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El escándalo de las tarjetas suma otra dimisión de un consejero de Bankia

Fernando Serrano era hasta ahora el vocal del Tribunal Económico y Administrativo La firma Burson-Marsteller destituye a su vicepresidente, exdirectivo de la entidad

Tarjetas de crédito de Caja Madrid.
Tarjetas de crédito de Caja Madrid.PAUL HANNA (REUTERS)

Las dimisiones y destituciones por el escándalo de las tarjetas opacas de Caja Madrid se suceden con el avance de los días. Este lunes, el exconsejero de Caja Madrid Fernando Serrano, hasta ahora vocal del Tribunal Económico y Administrativo de Madrid, ha presentado su dimisión. Otro implicado, el exdirectivo de la caja Juan Astorqui, ahora vicepresidente de la compañía de comunicación Burson-Marsteller, ha sido destituido en su puesto, según ha informado la empresa en un comunicado.

Con los dos de hoy son ya diez las dimisiones o destituciones desde el pasado miércoles, cuando estalló el escándalo. Según informa Europa Press, Serrano, que gastó 78.500 euros con las tarjetas sin declarar, espera reincorporarse a la universidad en la que daba clases. Astorqui utilizó la visa con un gasto de 293.000 de euros anuales y una media de 36.000 euros mensuales. Su retribución anual en Caja Madrid rondaba los 1,37 millones de euros.

"Burson-Marsteller ha tomado la decisión para evitar cualquier posible perjuicio a la compañía y a sus clientes ante las recientes informaciones sobre Caja Madrid y la posible relación del señor Astorqui en estos hechos", ha señalado la firma que preside Carmen Valera en un comunicado.

Fernando Serrano es la persona a la que la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, se refirió como el hijoputa, cuando era presidenta de la Comunidad, en una sonada conversación privada que fue captada por un micrófono abierto. Aguirre pidió perdón en su momento por su expresión, la que utilizó en una charla en la que se congratulaba por “la suerte de poder darle un puesto a IU y quitársela al hijoputa”.

El desencuentro entre Serrano y las autoridades autonómicas se remontaba al 16 de enero de 2009, cuando, en medio del turbulento proceso de renovación de los órganos de dirección de Caja Madrid, el alcalde de entonces, Alberto Ruiz-Gallardón, consiguió que fuera elegido ante notario presidente de la Comisión de Control, desbancando así a Pablo Abejas, mucho más cercano a Aguirre y quien también ha sido cesado ahora por el caso de las tarjetas opacas.

La dimisión de Serrano fue presentada el viernes y su salida se produjo pocas horas después de que la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, decidiera cesar a Beltrán Gutiérrez, asesor del Grupo Municipal por ser su nombre también parte de los 86 ejecutivos y directivos de Caja Madrid y Bankia que utilizaron las tarjetas opacas ante el fisco. Su destitución forzó al presidente de la patronal madrileña (CEIM), Arturo Fernández, a anunciar que devolverá los 37.000 euros que gastó con su tarjeta, en movimientos que él consideró como “gastos de representación”.

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El escándalo ha forzado al PP a estudiar “caso por caso” el uso de las tarjetas opacas, según anunciaron el viernes fuentes de la dirección nacional del partido. Si detecta irregularidades entre los 28 consejeros de Caja Madrid designados por el PP que disponían de tarjeta, el partido “actuará en consecuencia”. Algunos de estos afiliados ya habían dimitido entonces de sus cargos. Así lo hicieron el jefe de gabinete de la secretaría de Estado de Hacienda, José María Buenaventura; el gerente de la Empresa Municipal del Suelo y la Vivienda de Boadilla del Monte, José Rodríguez; y la presidenta de la Fundación Caja Madrid, Carmen Cafranga.

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