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Rajoy arranca la ofensiva del Partido Popular contra CiU

El presidente cambia el tono para denunciar que la Generalitat manipula y miente Montoro y Sánchez-Camacho pactan dejar el debate sobre financiación para 2014

Foto: reuters_live | Vídeo: ÁLVARO GARCÍA / ELPAÍS-LIVE

El presidente del Gobierno ya ha probado varias cosas para enfrentarse a la ofensiva independentista catalana. Primero hubo un ataque durísimo a Artur Mas, en plena campaña electoral. Después, llamadas al diálogo. Más tarde, un silencio de meses. Últimamente, reuniones secretas y negociación discreta. Nada funciona. En el Gobierno y el PP se ve cada vez más inevitable el choque de trenes. Así que los populares, conscientes de que la independencia está ganando en Cataluña la batalla dialéctica, han decidido pasar a la ofensiva, con una campaña informativa y la implicación de todo el PP para contrarrestar el discurso independentista del “España nos roba”. Y el presidente aprovechó ayer una intervención en el Senado para dar el pistoletazo de salida a ese nuevo discurso, con un tono muy duro en el que denunció las mentiras y la manipulación de los datos que en su opinión hace CiU y la Generalitat.

Rajoy fue subiendo el tono a medida que avanzaba el debate con el senador de CiU Josep Lluís Cleríes, con el que ya había tenido otros cruces en general bastante amables. Cleríes también utilizó palabras mucho más gruesas de lo que es habitual en él, un termómetro de que el ambiente entre el PP y CiU es de tensión creciente.

Rajoy: “Digan la verdad. La gente tiene derecho a no ser confundidos”

El senador catalán reprochaba al presidente del Gobierno la baja inversión pública en Cataluña fijada por los Presupuestos, en términos muy duros. “Nos quieren llevar a la desertización de las inversiones en Cataluña. Nos están llevando a un túnel sin salida. Les pedimos que nos dejen decidir nuestro futuro porque queremos vivir mejor. Los que fracturan son ustedes”, dijo mientras la bancada popular gritaba indignada. Cleríes ofreció algunos datos: la inversión en toda España disminuye un 8%, en Cataluña un 25%. “La patronal catalana dice que estos Presupuestos son una provocación”, le espetó.

Rajoy se molestó: “No es verdad lo que está diciendo, y además es injusto. La inversión baja sobre el año pasado porque hay obras que ya están hechas, como el AVE a la frontera francesa o la reforma del aeropuerto de Barcelona. Yo tengo que decir mi verdad. Y la digo aquí en sede parlamentaria porque la gente también tiene derecho a escuchar otras verdades distintas de las oficiales”, clamó en medio de un gran aplauso del PP. La campaña “derecho a saber”, un contrataque al “derecho a decidir” de los independentistas que ayer ultimaron en una reunión en la calle Génova la dirección nacional y la cúpula del PP catalán, parecía empezar en esa sesión de control.

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“Mayoría absoluta no quiere decir verdad absoluta”, contestó Cleríes. “Con estos Presupuestos nos quieren ignorar, pero por mucho que nos ignoren nosotros somos y seremos”, lanzó cada vez más indignado. “Mire, hay quien ni siquiera presenta Presupuestos, eso sí es una irresponsabilidad”, contestó Rajoy en un ataque directo a Artur Mas. “Hay en sus palabras prejuicios que no se basan en hecho objetivos. Decir que el Presupuesto maltrata a Cataluña no es verdad y es una profunda injusticia. Hemos hecho el corredor Mediterráneo y hay otras muchas obras en marcha. Separar y dividir a los catalanes entre sí y con el resto es mal asunto, y decir la verdad es un buen asunto. El primer derecho que tiene todo el mundo es a que se le diga la verdad, a no ser confundidos utilizando los prejuicios y los agravios. Yo no lo voy a hacer. Yo trabajaré con sensatez para que todos juntos superemos la crisis económica y continuemos en Europa. Si usted me quiere en el sentido común, yo voy a estar. Si no quiere, ese ya es su problema” cerró en tono muy duro que logró una ovación cerrada y larga de la bancada popular.

Poco después, en el Congreso, la tensión entre el PP y los independentistas siguió subiendo: “Abandonen toda esperanza; no va a haber secesión en España”, espetó Pedro Gómez de la Serna, diputado del PP, a ERC. “Ustedes llevan al agravio, a la crisis social y quién sabe si a la violencia, ¿Qué quieren para Cataluña?”, remató después de atacar al PNV.

Y mientras, el PP trata de arreglar sus problemas internos. Alicia Sánchez-Camacho se multiplica en reuniones internas y apariciones mediáticas para tratar de evitar que el rechazo frontal de los barones a su propuesta de reforma del sistema de financiación perjudique su imagen como interlocutora en Cataluña. Ayer se fue al ministerio de Hacienda, donde pactó con Cristóbal Montoro una entente. Ella sigue defendiendo su propuesta, y el Gobierno no la rechaza de plano —“es una iniciativa que respeta absolutamente la igualdad entre los españoles. La estudiaremos como otras propuestas y buscaremos un acuerdo”, dijo Montoro— pero a cambio se aparca. “Ahora no toca, no conviene, hablaremos de esto en 2014, cuando haya crecimiento y más dinero en las arcas públicas”, aseguró Montoro.

El ministro de Hacienda anunció además que las balanzas fiscales se publicarán antes de que finalice 2013. Esto es algo que reclaman los catalanes, pero seguramente será utilizado por el Gobierno como ariete en su nueva estrategia de contrataque. La primera prueba de fuego vendrá en la manifestación del 12 de octubre en Barcelona, sobre la que se debatió mucho en la reunión de estrategia entre la cúpula del PP catalán y la dirección nacional.

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