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Malestar de diputados con Sánchez por su plan de incompatibilidades

El líder del PSOE renuncia al permiso del Congreso para dar clases y conferencias

Anabel Díez
Pedro Sánchez durante un desayuno informativo, ayer en Madrid.
Pedro Sánchez durante un desayuno informativo, ayer en Madrid.Fernando Alvarado (EFE)

La proclama solemne del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, de que no se puede ser diputado “en ratos libres”, llegar a la circunscripción el jueves y dedicarse a “sus negocios en los días libres”, ha causado revuelo y cierto malestar en las filas del Grupo Parlamentario Socialista. El líder socialista ordenó ayer la presentación en el Congreso de una proposición no de ley para que se endurezcan las incompatibilidades de los diputados. El malestar viene porque muy pocos socialistas tienen otra actividad diferente a la de diputado. Al principio de la actual legislatura, el Congreso autorizó a 130 diputados, de los 350, a mantener otra actividad. Las situaciones son muy diversas porque muchas de ellas son sin remunerar. De ese bloque autorizado solo una treintena son socialistas y, entre ellos, está Pedro Sánchez, que pidió autorización al Congreso para impartir clase en la Universidad privada Camilo José Cela de Madrid, dictar conferencias y participar en tertulias políticas.

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Al ser elegido secretario general del PSOE el 27 de julio pasado, ha renunciado a esas actividades, que no le suponían demasiado tiempo y por las que recibía una exigua contraprestación económica. Aunque esa información es pública, porque está en la web del Congreso, no la mencionó en su conferencia del miércoles en el Foro Europa.

En su entorno reconocieron ayer, que, en efecto, no lo dijo, pero en su ánimo siempre ha estado marcar personalmente la pauta al renunciar a otras actividades. “Los cambios empiezan en primera persona”, ha dicho a EL PAÍS. También ha recalcado que todas sus actividades están declaradas en el Congreso y que “empezó a ser diputado cuando era profesor, y no al revés”. Tanto es así que incluso la campaña frente a Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias por la secretaría general del PSOE le cogió con la corrección de exámenes.

En su afán de dar un giro a la forma de hacer política propone prohibir toda actividad y si se asiste a alguna relacionada con la responsabilidad política, “por ejemplo asistir a tertulias o colaboración con medios de comunicación, no podrán recibir retribuciones”. Eso es lo que dijo en al Foro Europa y eso también ha causado malestar en su grupo. ¿Por qué? Los diputados consultados que participan en tertulias señalan que no reciben contraprestación económica. El énfasis que puso el secretario general sobre la necesidad de que los parlamentarios no se distraigan en otros menesteres se consideró una advertencia injusta.

La mayoría de los diputados del PSOE solo se dedica al Congreso
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Otra causa de malestar viene por la posible extensión de duda sobre la dedicación de los diputados. Quienes hacen otra tarea han tenido la autorización del Congreso. Como la tuvo Sánchez, y, sobre todo, muy pocos socialistas estarían en ese bloque. Con ironía un diputado socialista clavó el sentir de muchos de sus compañeros: “Un juicio de valor de esa naturaleza ensucia a toda la casta, que diría Pablo Iglesias, el de Podemos, no el nuestro”.

Lejos de la intención de Pedro Sánchez de ofender a su grupo parlamentario, según señalan en su entorno. Aún así, a los diputados socialistas les hubiera gustado que no se generalizara. La propuesta que ayer se registró en el Congreso es para que “todos los diputados y senadores se dediquen en exclusividad a sus tareas de representación política”, explicó Sánchez. “La haremos a todos los grupos pero si no la aprueban pediré a mi grupo parlamentario que lo apliquemos en primera persona”, dijo en su anuncio. La respuesta anónima de ayer fue que la inmensa mayoría no tiene nada a lo que renunciar. Otros, por ejemplo, que dan clase en la Universidad y para los que fueron habilitados, al igual que el propio secretario general, tendrán algún problema porque el curso ya ha empezado. Entre los comentarios de los socialistas se resaltaba “el puritanismo” de la mayoría de los dirigentes socialistas que ha habido hasta ahora y colocaban a Alfredo Pérez Rubalcaba a la cabeza. Éste renunció a la indemnización que tenía derecho al salir del Gobierno con el argumento de que tenía trabajo y sueldo, el de diputado.

El socialista promueve endurecer las incompatibilidades

De momento la iniciativa presentada ayer por el Grupo Socialista será estudiada por el Grupo Popular que, en principio, la enmarcará en el paquete de regeneración democrática que está en discusión con el PSOE y el resto de los grupos.

La suerte de la iniciativa del Grupo Socialista está por determinar aunque es posible que no caiga en saco roto y se modifique la Ley Electoral y el Reglamento del Congreso para “ampliar el régimen de incompatibilidades”. Será fundamental otro de los puntos cual es atribuir a la Comisión del Estatuto del Diputado la capacidad para comprobar la veracidad de las declaraciones sobre actividades y bienes patrimoniales de los diputados

El fondo de la iniciativa es aceptado por la mayoría del grupo. Los menos levantiscos reconocen que quizá debía haber sido más preciso porque sin querer ha herido a muchos diputados socialistas. Tampoco cayó bien, y eso fue del todo generalizado, que el día anterior propusiera funerales del Estado para las mujeres asesinadas por “el terrorismo machista”. Después, lo matizo. Sí hay coincidencia generalizada de que en la nueva dirección debe haber más precisión en las propuestas

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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