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Un exconsejero de Jordi Pujol admite que fue intermediario en un soborno para UM

Pujals trasmitió la exigencia de la dádiva de cuatro millones a su empresa Sacresa, que la pagó

Joan María Pujals, a su llegada al juicio.
Joan María Pujals, a su llegada al juicio.Isaac Buj (EFE)

Joan Maria Pujals, exconsejero de Enseñanza y Cultura de la Generalitat de Catalunya (1992 y 1999) en los Gobiernos de Jordi Pujol, reconoció este jueves en un juicio ante la Audiencia de Palma que fue el emisario de la exigencia del pago de una dádiva de cuatro millones para políticos de Unió Mallorquina. Ocurrió en 2006 y Pujals era intermediario de la inmobiliaria Sacresa, que abonó el cohecho.

El caso de corrupción radica la venta de un solar público en Palma por 30 millones de euros, en un concurso que fue amañado para que ganase la compañía que representaba Pujals. Es el caso Can Domenge, en el que la Fiscalía Anticorrupción pide penas de seis años de cárcel para los principales implicados, entre ellos, Maria Antònia Munar, exlíder de Unió Mallorquina (UM) y presidente del Consell de Mallorca durante tres legislaturas.

Joan Maria Pujals dijo que recibió y trasladó la petición del soborno que reclamaba la cúpula de UM a la empresa inmobiliaria que se quedó con el solar. El pago exigido fue abonado, en dos plazos, antes y después de la adjudicación, a un emisario de los políticos de UM del Consell. El cobro lo reconocen dos de los beneficiarios (Tomeu Vicens y Miquel Nadal) y el propio pagador, Román Sanahuja, el presidente de Sacresa.

Vicens, Nadal y Sanahuja son arrepentidos y han asumido, como imputados y en un pacto de la colaboración con la Fiscalía, los hechos delictivos narrados en la acusación. La cuarta protagonista de la trama, Maria Antònia Munar niega “rotundamente el reparto de comisiones. "Tomeu Vicens no me ha dado dinero ni para el partido ni para mí”. Vicens, por su parte, asegura que le entregó dos millones en su despacho oficial del Consell para UM y 450.00 para ella misma.

En su intervención en la vista pública Miquel Nadal -en un pacto explícito de protección mutua con Maria Antònia Munar- exculpó completamente a la líder y presidente del Consell de la trama manipulación del concurso de venta y de los cobros delictivos. En un anterior juicio Nadal cargó contra Munar de un episodio de corrupción, un relato de hechos que ayudó a condenarla a cinco años y medio de cárcel.

Por su parte, el expolítico de la Generalitat Joan Maria Pujals -testigo en el juicio- fue destapado como correveidile en la exigencia de la dádiva por el hijo del empresario Román Sanahuja, también llamado Román. A su vez Pujals, negó ser “el conseguidor” de Sacresa, como le definió inicialmente ante el instructor el presidente del grupo, Román Sanahuja.

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El exconsejero Pujals asumió que la exigencia del pago a UM “era un camino desafortunado” y dijo que la petición inicial del soborno se la transmitió el constructor Pedro Ferrá Tur de parte del político Miquel Nadal, de UM.

El exconsejero catalán dijo haber sentido “una gran sorpresa” al escuchar la petición de la que fue cooperador, pero “perdió el hilo” de los detalles. En la madeja de contactos y enlaces políticos Joan Maria Pujals contrató para Sacreras en Palma al despacho Fiol Abogados del que era consejero de Cultura del PP, Francisco Fiol, cuyo hermano Santiago Fiol está acusado. En su declaración, el constructor Pedro Ferrá -que se asoció a Sacresa- negó haber cobrado ni conocido pagos de comisiones.

"¿Es que habían montado una tienda de subastas para vender el proyecto (de venta del solar) al que dé más comisión?", preguntó el fiscal Pedro Horrach ante las respuestas evasivas de los cargos de UM.

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