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Rivero culpa a Soria de “instigar” la crispación y pide al Rey que medie

El presidente amaga con una ruptura institucional por los sondeos petrolíferos autorizados frente a Lanzarote y Fuerteventura

Paulino Rivero, presidente de Canarias.
Paulino Rivero, presidente de Canarias.ULY MARTÍN

El permiso del Gobierno para que Repsol efectúe prospecciones petrolíferas en aguas cercanas a Lanzarote y Fuerteventura, publicado ayer en el BOE, ha enfadado al presidente de isleño, Paulino Rivero, que ha amenazado con una ruptura institucional entre Canarias y España. Además, desveló que “accionistas de Repsol” le han confesado que “no es un proyecto estratégico” y que están siendo “presionados por el regulador”, en referencia al Ministerio de Industria, cuyo titular, José Manuel Soria, es también presidente del PP canario. Es el conflicto “más grave y con más calado” desde la conquista del archipiélago, ha asegurado Rivero. Ante el silencio institucional del Gobierno, los populares canarios trasladaron la postura del ministro. En opinión de Australia Navarro, portavoz en el Parlamento autonómico, las declaraciones de Rivero son “una antología del disparate y de la contradicción, porque pide diálogo y luego amenaza con romper relaciones”. La formación conservadora le pide ahora “tranquilidad, sosiego y que se deje de amenazas” para poder volver a establecer un clima de diálogo.

Las prospecciones han sido la espita de una disputa económica, medioambiental y política entre Rivero y Soria, y están destapando la caja de los truenos entre ambas Administraciones. No es la primera vez que ocurre, pero ayer, el presidente canario volvió a pedir la mediación en este conflicto de Rajoy y del Rey.

En una solemne y tensa comparecencia ante los medios de comunicación ayer, Rivero definió a Soria como el “instigador de este clima de crispación” y le llamó “sembrador de tempestades”. El presidente del Cabildo de Fuerteventura, Mario Cabrera, que acompañaba a Rivero ya ha hablado en reiteradas ocasiones de “intereses privados” del ministro al que denomina con sorna “Repsoria”. El presidente canario ha dicho, además, que desde el ministerio de Industria “se ha presionado a la compañía para que siga adelante con el proyecto”, dado que “no es prioritario” para la multinacional. Desde Repsol desmienten ambas cosas. “Nos interesaba el proyecto antes de que Soria fuese ministro y Rivero presidente” y “nadie, absolutamente nadie, nos ha presionado para que sigamos adelante”, zanjaron. El presidente canario asumió la gravedad de sus declaraciones añadiendo que no se atrevería a decirlo, desde la Presidencia del Gobierno, “si no fuera así”.

El enfrentamiento entre Paulino Rivero y José Manuel Soria tiene su origen cuando cohabitaron en el Gobierno de Canarias. Presidente y vicepresidente protagonizaron una sonada ruptura que llevó a Soria a la oposición en el Parlamento regional antes de salir disparado a las listas para el Congreso de los Diputados y al Ministerio de Industria, Turismo y Energía. Desde entonces, todo han sido desavenencias.

Y en ellas, el Ejecutivo regional encuentra los argumentos para solicitar la intervención en este conflicto del presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, e incluso del rey Felipe VI. En su día Paulino Rivero ya trasladó el alejamiento de España que sentía a Juan Carlos I. Ayer dijo más: “Es el conflicto más grave y de más calado” desde la conquista de las Islas. Rivero traslada ahora la bronca política a otro escenario, el balear, donde están pendientes informes medioambientales para efectuar otras prospecciones. Ayer advirtió de que estará pendiente del resultado de ese informe y si de él se desprende un trato diferente del que se ha dado a Canarias, es decir, si el impacto ambiental impide perforar en aguas baleares habría una ruptura de las relaciones institucionales. Rivero dijo que hay que esperar a septiembre para saber lo que significa esa “ruptura”

El Gobierno de Canarias sigue adelante con la idea de celebrar una consulta popular y está ultimando la Ley de Participación Ciudadana que creen que la va a permitir. Rivero está enfrascado, a la vez, en la batalla por ser el próximo candidato de Coalición Canaria a la presidencia del Gobierno regional. Compite con Fernando Clavijo, alcalde de San Cristóbal de La Laguna. Clavijo dijo a EL PAÍS: “Esto no es un asunto de Rivero, es un asunto de Coalición Canaria como partido, es un atropello a Canarias”.

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