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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Las tramas de Bárcenas

La trama Gürtel ya no es solo la trama Correa. El tesorero ya está de lleno en ella y en la cárcel

La trama Gürtel ya no es solo la trama Correa. Con todas las bendiciones inculpatorias del juez Pablo Ruz, a ella se suma ahora el nombre del más famoso de los extesoreros del PP y de España, Luis Bárcenas, desde este jueves nuevo inquilino de la cárcel de Soto.

Cuatro años y cuatro jueces han sido necesarios para disolver los témpanos que Bárcenas ha ido colocando a la instrucción judicial desde que, en febrero de 2009, trascendió su implicación en Gürtel en boca de su benefactor y compinche: “Yo, Paco Correa, he llevado a Bárcenas a Génova y a su casa más de 1.000 millones…Y sé cómo los saca de España”, soltó el jefe de Gürtel. En esa época, cada vez que EL PAÍS informaba de la evolución policial del caso, Bárcenas respondía con querellas y desmentidos que nada desmentían. Dos cosas le ponían sumamente nervioso: las alusiones a la colaboración de su esposa en los tejemanejes gurtelianos y, sobre todo, que se desvelaran sus viajes y apego por Suiza. Y es que hablar de él en Suiza era situarle al lado del nido de los 48 millones de euros. Ha hecho lo indecible por taparlo.

Una vez descubierto por Ruz su primer zulo (el de 22 millones en el Dresner Bank), el popular extesorero se aprendió bien la lección jurídica del “y ahora que me lo demuestren”. No ha sido fácil: conectar la caja b de Gürtel con los millones suizos ha costado una docena de ampliaciones de comisiones rogatorias y exhaustivos análisis policiales que finalmente han acreditado que al menos parte del dinero (supuestamente) procede de comisiones ilegales y no, como mendazmente sostenía Bárcenas, de su “buen hacer bursátil”.

Está incondicionalmente entre rejas por cuatro delitos fiscales (6,5 millones sin declarar), estafa procesal (se inventó ventas de obras de arte que se han desvelado falsas para engañar al juez); cohecho (hay apuntes en la contabilidad en b que le implican en el reparto de suculentas comisiones procedentes de adjudicaciones de grandes obras públicas de administraciones del PP) y por falsedad. En su penúltima declaración, el juez Ruz (que ya conocía lo de los 22 millones, que luego parieron otros 26), preguntó a Bárcenas por qué mintió a su antecesor el juez Antonio Pedreira cuando este le preguntó si tenía dinero en Suiza. “Porque entonces no se sabía”, contestó sin ruborizarse. Hasta este jueves, Bárcenas se mantuvo enfrascado en lograr su impunidad, pero no por la vía de la inocencia documentada, sino por la del defecto procesal sin documentar. En connivencia con otros implicados, su obsesión ahora es que se declare nula la instrucción. Y hasta debajo de las piedras está buscando supuestos testigos que le sostengan que las fiscales Anticorrupción Mirian Segura y Concepción Sabadell han hecho mal esto, lo otro y también lo de enmedio, y que Pedreira hizo o dejó de hacer tal cosa. También está convencido de que las escuchas de Garzón están contaminadas y que eso lo anula todo. Pero olvida que el Tribunal Superior de Madrid ya analizó las grabaciones y validó las que hay en la causa. Su sueño es emular la suerte de Rosendo Naseiro, que fue tan tesorero del PP como él y que se salió de rositas de un turbio asunto de financiación ilegal del partido de Valencia, allá por 1989, gracias a una resolución del Tribunal Supremo.

Desde la cárcel tendrá menos capacidad de maniobra y enredo, pero en su mente (y quizás también ocultos en algún desván o caja fuerte) puede esconder comprometidos papeles de la vida financiera del PP de los últimos 20 años. Parte de ellos fueron desvelados por EL PAÍS, pero, según fuentes de la investigación, “tiene más, y su ingreso en prisión le deja a un tic de aflorarlos”. Son papeles que, como los ya publicados, reflejan supuestos donativos ilegales de grandes empresarios y su distribución entre la cúpula del partido. El extesorero ha amagado más de una vez con sacarlos a la luz si no se le ayuda. “Aunque tiene pánico a algunos empresarios que dieron donaciones”, señalan fuentes de su entorno. “Parte del dinero suizo procede de donaciones superiores a las que él reflejó en las cuentas del PP. “¿Y si cantasen algunos empresarios? Entonces serían dos y no una las tramas de Bárcenas”.

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