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Rajoy entra en la batalla catalana para frenar el proceso soberanista

Los partidos echan un pulso clave en las europeas en esta comunidad

Rajoy, entre Camacho y Cañete, ayer en Barcelona.Foto: atlas | Vídeo: Atlas | Q. G. (AFP)
Carlos E. Cué

En las elecciones europeas hay muchas batallas a la vez. La principal es la que libran PP y PSOE y que, si ganan los populares, dará mucho aire político a Mariano Rajoy. Pero hay otras guerras parciales, en varias comunidades, que los partidos siguen con mucho interés. Y la más importante de todas es Cataluña. Son los primeros comicios en esta comunidad después de la apuesta soberanista definitiva de Artur Mas, con fecha y pregunta para la consulta del 9 de noviembre. Los soberanistas confían en que los resultados, pese a la baja participación prevista —en Cataluña siempre mucho más baja que la media—, avalen esa apuesta. Y tanto el PP como el PSOE, en especial el Gobierno de Rajoy, confían en que un mal resultado de CiU y si es superada por primera vez por ERC, pueda provocar algún movimiento en la federación.

En este contexto, y con un temor muy extendido en el PP a un mal resultado por el ascenso de Ciudadanos, que podría desplazar incluso a los populares, el presidente del Gobierno entró de lleno este sábado en la campaña catalana con un mitin en Barcelona en el que hizo un último llamamiento a los catalanes moderados para que sean conscientes de que si apoyan a partidos soberanistas corren el riesgo de apostar por una Cataluña fuera de la Unión Europea. Es el argumento que más daño hace a CiU, según analizan en el PP, y el que más utiliza el Ejecutivo, sobre todo el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo. Y Rajoy volvió a él al pedir el voto “por una Cataluña unida española y Europea y no fuera del mundo y aislada”. “No se puede ir a Europa con el insensato horizonte de salirse de ella”, insistió para reclamar a los catalanes que no voten a CiU o ERC.

Cañete no rectifica

El candidato popular, Miguel Arias Cañete, reapareció este sábado en Barcelona tras la jornada más difícil de su campaña, protagonizada por su frase sobre el machismo. Arias Cañete parece decidido a seguir la estrategia habitual del PP: esperar a que pase el temporal. El candidato, que se niega a rectificar pese a que algunos se lo han planteado, no dijo una palabra del asunto. Tampoco Rajoy. Ni siquiera Alicia Sánchez Camacho, que le defendió como "el mejor candidato". Solo la valenciana Rita Barberá, que no estaba en el mitin, admitió que fueron unas declaraciones "desafortunadas". Arias, tocado, trató de recuperar imagen con su estilo popular, atacando sin cuartel al PSOE. "Así tenías que haber estado en el debate", gritó un señor en el público. El PP asume que Cañete, muy envarado, hizo un mal papel en el debate cara a cara en TVE.

Pero el presidente y la cúpula del PP no están solo preocupados por CiU, también por su propio partido. A Rajoy le inquieta que el mensaje que pueda salir de las catalanas sea el de un PP muy débil en una comunidad clave que supone el principal problema político que tiene encima de la mesa y el que más le preocupa. Rajoy se concentró en lanzar un mensaje de resistencia a su partido, incluso pidió a los militantes que aguanten al margen del apoyo que reciban: “Hay mucha gente que vive más tranquila solo por el hecho de que existe el PP de Cataluña y solo por una voz distinta en un territorio que es plural. No sois nacionalistas, sois catalanes, simplemente eso. Representáis a mucha gente, a la que os vota y otra que no os vota, pero que tendrían mucha inquietud si viera que os calláis. Representáis al mayor partido de España”, insistió como mensaje de ánimo. “Este partido ha sabido permanecer siempre como una roca a pesar de los pesares defendiendo las mismas cosas. Ser nacionalista no es una obligación, vosotros defendéis lo que Cataluña ha sido desde hace muchos siglos. No inventáis la historia, ni pretendéis que todos piensen como vosotros. Sois la garantía del futuro y de que en Cataluña no pasara nada que luego haya que lamentar”, le dijo a los casi 2.000 militantes para rematar descartando que se pueda producir la consulta soberanista.

Mientras, toda la campaña catalana está dominada por el debate soberanista. Desde CiU confían en no perder las europeas con ERC y sobre todo se molestan mucho al escuchar la tesis del Gobierno de que un mal resultado podría alterar sus planes soberanistas. Fuentes de su dirección aseguran que la apuesta de Mas por la consulta es definitiva, no está sujeta a resultados electorales, y por tanto ningún mal dato en las europeas cambiará las cosas. En el Ejecutivo también admiten que es muy improbable un giro dentro de CiU porque Mas y sobre todo su entorno, el llamado “pinyol” (piñón), controlan el partido y están absolutamente decididos a seguir adelante.

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