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El PNV descarta un frente ‘abertzale’ y el PSE aconseja “inteligencia” a Rajoy

La izquierda radical ve “anecdóticos” los gritos del sábado a favor de los presos

Urkullu, este lunes en la inauguración de un centro de salud en Vitoria.
Urkullu, este lunes en la inauguración de un centro de salud en Vitoria.L. RICO

El PNV hizo este lunes propósito de enmienda de su decisión “excepcional” de convocar junto a la mayoría abertzale una manifestación que deseaba blanca y que transcurrió bajo las habituales coordenadas radicales de apoyo a los presos de ETA y a la independencia. La “decepción” nacionalista por la palabra incumplida de Hasier Arraiz —el presidente de Sortu se comprometió a que no habría ni gritos ni símbolos— alcanza tal cota de indignación que toda posibilidad de un frente soberanista queda descartado, como admitió el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, tras la reunión semanal del EBB en San Sebastián. “Ahora toca buscar puntos en común entre todos los partidos”, subrayó.

Bajo este mismo argumento se posicionó este lunes el lehendakari, Iñigo Urkullu, en su página de Facebook, donde dejó escrito que “la responsabilidad” de su Gobierno es “trabajar por una visión compartida entre las distintas sensibilidades políticas y construir juntos la paz y convivencia”.

Ortuzar admite su “decepción” y pide nuevos pasos a ETA y al Gobierno central

Conscientes, claro, del profundo malestar del PNV, desde Sortu se apresuraron a minimizar el impacto de los gritos hasta el extremo de que su portavoz, Pernando Barrena, los consideró “anecdóticos”. De hecho, desde Eusko Alkartasuna (EA), su secretario general, Pello Urizar, aseguró que no estuvieron “planificados”, sino que fueron “la respuesta, quizás lógica”, desde “la impotencia o la rabia”.

Pero, en realidad, la izquierda abertzale no quiere perderse en el decorado de la manifestación, sino enfatizar con visión de futuro el calado político de su encuentro con los nacionalistas “para que no sea flor de un día”. Por eso Barrena no dudó en hablar del “inicio de una nueva etapa” para que el proceso de paz salga adelante, y enmarcó en Euskadi este debate de acción concertada sin recurrir al Gobierno Rajoy porque, dijo, “da la impresión de que Madrid tiene adoptada una posición de no posibilitar avances”.

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El objetivo evidente de la izquierda abertzale es atraer a su causa al PNV desde el fomento de un frente mayoritario, para cortocircuitar así la acción directa que los nacionalistas desean mantener con Rajoy. Urkullu ha fijado, de hecho, la consolidación de la paz como uno de los objetivos de su actual legislatura. De ahí que considere determinante una acción concertada con el presidente, a quien se lo planteará en su próxima reunión.

Precisamente la actitud del presidente del Gobierno central ha abonado el terreno para las críticas de los socialistas. El exconsejero de Interior del Gobierno vasco Rodolfo Ares apeló este lunes a “poner fin al despropósito de las últimas semanas”, en alusión a las detenciones de abogados de presos de ETA y a la manifestación suspendida, y para ello reclamó a Rajoy que actúe “con inteligencia y visión de Estado”. El dirigente socialista reclamó “no regalarle el éxito del final de ETA al mundo de EH Bildu” y reiteró su reproche al PNV por haber servido de “muleta” de la izquierda abertzale.

Desde la ejecutiva del PSOE, su vicesecretaria general, Elena Valenciano, advirtió, a su vez, al Gobierno central de que, dos años después del anuncio del fin de la violencia, no se puede “ni cuestionar la derrota de ETA ni fracturar la unidad en la lucha contra la banda terrorista”. Valenciano situó el escenario actual en “una segunda etapa” donde “ya no va a haber violencia de ETA, hay que conseguir su disolución, y para ello hay que trabajar como en la primera fase: todos juntos”, destacó.

El PP insiste en el “gravísimo error” del PNV y dice que así solo gana Sortu

A las críticas a Rajoy también se sumó ERC, muy favorable a la concentración de fuerzas soberanistas en Euskadi. Su portavoz adjunto en el Parlamento catalán, Oriol Amorós, lamentó que el Gobierno central “no hace nada para favorecer la paz en el País Vasco”, y mostró su desacuerdo con las últimas decisiones tomadas sobre la situación de Euskadi. Amorós consideró que “algo tan grave como detener abogados y prohibir manifestaciones” está “muy lejos de lo que necesita el proceso de paz”.

Desde el PP la respuesta se centra en incidir en el “gravísimo error” del PNV “al echarse en manos del brazo político de ETA”, como este lunes destacó el delegado del Gobierno, Carlos Urquijo, en un desayuno informativo, en el que aprovechó para felicitar a la Guardia Civil por las detenciones del denominado frente de las cárceles. “Siempre que [los nacionalistas] se han sentido amenazados desde el punto de vista electoral, han optado por echarse en brazos de quien ha estado respaldando el crimen, en vez de preferir la compañía de los demócratas”, añadió Urquijo, quien restó importancia a la multitudinaria respuesta a la manifestación del sábado: “En las últimas elecciones autonómicas, más que esas 110.000 personas tuvo de votos el PP”.

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