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Monago lleva su rebelión contra la ley del aborto al Parlamento extremeño

El partido de Monago pide "un proceso de diálogo y debate con otras fuerzas políticas"

Gallardón y Monago, en una imagen de archivo.
Gallardón y Monago, en una imagen de archivo.Chema Moya (EFE)

La oposición interna en el PP a la ley del aborto se afianza ya más allá de los versos sueltos y de las voces críticas, y este miércoles tomó cuerpo en el partido mayoritario la primera iniciativa estratégica contra el proyecto de Alberto Ruiz-Gallardón. Fue de la mano del presidente de Extremadura, José Antonio Monago, el barón rojode la formación, que la semana pasada recordó a puerta cerrada ante Mariano Rajoy y el ministro de Justicia que el programa electoral era ambiguo y que una reforma de estas características necesita mayor consenso y apoyo social.

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El jefe del Ejecutivo ordenó a los barones cerrar el debate público sobre el aborto, pero el PP de Monago fue incluso más allá y el Grupo Parlamentario Popular en el Parlamento de Extremadura registró una iniciativa firmada por el portavoz, Miguel Cantero Calvo, que insta al Gobierno a “abrir un proceso de diálogo y debate con otras fuerzas políticas que conduzca a una regulación de la interrupción forzada del embarazo mucho más consensuada, acorde con la sociedad plural y escolarizada de hoy, y en consonancia con la legislación de los países de nuestro entorno”. Para ello, pide paralizar la ley y “no avanzar en la tramitación de la norma antes de alcanzar consenso con otras formaciones”.

Varios dirigentes nacionales del PP dan por hecho que la reforma se mejorará a su paso por el Congreso de los Diputados, que en cualquier caso no comenzaría antes de primavera. El propio Alfonso Alonso ve “probable” que el texto se modifique. La dirección del grupo en la Cámara baja reconoce que se trata de un proyecto “polémico y difícil”, y que por tanto requiere mucho más diálogo del que se ha producido hasta ahora.

Pero Monago pone negro sobre blanco sus exigencias en relación con uno de los supuestos más conflictivos, el de la malformación. La propuesta de pronunciamiento registrada este miércoles y que se votará el 30 de enero, en el Parlamento de Extremadura reclama “la combinación racional de los plazos con la regulación específica de supuestos como las malformaciones, embarazos de menores o violaciones”.

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La iniciativa parte de la premisa de que “nadie puede negar a una mujer su derecho a ser madre, ni tampoco nadie puede obligarla a serlo”, como declaró el presidente extremeño en su discurso institucional de fin de año. El texto expone una filosofía que dista mucho del planteamiento del Ejecutivo: “El derecho a decidir de las mujeres no se puede enmarcar en un debate político, ético o sociológico que no complete como punto de partida irrenunciable la libre elección de las mujeres. La maternidad es un derecho fundamental cuyo ejercicio no puede ser objeto de imposición ni tampoco de anulación por parte de ningún estamento o instancia política, social o religiosa”.

No obstante, el PP de Monago, que se opuso en la Asamblea regional a dos iniciativas similares presentadas por PSOE e IU, tampoco respalda la ley aprobada en 2010 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y llega a comparar este proyecto a la norma aún vigente. Esta reforma, mantiene, “al no contar con el suficiente debate previo y el necesario consenso, puede correr la misma suerte que la ley aprobada en 2010; es decir, ser una ley efímera y de corto recorrido que volverá a ser modificada en cuanto se produzcan nuevas mayorías”.

La dirección nacional del PP está dispuesta a perdonarle casi todo a Monago, aunque muchos cargos le critiquen en privado por ceder ante las presiones de IU. Pero hoy la decisión del barón popular provocó, sobre todo, la indignación de las asociaciones antiabortistas. La organización +Vida le envió una carta en la que le recuerda que, cuando estaba en la oposición, tachó públicamente la ley Aído de “regulación aberrante”. El presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco, fue más allá al acusar a Monago de “cambiar vidas humanas por votos”, en referencia al apoyo de IU que desde 2011 permite al PP gobernar en Extremadura. La portavoz del PP en Extremadura, Francisca Rosa, insiste en cambio en que esta formación entiende que “no se debe aprobar la ley en estos términos sin un diálogo, un debate y un consenso previo”. Y, al margen de la intención de Monago de aprovechar la ola de la oposición a la reforma —que debilita el apoyo electoral del PP, según Metroscopia—, la grieta en la unidad del partido en esta cuestión ya se ha convertido en una brecha.

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