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Rajoy viaja a Kazajstán para apoyar a las grandes empresas de obra pública

El presidente también visitará Japón a solo tres semanas de la derrota olímpica frente a Tokio

Carlos E. Cué

Cada vez que se le pregunta por dónde saldrá España de la crisis, el presidente del Gobierno contesta lo mismo: las exportaciones serán la clave. Mariano Rajoy inicia hoy en Astaná, capital de Kazajistán, un viaje de cinco días que le llevará también a Japón en un intento por apoyar a las empresas españolas, sobre todo las especializadas en grandes obras públicas, que ven caer su negocio en España y cada vez lo buscan más fuera.

Precisamente la gran obra pública, lo que se ha hundido en España con el Gobierno de Rajoy y antes en los últimos años de Zapatero, es una de las grandes especialidades de las empresas españolas. Y el presidente viaja para cerrar contratos ya muy avanzados de estas grandes empresas. Kazajistán, un país desconocido para la mayoría de los españoles pero con unas enormes reservas de petróleo, gas, carbón, cobre, oro, zinc, cromo o silicio que están colocando su nombre en primer plano en el mapa de los negocios de todo el mundo. Baste como prueba el hecho de que Zapatero también visitó este país hace menos de dos años y Rajoy lo hace ahora.

Al presidente le acompañan los máximos responsables de grandes empresas españolas que se han instalado en el país, como Maxam, que lleva allí 10 años, compañía puntera de explosivos para obra civil o minería, una de las industrias clave del país, que supone el 5,4% del PIB. Otras, como Typsa, firmarán delante de Rajoy dos contratos para desarrollar el transporte de Astaná, la capital kazaja, y el metro ligero por valor de casi 48 millones de euros. Talgo también se ha instalado en Kazajistán –acaba de vender 21 trenes por 482 millones de euros- y España pretende entrar a fondo en las infraestructuras ferroviarias que se van a construir en este inmenso país (noveno del planeta) muy poco poblado -17 millones de habitantes- y que albergará una gran exposición universal en 2017. Rajoy cerrará estas negociaciones con el presidente Nursultan Nazarbayev, que ocupa ese puesto con un control férreo del país desde 1991, cuando Kazajistán se independizó de la URSS.

Rajoy y sobre todo algunos de sus ministros, en especial Luis de Guindos (Economía), José Manuel Soria (Industria) y Ana Pastor (Fomento) –que estuvo recientemente en Kazajistán- llevan meses recorriendo países como Kazajistán, con fondos soberanos muy potentes, y otros estados petroleros del Golfo Pérsico, la mayoría de ellos dictaduras o democracias muy autoritarias, a la búsqueda de dos objetivos. Por un lado, contratos para las grandes constructoras y empresas de obra civil española para las grandes infraestructuras en estos países. Por otro, la entrada del capital de estos fondos soberanos en grandes empresas españolas, especialmente energéticas o financieras, necesitadas de nuevos inversores.

A cambio, el Gobierno español ofrece buenas relaciones políticas con estos regímenes, la alta cualificación de las empresas españolas y seguridad jurídica para las inversiones. En el caso de Kazajistán, Amnistía Internacional ha pedido al Gobierno español que no permita la extradición de Aleksander Pavlov a este país. Amnistía cree que la orden de extradición cursada por las autoridades de Kazajistán responde a la vinculación de Pavlov con el líder opositor kazajo, Mukhtar Ablyazov, que huyó del país en 2009. En Kazajistán, Pavlov está acusado de terrorismo por participar presuntamente en un atentado frustrado por la policía, apropiación indebida y malversación de fondos. Sus abogados alegan que estas acusaciones son fabricadas y realmente tienen que ver con sus vínculos con el opositor político Mukhtar Ablyazov –era su chófer y hombre de confianza-. La sala segunda de la Audiencia Nacional estudia su extradición, que en principio ha sido autorizada, pero esta decisión ha sido recurrida. El Gobierno español tendrá en cualquier caso la última palabra, pero dados los grandes vínculos económicos entre España y Kazajistán es muy probable que la extradición se autorice.

Después, el martes, Rajoy viajará con la prensa española que le acompaña hasta Japón, donde también cerrará acuerdos comerciales, inaugurará eventos culturales españoles, se entrevistará con el emperador y el primer ministro y además visitará Fukushima, la ciudad donde están las centrales nucleares afectadas por el último tsunami. Rajoy será el primer dirigente occidental que acuda a Fukushima, un gesto de alto contenido político como apoyo a Japón. El presidente español llega allí solo tres semanas después de que Tokio haya arrebatado a Madrid la organización de los juegos olímpicos de 2020.

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El presidente, que en España prácticamente no ha comparecido con preguntas desde que se inició el curso político, se verá obligado a responder en este viaje a cuestiones domésticas. El presidente solo accede a preguntas cuando se ve obligado por las ruedas de prensa internacionales, muy limitadas. Por eso la prensa española se ve forzada a trasladar allí las cuestiones domésticas que en España el presidente no responde.

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