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Abstención récord y resultado ajustado

La participación estimada por Metroscopia estará entre el 40% y el 43% El PP tiene una ventaja de solo 1,5 puntos, que supone un empate con el PSOE en escaños

La campaña electoral de las europeas no ha logrado aparentemente vencer la desafección y el recelo ciudadano ante las urnas. Más bien todo lo contrario, porque es probable que sea la cita electoral con menor participación de la historia democrática y el resultado final dependerá de un margen muy estrecho de votos que aún no están ni decididos siquiera. Es decir, pronóstico reservado y equilibrio inestable para mantener la incertidumbre.

La encuesta de Metroscopia para EL PAÍS, la última que por imperativo legal se publica antes del 25-M, muestra que no ha funcionado la estrategia de los dos principales partidos, basada fundamentalmente en movilizar a los electores recelosos. La participación estimada en el sondeo se sitúa entre el 40% y el 43%, inferior incluso al 46% de 2009.

La muestra se realizó antes del debate cara a cara entre Miguel Arias Cañete y Elena Valenciano y, obviamente, de las palabras del candidato del PP sobre las mujeres. Ninguno de estos dos sucesos de campaña parecen actuar como acicates de movilización y, más bien, quiebran y bloquean, en el caso del PP, la estrategia para agitar a sus indecisos o a los molestos con la política del Gobierno dispuestos a castigarlo en las urnas. El PP aspiraba a empujar a las urnas a medio millón de votantes que decantarían a su favor las elecciones, pero la frialdad de la campaña y el traspiés de Cañete no apuntan a que lo logrará.

Ya antes de su resbalón posterior al debate, el candidato del PP era el peor valorado de todos y tenía problemas con el voto femenino. Ahora está por ver cuánto y cómo le afecta la polémica.

La irrupción de Ciudadanos también pasa factura al Partido Popular

La incertidumbre sigue definiendo el pronóstico, porque a esa falta de pulso electoral que distorsiona la estimación, se une la previsión de empate técnico entre PP y PSOE. El ganador no logrará más que el 32% de los votos y ese exiguo porcentaje de voto solo ha servido en otras elecciones para quedarse como principal fuerza de la oposición y segundo partido más votado, con resultados que fueron considerados entonces como un fracaso. Ahora el PP tiene una ligera ventaja de solo 1,5 puntos, que puede ser amortiguada por el margen de error del sondeo y volteada por el PSOE si logra arrancar muy pocos votos de aquí al próximo domingo. De hecho, la volatilidad del voto directo del sondeo se acrecienta porque la mayoría de los que se declaran indecisos aseguran que en anteriores comicios votaron al PSOE. La esperanza de los socialistas está en Andalucía donde el PP está bajo mínimos y su problema se sitúa en Cataluña, encajonado por la polarización entre partidarios y contrarios de la consulta.

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Ese panorama novedoso incluye una fragmentación del mapa político que hace que, por ejemplo, en las europeas de 2009 fueran seis los partidos españoles con escaños en el Parlamento europeo y ahora puedan ser hasta nueve las candidaturas con opciones de tener representación.

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La suma entre PP y PSOE se mantiene en el 63,7%, 17,2 puntos menos que en 2009, pero ligeramente por encima de anteriores sondeos. Ese dato sirve para medir si lo que se conoce como bipartidismo está en crisis solo de forma coyuntural o si permite aventurar para las generales de 2015 un Congreso fragmentado que obligue a insólitas alianzas entre más de tres partidos o a la polémica gran coalición. Por el momento, IU se mantiene como beneficiario de los votos que antes fueron al PSOE y podría pasar del 3,7% de los votos al 11%, triplicando sus escaños de 2009 de dos a seis. Su ascenso podría ser aún mayor si no fuera por la aparición de Podemos, la candidatura que encabeza Pablo Iglesias, que se sitúa en el mismo segmento ideológico que IU y que consolida sus opciones de lograr un escaño y llega al 2,4% de los votos. Iglesias tiene la mejor valoración, junto al cabeza de lista de CiU, Ramón Tremosa.

UPyD ha moderado su ascenso de anteriores sondeos, pero aun así pasaría de uno a dos escaños y del 2,9% de los votos al 4,5%. En su caso, le afecta el ascenso de Ciudadanos, que también está en condiciones de lograr que su cabeza de lista, Javier Nart, sea diputado europeo con el 2,3% de los votos. La otra lista que podría lograr por primera vez escaño es la de Primavera Europea que incluye a Compromís, EQUO y CHA. La estimación en este caso es del 1,7% de los votos y, por tanto, sus opciones de ir a Bruselas dependen de muy pocos votos.

De las dos listas nacionalistas, la novedad es el ascenso de ERC que, por primera vez puede ser la más votada en Cataluña y supera la lista que incluye a CiU, PNV y CC. El empuje del sentimiento independentista en Cataluña ha desbordado a CiU y ha hecho crecer a ERC, como si los electores estuvieran convencidos de que es mejor apoyar la opción que con seguridad les llevará a la consulta y, en su caso a la independencia. Prefieren el original con certificado de autenticidad independentista.

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