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El PP admite “complementos” en algunos casos pero defiende su legalidad

El partido defiende que Escudero y Nasarre han demostrado que las retribuciones son legales

Francesco Manetto

El PP considera que las declaraciones del diputado Eugenio Nasarre y del presidente del Senado, Pío García-Escudero, "confirman la legalidad de las retribuciones" del partido. Los populares admiten el pago de “complementos en concepto de gastos de representación" en algunos casos, pero también aseguran que se ajustan a la ley. Así lo manifiesta la dirección nacional en un comunicado emitido hoy, un día después de que estos dos cargos reconocieran ayer ante el juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, haber percibido sobresueldos de la formación durante cuatro años, unos pagos abonados a través de transferencia bancaria y con retención fiscal.

"Todos los dirigentes y empleados del PP reciben retribuciones en una nómina mensual a través de transferencia bancaria, perfectamente legal, y con sus correspondientes retenciones", insiste la nota, que detalla, como hizo el informe de la actual tesorera, Carmen Navarro, "tres diferentes sistemas de retribución de los cargos del partido entre los años 1995 y 2012".

Este sistema distingue "los que reciben su retribución íntegramente del partido y no reciben ninguna otra como consecuencia de su pertenencia a algún órgano del Estado". Esta categoría "tiene la consideración de empleados del partido con un salario ordinario con su correspondiente cotización a la Seguridad Social y retención IRPF".

El partido contempla también una categoría para "los que no tienen la consideración de empleados del partido pero que, como consecuencia de su dedicación a los órganos de gobierno y dirección, reciben un complemento que se abona en concepto de gastos de representación y tiene su correspondiente retención de IRPF". "Dichas cantidades", añade el PP, "están homologadas en función de la responsabilidad que desempeñan". Es este el caso, por ejemplo, de algunos diputados.

Así lo explicó el pasado 29 de abril el número tres de la formación, Carlos Floriano. “Los que son cargos públicos reciben una parte por cargo público y la otra parte por el partido”, aseguró en una comparecencia en la sede nacional del partido. Preguntado por la pauta utilizada para gestionar las compensaciones a sus cargos, Floriano trató de ceñirse al PP nacional: “En Génova no se cobran ni sobresueldos ni sobrenada. Se cobran sueldos”. “Sueldos”, enfatizó. “Esto es lo que hay. Sueldos”. El dirigente popular explicó a continuación en qué consiste el criterio del partido: “Los que son cargos públicos reciben una parte por cargo público y la otra parte por el partido. Los que no son cargos públicos, todo por el partido. Los que son cargos públicos del Congreso y del Senado, reciben por el Congreso y por el Senado y otra parte por el partido. Los que son diputados en la Asamblea de Madrid reciben la parte por la Asamblea de Madrid y la parte por el partido”. “Por tanto, no hay sobresueldos. Hay sueldos”, razonó.

El tercer sistema de retribución es para los cargos del partido que, "ejerciendo en la dirección, forman parte de un Gobierno". En este caso, asegura el PP, "no perciben retribuciones”.

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La dirección nacional, que siempre ha insistido en defender sus cuentas como "perfectamente legales y auditadas", vuelve hoy a hacerlo. "Las cuentas del partido son auditadas por el Tribunal de Cuentas y las conclusiones de dichos informes están publicadas en la página web del dicho tribunal. Finalmente, la contabilidad del partido, que aún no ha sido sometida a la auditoría del Tribunal de Cuentas, correspondiente a los años 2009, 2010 y 2011 está también publicada en la página web del partido. El Partido Popular defiende la transparencia con todas las consecuencias", señala el comunicado.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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