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Felipe González: “La independencia de Cataluña como objetivo es imposible”

El expresidente del Gobierno cree que "puede provocar una fractura política y social" Cebrián aboga por un pacto para reformar la Constitución y someterla a referéndum El presidente de PRISA cree “agotado” el modelo autonómico

Foto: reuters_live | Vídeo: EL PAÍS-LIVE | BERNARDO PÉREZ
Anabel Díez

“La independencia de Cataluña es imposible y galopar hacia un imposible puede provocar una fractura política y social que cueste 30 o 40 años solucionar”. Esta es la sentencia que ha dejado el expresidente del Gobierno Felipe González en el Foro de la Nueva Comunicación, en cuyo curso inaugural ha actuado como presentador del presidente del Grupo PRISA (empresa editora de EL PAÍS), Juan Luis Cebrián. El exmandatario ha dado solo unas pinceladas de carácter político y social porque hoy no era su día, según ha precisado.

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El invitado es Cebrián, que ha coincidido con González en que la independencia de Cataluña no es posible porque esta comunidad autónoma no tiene el poder para declararla, pero sí tiene otros que no son baladíes. No obstante, el camino debe ser la reforma de la Constitución, no solo para resolver el problema de Cataluña, aunque también para que pueda resolver su aspiración a un modelo de financiación diferente y a encontrar un mayor reconocimiento de su identidad . El cambio del texto constitucional –“para adaptar el modelo federal a todas las instituciones"- debe ser sometido a votación en referéndum después de las próximas elecciones legislativas, en principio previstas para dentro de dos años. Cataluña debe acomodarse a este calendario, según el dibujo que ha trazado el presidente de PRISA.

“El presidente del Gobierno debe convocar a las fuerzas políticas en un diálogo en el Parlamento y abordar la reforma de la Constitución en profundidad con la celebración de un referéndum después de las próximas elecciones legislativas”, ha precisado. No hay otro camino para Cebrián ante el “destrozo institucional” que se vive en España, que ha aflorado con “el destrozo económico” y aunque no estamos ante el “apocalipsis” porque el diagnóstico está claro, sí hay que moverse. “El presidente del Gobierno se equivoca si cree que con la mejora de la economía lo demás se resolverá”, ha sugerido el presidente de PRISA con todas las salas previstas por el Hotel Ritz llenas al completo y cubiertas desde hace días.

Foto: reuters_live | Vídeo: EL PAÍS LIFE

No está de acuerdo Cebrián –y asentía Felipe González– en la tendencia a realizar una revisión crítica y descalificadora de la transición política española, aunque es tiempo de cambio “si no se quiere poner en peligro todo lo conseguido”. El decálogo que publicó EL PAÍS en febrero de este año para salir de la crisis política sigue vigente y pendiente para Cebrián, del que entresacó la revisión y remozo del entramado institucional, en el que está la Jefatura del Estado. “El Rey lleva un año en el banquillo y no existe el estatuto del heredero”, ha recordado. “El Gobierno no se aviene a reconocer que hay que hacer una regulación, porque no es posible que la previsión de lo que ha de acontecer y lo que hay que hacer para preservar la continuidad de la institución dependa personalmente de quien ahora la encarna”. Un Estatuto de la Corona debe recoger todas las situaciones, postpuesto Gobierno tras Gobierno.

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Aunque la diagnosis de lo que ocurre es nítida no se pueden poner paños calientes y tildar de minoritarios o tangenciales situaciones que, según Cebrián, son “sistémicas” como la corrupción que afecta a ex presidentes autonómicos, exalcaldes, exministros. Además de los “mil cargos públicos imputados o condenados” hay situaciones lamentables como la del presidente del Tribunal Constitucional, que se aferra a la poltrona cuando ya ha perdido toda credibilidad y la extiende a la institución ya afectada del el Estatuto de Cataluña”. Se refiere Cebrián al mantenimiento en su puesto del presidente del Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos, que ocultó al ser examinado para el puesto su militancia en el Partido Popular.

Un cambio en la ley de partidos, en el sistema electoral, con listas abiertas, un Pacto Social por el empleo, la educación, la Sanidad y las Pensiones, forman parte de las reformas pendientes que propone Cebrián, así como la reforma de la Justicia y, por fin, “el cambio constitucional para adaptar el modelo federal en todas las instituciones”. Es un momento trascendente en el que hay que desterrar esas apreciaciones de “buenos y malos españoles” o “buenos y malos catalanes”. La iniciativa es del presidente del Gobierno pero los demás actores políticos, sindicales, sociales y empresariales deben colaborar. Así como ocurrió en la transición. “Juntos podemos”, ha concluido Cebrián, después de leer unos párrafos de Mariano José de Larra, el más “vitriólico” de los periodistas y escritores del siglo XIX, que cultivó la crítica social, en la que siempre emergía su preocupación por España. No obstante, Cebrián ha terminado con un “juntos podemos”.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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