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seguridad vial

Tráfico apuesta por imponer el uso del casco ciclista en las ciudades

La oposición rechaza en el Congreso la medida porque desincentiva el uso de la bicicleta

Patricia R. Blanco

El uso por ley del casco ciclista en ciudad ha sido este martes el protagonista casi absoluto de la presentación de la reforma del Reglamento General de Circulación en la Comisión de Seguridad Vial del Congreso. Ni los siempre polémicos aumentos y descensos de velocidad que la directora general de Tráfico, María Seguí, ha confirmado como algunas de las principales reformas del nuevo código han acaparado tanta atención, tiempo y detalle.

Seguí no ha dado un paso atrás en la obligatoriedad de que los ciclistas usen el casco cuando circulan en ciudad, por ser “la medida más efectiva” en la prevención y reducción de la gravedad de lesiones en caso de siniestro. “No tengo ninguna duda respecto a su efecto beneficioso, y ninguna organización ha negado la utilidad del casco en la prevención de accidentes” ha aseverado.

No obstante, ha reconocido las críticas que suscita la obligatoriedad de usar el casco entre los colectivos de usuarios de la bicicleta y en algunos Ayuntamientos. Al menos una veintena de Consistorios, incluidos Barcelona y Madrid, han rechazado la implantación del casco por ley, con el apoyo de todos los grupos municipales, incluido el PP.

Seguí ha tratado de buscar consenso y ha propuesto que el Congreso celebre una ponencia específica para debatir la medida antes de que se apruebe el nuevo reglamento de circulación. Todos los grupos parlamentarios han recogido el guante. Pero esa ponencia no significa que el texto pueda ser modificado. “Lo más importante es que prácticamente todo el mundo está de acuerdo con el reglamento propuesto en el 95%, el resto son matices y una oportunidad de reflexionar y de redirigir ciertas opiniones que pueden estar sesgadas en una dirección u otra”, se ha limitado a responder Seguí.

La subida a 130 por hora será “excepcional”

A pesar de la controversia que arrastran los cambios en los límites de velocidad, la directora general de Tráfico, María Seguí, apenas se ha extendido este martes para explicar las modificaciones que incluirá el nuevo Reglamento General de Circulación, que se aprobará una vez que se modifique la Ley de Seguridad Vial, lo que ocurrirá de forma “inminente”. Estos son los principales cambios en velocidad:

Seguí ha rebajado el aumento de 130 kilómetros por hora en vías de alta capacidad, que solo se aplicará de manera "excepcional y restringida" en carreteras con índices contrastados de seguridad y buenas condiciones de trazado y pavimentación, y siempre que las condiciones meteorológicas sean óptimas. Estos aumentos, que tendrán un carácter temporal, serán gestionados por Tráfico.

En las carreteras convencionales desaparecerá el límite máximo de 100 por hora. Según el borrador, las vías con una plataforma igual o superior a 6,5 metros de anchura tendrán un límite de 90 kilómetros por hora. En el resto, la velocidad máxima será de 70 kilómetros por hora cuando exista una marca longitudinal que separe los dos sentidos, y de 50 en el caso contrario.

En ciudad se reducirá la velocidad a 30 kilómetros por hora en las calles con un solo carril y sentido único o con un carril por sentido de circulación. En las calles con plataforma única de calzada y acera, el límite se reducirá a 20 por hora.

Sin embargo, ha sido rotunda cuando ha descrito como “incuestionables” los beneficios de esta medida de protección y la “evidencia científica” de su eficacia en la reducción de lesiones craneoencefálicas, que sufren el “17% de los ciclistas heridos”.

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La directora de Tráfico se ha esforzado en destacar todas las medidas que incluirá el nuevo código de circulación para “facilitar y mejorar la integración de los ciclistas”. Según el borrador, se reducirá la velocidad máxima en muchas calles urbanas a 20 y 30 kilómetros por hora, se permitirá que los ciclistas circulen por las aceras de más de tres metros de anchura, se flexibilizará la posición de los ciclistas en las vías urbanas con la posibilidad de circular en contradirección en algunos casos, podrán usar remolques de mercancías y personas, y se fomentará la visibilidad de los usuarios de las bicicletas con la utilización del alumbrado y de prendas reflectantes.

Sin embargo, ha sido el uso del casco el centro de la polémica. Aunque ningún grupo parlamentario ha cuestionado su eficacia, todos, menos el PP, han objetado de la conveniencia de implantarlo por ley. Jordi Jané, de CiU, ha tildado la medida de “precipitada” y ha propuesto campañas pedagógicas que conciencien sobre la necesidad de la utilización de esta medida de protección, mientras que el socialista Juan Carlos Corcuera ha recordado que la mayoría de los ciclistas mueren por un atropello, en el que el uso del casco no supone salvar la vida. Según Corcuera, obligar a los ciclistas a utilizar el casco en ciudad desincentivará el uso de la bicicleta.

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Este ha sido el principal argumento que han enarbolado las asociaciones ciclistas, que han emprendido una intensa campaña en contra de la medida que promueve la DGT. Este martes, el director técnico de la asociación ciclista ConBici, Manuel Martín, ha prevenido “del coste sanitario” que supondrá el descenso del número de usuarios de la bicicleta porque “mucha gente dejará de hacer ejercicio”. Ha insistido, además, en la baja mortalidad de los ciclistas: En 2011 murieron 49, de los que solo 12 perdieron la vida en ciudad.

Pero el nuevo reglamento también persigue ahorrar costes sanitarios con la implantación del casco, según ha defendido Seguí. La directora general de Tráfico ha recordado que, además de los fallecidos, en 2011 —el último año con cifras consolidadas— 304 ciclistas resultaron heridos graves en vías interurbanas —donde el casco es obligatorio— y 285 heridos en vías urbanas, y que hubo además 1.423 heridos leves en carretera y 2.878 en ciudad.

Asimismo, ha subrayado que las cifras de la DGT no demuestran la realidad de las víctimas ciclistas, porque existe “una infranotificación de los accidentes en los que hay bicicletas implicadas”, según demuestra el cruce de las cifras policiales y las hospitalarias.

Y el número de víctimas va al alza, ha asegurado, ya que en los últimos años se ha constatado el aumento de las cifras de ingresados hospitalarios por un accidente en bicicleta. Para contextualizar estos datos, la directora ha recordado que los desplazamientos en bicicleta —hay tres millones de usuarios diarios— suponen un 2% de los 48.000 millones de desplazamientos que realizan los españoles en un año, a pie o en cualquier vehículo.

A pesar de las críticas a implantar una norma que no existe “en ningún otro país europeo”, la máxima responsable de Tráfico ha recordado que el casco es una recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que ya se ha implantado en Nueva Zelanda, Israel, al menos dos Estados de Australia, 21 Estados de EE UU, Colombia y Finlandia.

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Sobre la firma

Patricia R. Blanco
Periodista de EL PAÍS desde 2007, trabaja en la sección de Internacional. Está especializada en desinformación y en mundo árabe y musulmán. Es licenciada en Periodismo con Premio Extraordinario de Licenciatura y máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid.

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