_
_
_
_
_

La Policía Judicial registra el domicilio de Antonia Munar y Miquel Nadal, de UM

Los agentes buscan dinero en efectivo en los domicilios de la expresidenta y el exvicepresidente del Consell de Mallorca

El exsecretario general de Unió Mallorquina (UM), el exdiputado Tomeu Vicens, ha destapado este lunes la caja de los truenos en los juzgados al cabo de tres años de estar en la cárcel. Vicens se ha arrepentido, ha dicho su verdad de lo que calló. Su confesión, pactada con la fiscalía, de un supuesto cobro de cuatro millones de euros en efectivo por parte de la cúpula de Unió Mallorquina en 2006, ha desencadenado este lunes sendos registros en las viviendas de la expresidenta de UM y del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar, y de su exmano derecha, el vicepresidente del Consell y exconsejero de Turismo Miquel Nadal.

Los investigadores, dirigidos por el Fiscal Pedro Horrach, han estado buscando supuestos fondos sucios ocultos, que alcanzarían los 600.000 euros, al menos, en cada casa. Dos millones se asignaron a Unió Mallorquina.

Tomeu Vicens, ante la perspectiva de ver a su mujer condenada y entre rejas por otras causas pendientes de juicios en las que él mismo podía ser reo de altas penas de cárcel, cambió de abogados y ha comenzado una lenta negociación con la fiscalía. Este lunes ha acudido ante el juez y ha concretado las condiciones del acuerdo que le reportará sustanciosos beneficios penales, por los atenuantes de la confesión, colaboración con la justicia y reparación del daño. Ya presentó ante la Audiencia de Palma un escrito concreto de hechos y una partida de dinero, unos 160.000 euros fruto del supuesto cohecho que él cobró.

Vicens, Munar y Nadal se enfrentan desde la primera semana de junio a un juicio por la venta manipulada desde el Consell de Mallorca del solar público a la inmobiliaria catalana Sacresa, de la familia de Roman Sanahuja de Can Domenge, por la mitad de los 60 millones que ofreció su competidor José Luis Núñez. Durante años la Fiscalía Anticorrupción buscó la pista del pago del cohecho del que tenían la certeza pero no la prueba del rastro del dinero. Un preso finalmente rompió el silencio.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_