa al Hospital de Alcorcón no fue descontaminada y siguió trabajando 12 horas, en las que siete pacientes más la usaron. Una de esas personas fue la que ha desarrollado fiebre, como ha anunciado a mediodía Fernando Simón, portavoz del comité creado por el Gobierno para gestionar la crisis del ébola. Simón ha asegurado que se trata de una persona considerada como “contacto de bajo riesgo”, a la que se había sometido a vigilancia activa —llamadas dos veces al día para preguntar la temperatura— y que esta mañana refirió fiebre “de más de 37,7”, lo que ha activado el protocolo. Se trata de un hombre de unos 45 años residente en Fuenlabrada, informa F. J. Barroso. Se le ha mantenido en su domicilio hasta tener listo el dispositivo necesario para trasladarle al Carlos III, donde ha llegado a primera hora de la tarde.

Simón ha anunciado que en la tarde noche de hoy se conocerían los resultados de la primera PCR, el análisis que permite detectar si hay virus en la sangre. El comité aún no ha informado de si dio positivo o negativo. Los 37,7 grados son el límite a partir del cual el protocolo considera que hay un caso sospechoso. Este umbral fue modificado tras los errores cometidos con Romero, que pasó una semana con síntomas sin ser aislada porque no alcanzaba los 38,6.

El misionero llegó a Madrid el sábado pasado procedente de Liberia. Pertenece a la orden de San Juan de Dios, la misma de los dos religiosos repatriados por ébola en agosto y septiembre, Miguel Pajares y Manuel García Viejo, ambos fallecidos. Ha permanecido aislado en un lugar que no fue divulgado en espera de que una unidad del Summa 112 le trasladase al Carlos III, donde ha llegado pasadas las once de la noche de hoy. Es español y de edad avanzada, han precisado fuentes de la orden. Ha estado en la capital liberiana, Monrovia, trabajando para poner en marcha el hospital de la congregación, cerrado desde el 1 de agosto, informa Pilar Álvarez. “Se considera un paciente de bajo riesgo, al no haber estado en contacto con enfermos de ébola”, aseguró la orden en un comunicado.

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Un enfermero de Cruz Roja que ha trabajado como cooperante en un hospital de la organización en Sierra Leona es otro de los ingresados. Ha sido aislado en el Hospital de La Candelaria, en Tenerife, a la espera del resultado de los análisis. La muestra ha sido enviada al único laboratorio que puede procesar este tipo de pruebas en España, el del Instituto de Salud Carlos III en Majadahonda (Madrid).

El enfermero trabajó durante 30 días en un hospital de Cruz Roja en Kenema, una de las zonas más azotadas por el ébola. Regresó a España el día 9 y el 12 llegó a Tenerife, ha explicado a EL PAÍS Juan Jesús Hernández, de Cruz Roja. Hernández ha relatado que el centro de Kenema tiene 60 camas, es específico para ébola y se creó para dar respuesta al brote actual en agosto pasado. Los sanitarios lo atienden en turnos de 30 días. Hasta 35 delegados de Cruz Roja han trabajado allí hasta ahora. Cuatro continúan en Kenema, nueve están en vigilancia activa supervisada —la proporciona la propia Cruz Roja— y otra veintena ya han superado los 21 días de cuarentena. “Desde el momento en que llegó, el enfermero ha estado vigilado y hasta esta mañana había estado asintomático”, ha indicado Hernández. En una llamada de control dijo ayer que tenía fiebre.

Las autoridades sanitarias canarias han decidido aislar también a dos familiares que conviven con él, informa Txema Santana. No presentan síntomas de la enfermedad. Ha sido el propio paciente el que se ha puesto en contacto con el centro para comunicarle su procedencia y que tenía fiebre.

El pasajero nigeriano que viajaba en la compañía Air France y que durante un vuelo entre París y Madrid se quejó de temblores ha dado positivo para malaria

Por último, hoy se ha activado el protocolo de alerta sanitaria en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas por un pasajero de la compañía Air France que durante un vuelo entre París y Madrid se quejó de fiebre y temblores. El hombre, procedente de Nigeria, ingresó en el Hospital Carlos III. Este paciente ha dado positivo para malaria, según ha comentado esta madrugada en Telemadrid José Manuel Echevarría, jefe de Virología del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, uno de los expertos del comité de crisis gubernamental.

Tanto el paciente de Fuenlabrada como el viajero de Nigeria están en la sexta planta de ese centro, la misma que la auxiliar de enfermería Romero.

La única persona que, por ahora, está contagiada de ébola, Teresa Romero, “sigue estable”, ha asegurado  Fernando Simón. “La carga viral se ha reducido” y la paciente “es capaz de luchar contra la infección”. Los problemas con sus órganos vitales, causados por la infección, “van mejorando”, ha añadido, aunque ha precisado que hay que ser cautos: “Hay claros signos de esperanza, pero no conviene lanzar las campañas al vuelo”. En los últimos días la carga viral de la auxiliar de enfermería ha descendido, señal de que su organismo produce anticuerpos que luchan contra la infección.

En el Carlos III siguen aisladas 15 personas que se consideran contactos de alto riesgo, la mayoría sanitarios, aunque también están bajo vigilancia tres peluqueras del centro en el que Romero se depiló el 2 de octubre, cuando ya presentaba síntomas. Estas 15 personas se mantienen “asintomáticas”, ha indicado hoy Simón, que ha pedido prudencia porque aún no han pasado los 21 días en los que el virus se puede incubar.

Los riesgos de la atención

En cuanto a lo ocurrido en Estados Unidos, el doctor Echevarría entiende que "demuestra que la atención de paciente de ébola en el mundo desarrollado tiene riesgos y hay que tener en cuenta que a un paciente que se le atiende en un hospital africano no tiene acceso a los mismos tratamientos a los que se somete a un país desarrollado".

En el caso del paciente fallecido que contagió a dos enfermeras que le atendieron en Dallas, los datos sugieren que fue sometido a procedimiento de medicina intensiva, "lo cual tiene un riesgo muy alto", sobre todo la intubación que supone el aumento del riesgo de aerosoles, es decir la diseminación de gotas contaminadas.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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