Del Recuerdo al cielo

Susurros. Lágrimas. 191 nombres leídos en voz alta. Uno por cada asesinado el 11-M. "Miguel Antonio Serrano Lastra... Domingo Simón González.... Inés Bedoya...". Y Margaritas blancas que, colocadas en los cipreses durante la ofrenda floral, han fortalecido este martes la memoria de las víctimas. En el décimo aniversario del atentado, el Bosque del Recuerdo —en el madrileño parque del Retiro— ha acogido el homenaje de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) a los fallecidos el 11 de marzo de 2004. Y Ángeles Pedraza, la presidenta del colectivo, ha querido distanciarse este mediodía de toda polémica: "No deseo que sea un día de reproches, de enfrentarnos. Hoy no. Hoy es para recordar a las víctimas. A partir de mañana seguiremos con nuestra lucha".

Más de 150 personas han escuchado en silencio estas palabras. Entre ellas, familiares de los asesinados. Como Jamila Benzala, madre de Sanaa Ben Salah, una niña de 13 años que viajaba en el cercanías que estalló en El Pozo. Su hija estudiaba segundo de ESO y vivía con su tía en Alcalá de Henares. "Esa mañana iba a la escuela. Pero perdió la vida", recuerda esta mujer de origen marroquí (Tánger), que reside en Madrid desde 1990, y que se cubre la cabeza con un fino velo negro. Antes de rememorar a su pequeña en el Retiro, ha acudido al funeral de la catedral de La Almudena.

Igual que los ministros Jorge Fernández Díaz y Alberto Ruiz Gallardón. Ambos, junto a una amplia representación de cargos públicos, se han desplazado al Bosque del Recuerdo, conocido también como De los Ausentes. "Quiero que nos ayudéis a pedir Justicia y a conseguirla. No nos dejen solas. No abandonen a las víctimas", les ha exigido Pedraza. Petición que ha oído la alcaldesa de la ciudad, Ana Botella; el presidente de la Comunidad, Ignacio González; y la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes. Y María Dolores de Cospedal (PP), Soraya Rodríguez (PSOE) y Rosa Díez (UPyD), allí presentes.

"Este tipo de actos ayuda a las víctimas, se sienten apoyadas por la sociedad. Aunque es cierto que sufren por el recuerdo", comenta la responsable del área de asistencia psicosocial de la AVT, Natalia Moreno, a los pies del escenario instalado por la organización. Porque minutos antes se evocaban a más fallecidos: "Juan Carlos Sanz.... David Santamaría...".

Y mientras sus nombres resonaban en El Retiro, pasadas las doce y media, las flores han ido perfilando en los cipreses —blanco sobre verde— la memoria de los ausentes. Todo bajo el sol de la capital, tan diferente de las gotas de agua que acompañaron a la multitudinaria manifestación del 12 de marzo de 2004; cuando se gritó para siempre aquello de "No está lloviendo, Madrid está llorando". Lo ha mencionado Pedraza, que ha sentenciado: "Estos homenajes son muy importantes para dignificar el recuerdo de las víctimas". A su derecha, mientras leía su discurso, le ha acompañado la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo (FVT), María del Mar Blanco; y, a su izquierda, la de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11M, Ángeles Domínguez. Ha faltado Pilar Manjón, de la Asociación 11M Afectados por el Terrorismo.

"Estoy aquí porque quería ayudar a las demás víctimas del terrorismo", explica Lourdes Rodao, de 49 años y viuda de Luis Conde de la Cruz, asesinado por ETA el 22 de septiembre de 2008 en Santoña (Cantabria). Ella, con melancólica sonrisa, sujeta dos grandes globos blancos. Espera que Pedraza termine su discurso y, entonces, los deja volar. Y otros 189 más también surcan los aires. Ahora, a las 12.22, ya se lee en el cielo: "Décimo aniversario. 11-M".