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La justicia impulsa los beneficios penitenciarios para presos de ETA

La Audiencia generaliza los permisos para reclusos de la ‘vía Nanclares’

Luis R. Aizpeolea
El exjefe de ETA José Luis Urrusolo Sistiaga durante su juicio en la Audiencia Nacional por terrorismo en 2010.
El exjefe de ETA José Luis Urrusolo Sistiaga durante su juicio en la Audiencia Nacional por terrorismo en 2010.Chema Moya

La justicia impulsa la concesión de beneficios penitenciarios a presos de ETA tres años después del cese definitivo de la violencia por parte de la banda terrorista. Por un lado, la Audiencia Nacional está generalizando los permisos para los reclusos que cumplen con lo dispuesto en la ley —rechazo de la violencia, pedir perdón a las víctimas, pago de las indemnizaciones civiles...—: los acogidos a la llamada vía Nanclares. Por otro, hace tres meses el Tribunal Supremo abrió una vía que podría afectar a decenas de presos de la banda terrorista, arrepentidos o no: la posibilidad de que se descuente el tiempo cumplido en Francia de la condena efectiva en España.

Los tribunales se han encontrado hasta el momento con la oposición de Instituciones Penitenciarias (dependiente del Ministerio del Interior) y de la Fiscalía, que recurre casi sistemáticamente cualquier beneficio penitenciario que se concede a estos presos. Hasta el momento, la actitud del Gobierno ha sido la de bloquear cualquier medida que pueda interpretarse como una concesión a los terroristas. Ahora, y con el lehendakari Iñigo Urkullu insistiendo en que se tomen medidas para consolidar el final del terrorismo, el Ejecutivo ha vuelto a poner sobre la mesa su propio plan de reinserción de presos, alternativo a la vía Nanclares. Interior asegura que hay varios reclusos en proceso de sumarse a la iniciativa.

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La vía Nanclares fue inaugurada en 2009, durante el Gobierno socialista, y a ella se acogieron en esos meses poco más de una docena de reclusos etarras. Entre ellos, históricos de la organización como Joseba Urrusolo Sistiaga o Carmen Gisasola, que aceptaron desvincularse de la organización y pedir perdón a cambio de que se les aplicaran beneficios penitenciarios a los que tenían derecho los presos no terroristas.

Cuando el Partido Popular ganó las elecciones en noviembre de 2011, la Administración penitenciaria cerró la vía. El Ministerio del Interior, en manos de Jorge Fernández, abrió su propio programa de reinserción, pero hasta el momento solo una persona se ha acogido al mismo: el que firmó el mes pasado un acta notarial para rechazar la violencia. Para los presos de la vía Nanclares se complicó a partir de ese momento la obtención de permisos y otros beneficios que permitía la ley.

Durante los últimos meses, los jueces han ido desbloqueando la situación de estos presos desvinculados de ETA. De 13 reclusos de la vía Nanclares que han solicitado permisos de salida, los jueces se los han concedido ya a 12 —tras una batalla con la Fiscalía, que los ha recurrido casi todos—. La sección primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha apoyado las propuestas del juez de Vigilancia Penitenciaria, José Luis de Castro, y los penados han logrado sus permisos de salida.

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Así ha ocurrido con José Luis Álvarez Santacristina, Txelis; Aitor Bores; Jorge Uruñuela; Kepa Pikabea; Carmen Gisasola; Joseba Urrusolo Sistiaga; Valentín Lasarte; Josu Garcia Corporales; Luis Carrasco; Rafael Caride e Ibon Etxezarreta. A los tres primeros se les aplica el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, que les permite salir a trabajar y acudir a prisión a pernoctar. Los demás obtienen permisos de 18 días cada seis meses. A la cabeza están Lasarte, con 12 permisos, y Urrusolo y Pikabea, con 11. De los 13 reclusos etarras que han solicitado permiso, sólo hay un caso pendiente de tramitar por el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, el de Idoia López Riaño, La Tigresa.

12 de los 13 reclusos apartados de la banda disfrutan ya de salidas de prisión

El pronunciamiento de la sección primera de la Sala de lo Penal contra el recurso de la Fiscalía, de junio de 2014, referente al tercer y último permiso de Lasarte, es claro. Frente al criterio de la Fiscalía, que se opone al permiso de Lasarte por considerar que los delitos que cometió son “muy graves” y por “no colaborar con la Justicia”, la Sala de lo Penal responde que “no está acreditada” la falta de colaboración. Y se pronuncia sobre el permiso de forma contundente: “No ofrece riesgo de quebrantamiento de condena, ha roto con la banda terrorista, abandonó la disciplina del colectivo de presos, reconoció la responsabilidad de sus delitos, asumió el daño causado, pidió perdón a las víctimas, intervino en procesos de justicia restaurativa y abonó el pago de la responsabilidad”.

Los reclusos de la vía Nanclares han ganado otra batalla judicial a la Administración que se podría generalizar a otros presos: el descuento del tiempo cumplido en Francia de la condena efectiva en España. La batalla la abrió Urrusolo Sistiaga con un recurso ante el Tribunal Supremo que, en su resolución del pasado marzo, aplicó una directiva de la UE de 2008 que obliga a los socios europeos a tener en cuenta las condenas cumplidas en otros países comunitarios.

Pero la resolución del Supremo, aunque abrió la puerta al descuento de las penas cumplidas en Francia, remitía al estudio de cada caso concreto. Junto a Urrusolo, otros tres presos de Nanclares, López Riaño, Gisasola y García Corporales, solicitaron a los tribunales este descuento. La Fiscalía se ha opuesto a todos.

Condiciones para beneficiarse del descuento de la pena en Francia: conexión en el tiempo de los delitos y que sean de la misma naturaleza

En junio, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional se pronunció por el primer caso, el de García Corporales, dando la razón al exetarra. Las únicas condiciones que debe cumplir el recluso para beneficiarse del descuento de la pena en Francia es que haya conexión en el tiempo de los delitos cometidos y que sean de la misma naturaleza. A García Corporales le han descontado cinco años de condena —la cumplía en su totalidad en marzo de 2018—, de forma que será excarcelado en los próximos días, una vez que el Tribunal de París envíe los datos a la Audiencia Nacional.

De los demás solicitantes, López Riaño cumplió en marzo de 2014 los tres cuartos de condena, lo que le permitiría acceder a la libertad condicional. Si se le reduce lo cumplido en Francia, quedaría en libertad enseguida. Urrusolo y Gisasola tendrán que esperar algo más. La medida podría beneficiar a decenas de presos detenidos en Francia —136 etarras cumplen condena en el país vecino—, algunos de ellos muy conocidos, como Francisco Múgica Garmendia, José Javier Zabaleta o Santiago Arróspide, Santi Potros.

Finalmente, se ha abierto una nueva vía de acceso al tercer grado y a la libertad condicional tras su concesión a Asier Arronategi, que ha cumplido todos los requisitos que marca la ley a través de un acta notarial. Otros siete presos de la vía Nanclares han solicitado también el tercer grado.

La experiencia de Txelis

La llamada vía Nanclaresla puso en marcha el Ministerio del Interior siendo Alfredo Pérez Rubalcaba su titular, en 2009, en el proceso terminal de ETA, con la pretensión de dividir a los presos de la banda. En aquel momento, algunos presos veteranos y notables de ETA, como Urrusolo, Pikabea o Guisasola, habían expresado su rechazo al terrorismo, habían roto con la disciplina de ETA en las cárceles y habían reconocido el daño causado a las víctimas. No eran muchos, algo más de una docena.

Instituciones Penitenciarias trató de potenciar la división de ETA en las cárceles, punto estratégico clave para la banda, dando un impulso a la línea marcada por los presos disidentes. A quienes cumplieron los requisitos —rechazo del terrorismo, reconocimiento del daño causado...— los acercó a las cárceles vascas y empezó a concederles permisos de salida siempre que cumplieran los requisitos que marca la ley. El primer preso exetarra que tuvo un permiso de salida fue José Luis Álvarez Santacristina, Txelis, en diciembre de 2009.

Instituciones Penitenciarias fue midiendo los pasos y, poco a poco, los presos que cumplían la ley, acogidos a la vía Nanclares, fueron obteniendo permisos de salida durante 2010 y 2011.

La experiencia fue positiva. No hubo ningún quebrantamiento de la disciplina carcelaria —los presos que fueron saliendo con permisos regresaban puntualmente a sus prisiones— ni tampoco hubo reacciones conflictivas a las medidas.

Pero lo que más valoran quienes las propulsaron, como el ex Comisionado del Gobierno vasco, Jesús Loza, fue la reinserción real y la preparación para la integración en la sociedad de los presos acogidos a esta vía.

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