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Partidos por dos duros

Vox y Podemos emergen a la derecha e izquierda de las formaciones clásicas

María Fernández
Cartel electoral del Partido Pirata alemán Thuringia, en 2009.
Cartel electoral del Partido Pirata alemán Thuringia, en 2009.

Entran por sorpresa en la escena pública e intentan aprovechar el tirón en los medios. Son las formaciones emergentes, escisiones en la derecha y en la izquierda que esperan encontrar su espacio. Compiten con otros nuevos partidos de ideología más transversal, que hacen un guiño a los ciudadanos descontentos con el sistema. Un dato da pistas: desde las últimas elecciones europeas se han registrado en España 863 nuevas formaciones políticas hasta completar un censo de 4.089. Aunque solo un pequeño porcentaje presentará candidatos. 

La mayoría de los partidos emergentes prometen regeneración democrática y transparencia, empezando por su propia financiación, pírrica en comparación con la de formaciones consolidadas. “Un partido es una máquina de gastar dinero”, reflexiona el presidente de Vox, José Luis González de Quirós. La formación a la derecha del PP encabezada por la víctima de ETA José Antonio Ortega Lara y el exparlamentario vasco Santiago Abascal, es la que mejores expectativas económicas posee entre los nuevos partidos consultados pese a que no hay grandes empresarios entre sus miembros, la mayoría catedráticos y políticos procedentes de UCD y PP. “Ha sido relativamente fácil. Nuestro manifiesto nos posiciona claramente en contra de las subvenciones a los partidos. Quizá por ello en pocos días hemos conseguido 2.800 afiliaciones”. Vox marca llegar a las 10.000 [la cuota es de nueve euros] en 2014 para manejar un presupuesto de unos 90.000 euros al mes, un millón al año.

Convencido de que “la base de la corrupción está en la confusión maligna entre partidos y Estado”, González Quirós no excluye las donaciones de empresas. “4.000 donantes han contribuido con Vox, todos particulares, pero podían ser empresas, siempre dentro de lo que marca la ley. Porque al final lo que está detrás de las empresas son las personas”. No publicarán, como alguna que otra formación emergente, la identidad de los donantes. “Iría en contra de la Ley de Protección de Datos”. Admiten que han tenido más de un benefactor que ha contribuido con 2.000 o 3.000 euros pero siempre casos “puntuales”. Su ideario: un solo gobierno y un solo parlamento, el desmantelamiento del Estado de las Autonomías, la supresión del Tribunal Constitucional y el compromiso con la unidad de España que, en su opinión, el PP ha perdido. Hacen un llamamiento a los ciudadanos que quieran una "España unida en permanente progreso material y moral, y dotada del prestigio y la influencia que le corresponden en el mundo por su envergadura histórica, cultural y económica".

La estructura clásica de Vox tiene poco que ver con lo que podría coagular a la izquierda de la izquierda, más allá de IU. Podemos, la embrionaria formación cuya cabeza visible es el profesor de la Complutense y tertuliano Pablo Iglesias, aboga por derogar el artículo 135 de la Constitución que obliga a las administraciones públicas cumplir con los límites de déficit y estabilidad presupuestaria. “No queremos convertirnos en un partido más. La estructura de corrupción es repugnante. Los que nos gobiernan, multinacionales, bancos, no se presentan a las elecciones”. Sale de una comida donde cada miembro de la plataforma se paga su menú. Podemos organiza todo tipo de actos para conseguir financiación, como encuentros en bares o fiestas para discutir su estrategia. “No es lo ideal, pero tenemos que esforzarnos, hemos visto un local que cuesta 1.200 euros. Nos tocará reciclar mesas, conseguir ordenadores, buscar apoyo de mucha gente”. De todos menos de los bancos. “Respeto que otros lo hagan, a veces no queda más remedio, pero nosotros no vamos a pedir financiación”. Podemos ha mantenido conversaciones con Equo para coincidir en Bruselas, aunque por el momento no hay nada cerrado. Pablo Iglesias explica que los candidatos serán elegidos por cualquier persona, esté o no afiliada. Todo para hacer llegar a Bruselas un mensaje: “El sur tiene dignidad, no es una colonia subordinada a países del norte”. Su presupuesto: 25.000 euros.

La web ofrece otras alternativas. El Partido X, apoyado por Hervé Falciani, el ingeniero de sistemas italo-francés que aportó información de  130.000 evasores fiscales con cuentas en bancos suizos, financia todas sus actividades a través de crowdfunding (micromecenazgo) y publica en su web las facturas. “Como no tenemos una comunidad cerrada, en el sentido de la afiliación, cualquiera puede hacer aportaciones”. No han tenido donantes, pero aseguran que publicarán sus nombres cuando las aportaciones superen cierta cantidad. “Somos el principal partido en red. Nos basamos en el trabajo y la implicación, no solo en opinar, en la ética del doismo [hazlo, do it en inglés]”. No tienen líderes, ni primeros planos en su página web. Funcionan con una estructura horizontal, con 50 personas en dedicación completa y “nodos”, grupos de trabajo y apoyo. “Basta ya de creer en personajes, que sean los ciudadanos, queremos valorizar a la gente”, asegura una portavoz.

Escaños en Blanco, organizado a través de grupos provinciales, ha rebajado su cuota (de 60 euros anuales) a 20 euros para los estudiantes y parados. Aún así solo cuenta con un presupuesto de 6.400 euros para afrontar los próximos comicios europeos. En las últimas elecciones generales consiguió más de 100.000 sufragios gracias a un modelo que cosecha apoyo de descontentos a la derecha y la izquierda con un programa electoral de un solo punto: “Nuestros candidatos, si resultan elegidos, no adquirirán la condición plena de diputado”. Escaños en Blanco "no aceptará o solicitará subvenciones públicas ni percibirá el dinero que corresponde por la obtención de escaño".

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Otro de los emergentes, el Partido Pirata, forma parte del movimiento Pirata Internacional, centrado en la revisión de conceptos como propiedad intelectual o los derechos de autor. En España acaba de registrar en el Ministerio su unidad de Madrid y tiene sedes en varias provincias. Sin líderes, aboga por la democracia participativa: "Votar Pirata es votarte a ti mismo", dicen, y aseguran contar con unos pocos miles de euros para la campaña europea.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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