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Mediciones de lluvia duplicadas

Cataluña, Galicia y País Vasco tienen servicios meteorológicos que crearon con el argumento de la parálisis estatal

La estación meteorológica de la Generalitat y al fondo la de Aemet en Sant Pau de Seguies (Girona).
La estación meteorológica de la Generalitat y al fondo la de Aemet en Sant Pau de Seguies (Girona). PERE DURAN

A las afueras de Sant Pau de Segúries (Girona), junto a la carretera, hay dos palos erguidos blancos con una casetilla debajo. Pueden parecer pararrayos pero son dos estaciones meteorológicas. Apenas están separadas unos 40 metros. Y las dos son públicas. Una es la que el Servicio Meteorológico de Cataluña (SMC) instaló en 1995 y la otra es de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) abrió en 2009, según explica Oriol Puig, director del organismo catalán. Este es uno de los ejemplos de duplicidad que Mariano Rajoy citó el pasado miércoles cuando habló de evitar gastos innecesarios en las administraciones.

Puig admite que hay duplicidades, pero culpa al Gobierno. “En 1997 comenzamos a instalar estaciones meteorológicas, y en muchos casos, como en Sant Pau de Segúries, Aemet llegó después. Que las retiren”. Puig tiene identificadas 11 estaciones con duplicidades que suponen “un coste mínimo inicial de entre 195.000 y 208.000 euros sin tener en cuenta todos los costes asociados a su mantenimiento”.

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El servicio catalán, que ya existió entre 1921 y 1939, fue recuperado en 1997 y ahora emplea a 70 personas con un presupuesto de 5,5 millones al año. El gigante Aemet emplea a 1.400 personas y tiene un presupuesto de 98,5 millones. Solo en la delegación de Cataluña tiene 64 personas, aunque entre sus tareas además del tiempo hay tareas aeronáuticas que no ejerce el servicio catalán.

Alejandro Lamas, portavoz de Aemet, defiende que solo debería existir un servicio meteorológico: “Incluso en los Estados federales está unificado, no solo por ahorrar costes, sino por tener un único sistema de avisos de emergencia y por representación internacional”.

No es solo Cataluña. En Galicia existe Meteogalicia desde 2000, que emplea a 25 personas. La Xunta explica que da servicios específicos como predicción para los municipios gallegos y específicas para las cofradías de pescadores... Tiene 149 estaciones propias, que incluyen boyas en el océano y detectores de rayos. El presidente autonómico, el popular Alberto Núñez Feijóo, declaró tras el anuncio de Rajoy que no había decidido qué pasará con Meteogalicia.

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El centro catalán alega que instaló estaciones antes que el nacional

Aunque inicialmente entre sus funciones no estaba la de dar avisos por fenómenos extremos, ahora lo hace. Y, como en Cataluña, no siempre coincide con los que da la Aemet. Fuentes que participaron en la creación de Meteogalicia explican que el contacto con Aemet ha sido mínimo por el recelo de la administración nacional: “Meteogalicia al menos responde al teléfono a todo el mundo y habla con la prensa, porque Aemet ni se pone”.

En el País Vasco, Euskalmet tiene un presupuesto de 2,5 millones al año y pertenece al departamento de Emergencias y Meteorología. Emplea a 40 personas y tiene 110 estaciones. “Por cada euro que gasta el Gobierno Vasco en este servicio público se recuperan miles de euros en lo que se refiere a la optimización de recursos y a la minimización de daños materiales. No es un capricho autonómico sino un instrumento imprescindible de gestión y, sobre todo, en el caso de las emergencias”, afirma por correo su responsable, José Antonio Aranda, que niega que dupliquen servicios con Aemet.

“Ni en los Estados federales hay varios sistemas de alerta”, responde

En todos los organismos autonómicos coinciden en criticar la lentitud y opacidad de la Aemet (que ha vuelto a cobrar por muchos de sus datos) como una de las causas para crear su propio sistema. “Aemet es un paquidermo. Nos cuesta que den datos a la universidad y nuestros boletines de avisos son más detallados que los suyos”, cuenta Puig.

Aunque el Gobierno aboga por suprimir servicios autonómicos, no será nada sencillo. La Constitución establece que es competencia exclusiva del Estado el “servicio meteorológico”. Pero los estatutos de autonomía establecen algo parecido para las comunidades. Y nadie nunca planteó una cuestión de inconstitucionalidad. “Tenemos una ley de Meteorología de 2001 que nunca ha sido recurrida al Constitucional y que establece que es una competencia autonómica”, explica el responsable catalán, quien insiste en que la solución para evitar duplicidades es que Aemet se retire de Cataluña o que, al menos, cierre las estaciones que ha abierto junto a las autonómicas.

Una fuente del sector explica que nadie quiso afrontar la discrepancia jurídica: “Ahora piden a los técnicos que nos pongamos de acuerdo, pero es un problema político”.

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