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Aznar medió con Blesa para que el banco comprara la colección del artista Rueda

Spottorno, director de la Fundación Caja Madrid en 2009, dijo que el precio era “disparatado” Blesa ofrecía 54 millones de euros

De izquierda a derecha, José Luis Rueda, el ministro de Política Comunitaria de Italia, José María Aznar y el alcalde de Roma, en la inauguración de una exposición de Gerardo Rueda en 2010, en Roma.
De izquierda a derecha, José Luis Rueda, el ministro de Política Comunitaria de Italia, José María Aznar y el alcalde de Roma, en la inauguración de una exposición de Gerardo Rueda en 2010, en Roma. DAVID MUDARRA (EFE)

El expresidente José María Aznar envió el 18 de septiembre de 2008 un correo electrónico a su amigo Miguel Blesa, al que había colocado algunos años antes al frente de Caja Madrid, en el que le contaba que José Luis Rueda, heredero del pintor y escultor Gerardo Rueda, ofrecía a la entidad financiera una parte de su colección de arte y otra parte en préstamo a cambio de 54 millones de euros. Rueda, fallecido en 1996, es considerado uno de los artistas españoles más importantes del siglo XX.

A partir de ese correo electrónico de Aznar, Blesa se afanó por hacer la operación a través de la Fundación Caja Madrid, pese a que la entidad financiera ya daba signos de grave debilidad.

El director de la Fundación Caja Madrid, Rafael Spottorno, hoy jefe de la Casa del Rey, no solo puso reparos a la valoración de la colección — “es un precio disparatado”—, sino que desaconsejó cerrar la operación por “inabordable”.

Durante las negociaciones, que se prolongaron durante meses, el precio de la adquisición se redujo de los 54 millones iniciales que pedía el heredero por un paquete de más de 200 obras (solo 20 de ellas de Gerardo Rueda y el resto de su colección privada de otros autores) a seis millones de euros (por 24 obras del artista). El proyecto se complicó por culpa del museo que debería albergar estas obras para su exposición.

Aznar también medió con el entonces alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, para que cediera un inmueble municipal como museo permanente de arte contemporáneo. Gallardón ofreció un edificio situado en el Paseo del Prado. Pero las necesarias obras de demolición del viejo inmueble y la construcción del nuevo museo disparaban el presupuesto por encima de los 100 millones de euros. En julio, Spottorno, al que Blesa pedía que siguiera con las gestiones, envió un correo al presidente de Caja Madrid en el que le contaba que había llevado el proyecto como una propuesta a la Comisión de la Fundación Caja Madrid y todos los vocales lo consideraron inviable. Blesa acabó renunciando.

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Lo que sigue es una reconstrucción cronológica de los correos electrónicos que prueban todas las negociaciones de este proyecto frustrado.

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