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La Casa del Rey expresa su “pleno respeto a la independencia del poder judicial”

Felipe VI afronta el procesamiento de su hermana seis días después de su proclamación

Natalia Junquera
Los reyes de España, ayer, en un acto oficial.
Los reyes de España, ayer, en un acto oficial. Carlos Alvarez (Getty)

La Casa del Rey manifestó este miércoles, tras conocer el procesamiento de la infanta Cristina y el deseo del fiscal de recurrir esa decisión del juez José Castro, su “pleno respeto a la independencia del poder judicial”. Ni una palabra más ni una palabra menos para comentar el primer obstáculo de Felipe VI solo seis días después de su proclamación.

El Rey, quien prometió el pasado jueves en su primer discurso como Monarca que la Corona observará “una conducta íntegra, honesta y transparente”, afronta ahora el primer examen al prestigio de la Monarquía.

Desde la imputación, en diciembre de 2011, de Iñaki Urdangarin en el caso Nóos, La Zarzuela ha mantenido distintas reacciones según iba evolucionando la instrucción. No hubo comentarios sobre el auto de imputación del marido de la Infanta, aunque el jefe de la Casa del Rey, entonces Rafael Spottorno, acababa de calificar su comportamiento como “no ejemplar” y, por tanto, no apto para seguir participando en actos oficiales de la familia real. No obstante, en abril de 2013, cuando la imputada fue doña Cristina, La Zarzuela sí se permitió comentar el auto del juez Castro para manifestar su “sorpresa” por el cambio de criterio del magistrado, que en anteriores ocasiones había rechazado imputarla y, a la vez, su apoyo a la decisión del fiscal de recurrir, destacando, además, “su imparcialidad”.

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Aquellas declaraciones se tomaron como una injerencia. Por eso, cuando el pasado enero la Infanta volvió a ser citada a declarar como imputada, decidieron ceñirse al “respeto a las decisiones judiciales”. Ni una línea más para “evitar malinterpretaciones”.

Finalmente, doña Cristina prestó declaración como imputada el pasado 8 de febrero durante más de seis horas tras bajar en coche la llamada Cuesta de la vergüenza y recorrer los últimos pasos hasta el juzgado de Palma con una imperturbable sonrisa de infanta, como si se tratara de un acto oficial.

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Ningún miembro de La Zarzuela la acompañó entonces, siguiendo la estrategia diseñada por Spottorno para tratar de aislar a la Corona del escándalo. La Infanta no participaba en ningún acto oficial de la familia real ni recibía, por tanto, la asignación económica para ello desde diciembre de 2011.

Los duques de Palma aceptaron, molestos, esa distancia marcada desde la Casa del Rey. La Zarzuela se esfuerza estos días por explicar que desde que don Felipe subió al trono, doña Cristina, como su hermana Elena, ya no forma parte de la familia real, sino que pasa a tener el estatus de familia del Rey. Un tecnicismo difícil de trasladar a la opinión pública y que se traduce en que las Infantas ya no acudirán a actos oficiales, algo que, en el caso de doña Cristina no supone cambio alguno, pues llevaba apartada de la agenda más de dos años.

El nuevo rey ha sido además tajante en este asunto. Los casos de corrupción “le duelen y le cabrean mucho”, afirma un exempleado de La Zarzuela. Y el que afecta a su familia no es distinto. Desde que estalló el escándalo ha evitado los encuentros públicos con su hermana, al contrario que su madre, que acaba de visitarla en su refugio de Ginebra.

El caso Nóos ha provocado una permanente tensión dentro de la familia. Durante la instrucción, la Infanta no se planteó ni el divorcio ni la renuncia a sus derechos en la línea de sucesión al trono, gestos que, según fuentes de La Zarzuela, de haberse producido al principio de la investigación podrían haber ayudado a minimizar daños. El rey Juan Carlos tampoco se lo pidió. Felipe VI no puede obligarla, ya que se trata de una renuncia, que, según la Constitución, debería regularse mediante una ley orgánica, aunque en la práctica no tenga ningún efecto más allá del simbólico.

La instrucción llega a su fin, pero “el martirio”, como se refirió en repetidas ocasiones Spottorno al caso Nóos, continúa. La Casa del Rey se esfuerza con el recién estrenado equipo en continuar con la estrategia del anterior, esto es, mantener la agenda oficial, intentar recuperar la normalidad cuanto antes y seguir dando pasos hacia la transparencia. Con Spottorno y Javier Ayuso, anterior director de comunicación, se convocó, por ejemplo, la primera rueda de prensa de la historia en La Zarzuela.

El Rey, como estaba previsto, acudió ayer con la Reina a un acto militar, la salutación de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil, en el Palacio Real. Pasó revista a las tropas y les dedicó unas cariñosas palabras: “Me emociona especialmente dirigirme hoy a todos vosotros (...) Me siento muy orgulloso de ser el mando supremo de las Fuerzas Armadas”.

Como ha hecho en casi todas sus intervenciones públicas desde la proclamación, don Felipe quiso recordar a don Juan Carlos: “A lo largo de estos últimos años, bajo el reinado de mi padre, las Fuerzas Armadas han experimentado un proceso de transformación sin precedentes”, dijo, refiriéndose, en particular, a la incorporación de la mujer, hace 25 años, o la participación en misiones internacionales. “Soy muy consciente de las dificultades que estáis atravesando debido a la actual situación económica, que afrontáis ajustando a fondo los recursos disponibles para ser más eficientes en las operaciones. No dudéis de que estáis dando, una vez más, ejemplo de abnegación y superación”, añadió el Rey. Hoy estará en Girona, como estaba previsto, intentando recuperar la normalidad.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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