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“La policía disparó a dar. He estado al borde de la muerte por un pelotazo”

Una jurista asegura que fue gravemente herida por los antidisturbios en una manifestación El Gobierno afirma que en ese acto solo hubo lesionados leves

Anabel Díez
Consolación Baudín de la Lastra, herida en una manifestación de mineros en julio de 2012, fotografiada en una calle de Madrid el pasado viernes.
Consolación Baudín de la Lastra, herida en una manifestación de mineros en julio de 2012, fotografiada en una calle de Madrid el pasado viernes.Uly Martín

“Me movió el instinto. Vi una escopeta y sabía que me iban a disparar y así fue. No fue un accidente. La policía tiró a dar. Yo he estado al borde de la muerte por un pelotazo de los antidisturbios”. Consolación Baudín de la Lastra, Chelo, nunca olvidará el 11 de julio del año pasado, cuando decidió ir al paseo de la Castellana de Madrid para aplaudir la marcha de los mineros, procedentes de León y Asturias, en plena reivindicación de ayudas para el sector de la minería del carbón. “Salí a aplaudirles. Ya de retirada, con grupos de personas que alzaban los brazos frente a la policía como muestra de rechazo a la violencia, vi una escopeta, me giré y sentí en el costado un impacto terrible, indescriptible, y perdí el conocimiento”, recuerda ahora.

A Chelo le contaron más tarde que unos manifestantes la trasladaron a un banco de la calle y llamaron al Samur. Después de sus primeros auxilios, fue trasladada al hospital de La Princesa de Madrid. No salió hasta 60 días después, el 11 de septiembre, tras pasar un mes y medio en la Unidad de Cuidados Intensivos en estado “muy grave”. El brutal impacto de una pelota de goma en el costado de esta mujer, sumamente delgada, hizo estragos. De entrada, le causó un neumotórax, con fractura de vértebras, que requirió ventilación mecánica durante 40 días y hubo que practicarle una traqueostomía.

Baudín sufrió un neumotórax a causa del impacto de una pelota de goma

Sin embargo, el caso de Chelo no consta en ningún sitio. Oficialmente no existe. El Ministerio del Interior sostiene de forma pertinaz que aquel 11 de julio de 2012 no hubo heridos graves en los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, ni le consta que hubiera algún lesionado por un pelotazo de los antidisturbios.

Pero esta mujer asegura que no va a cejar. La batalla está planteada en los tribunales y también en el Parlamento a través del diputado socialista Pedro Muñoz, portavoz del grupo socialista en la Comisión de Interior. “Quiero que se reconozca que se cometió un delito: ¿Qué peligro público representaba yo para que me dispararan?”, pregunta sin obtener aún respuesta.

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La marcha de los mineros terminó abruptamente esa mañana calurosa del 11 de julio de 2012. “Ocho detenidos y 76 heridos leves en las cargas policiales contra la marcha minera”, escribió EL PAÍS ese día. Fuentes de Interior aseguraron entonces que en la manifestación había “grupos antisistema” que trataron de derribar las vallas de protección del Ministerio de Industria, que era el lugar al que los mineros querían llegar.

Es verdad que hubo grupos violentos que se mezclaron con los miles de ciudadanos que acompañaron a los mineros, muchos de ellos con sus esposas y niños, y a su lado, profesores con camisetas verdes y activistas del 15-M. Entre estos, la jurista Chelo Baudín de la Lastra, que se declara “de izquierdas” y “pacífica, por supuesto”. Sus hermanos tardaron unas semanas en ir a los tribunales, conmocionados y con el alma en vilo por la delicada situación clínica de esta mujer de 54 años, viuda con un hijo veinteañero, sobre cuyo grave estado los médicos del hospital de La Princesa de Madrid no pusieron paños calientes. Las complicaciones en su organismo se encadenaron.

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Cuando esta mujer, que cree firmemente en el derecho de los ciudadanos a protestar ante “las injusticias y los atropellos”, se acercó a aplaudir a los mineros no pensó que su vida iba a correr riesgo. “Salí a manifestarme para mostrar mi simpatía hacia los mineros que llevaban muchos días de camino hacia Madrid”. No pertenece a ninguna organización sindical o política, pero sí declara abiertamente su cercanía a las posiciones socialistas. “Fui sola, aunque a otras protestas había ido con mi hijo y años antes con mi marido, que murió de un infarto hace cinco años con 50 años”, relata Baudín, cuyas formas denotan alto nivel cultural y buena posición social.

Llegó el momento de acudir a los tribunales y el caso recayó en el Juzgado de Instrucción número 29 de Madrid. “De lo actuado se desprende que los hechos investigados son constitutivos de infracción pernal, si bien no existen motivos suficientes para atribuir su perpetración a persona alguna determinada, a la vista del visionado de la grabación aportada por el letrado de la denunciante, no es posible identificar al funcionario del Cuerpo Nacional de Policía que presuntamente realizó el disparo que lesionó a la denunciante”. Por tanto, “se acuerda el sobreseimiento provisional y archivo de la presente causa”. Así lo acordó el juez el 23 de noviembre pasado y de inmediato Baudín presentó recurso, aún pendiente de resolución. “No voy a parar. En una democracia no se pueden dar instrucciones a la policía, si es que se dieron, para que disparen a ciudadanos porque se manifiesten sin la menor actitud agresiva”, señala Baudín. En la denuncia archivada, ella presentaba a varios testigos que vieron cómo un agente disparaba en dirección esta mujer, su caída, su desvanecimiento y la llegada del Samur.

Una vez que estuvo fuera de peligro, aunque ha estado muy delicada hasta el pasado enero, ni ella ni sus dos hermanos han cejado en denunciar su caso ante la justicia, el Defensor del Pueblo y el Parlamento.

La defensora del pueblo, Soledad Becerril, ha requerido información a la policía. Lo mismo ha hecho el portavoz socialista en la Comisión de Interior. Las dos respuestas que Pedro Muñoz ha recibido del Gobierno le han producido la máxima preocupación. “¿Qué información ofrece la policía de lo que ocurre en las manifestaciones?”, inquiere el socialista. Muñoz preguntó si Interior tenía identificadas a las personas heridas en esa manifestación, así como las actuaciones del Samur. Al Ejecutivo no le consta que hubiera ningún herido grave en esa manifestación de mineros.

Un agente dispara el día que resultó herida Baudín.
Un agente dispara el día que resultó herida Baudín.Bernardo Pérez

El pasado 21 de marzo, el Gobierno respondió por escrito al diputado: “No se tiene constancia de que los servicios del Samur utilizaran la Unidad de Soporte Vital Avanzado. Se desconoce si alguno de los manifestantes fue herido por el impacto de una pelota de goma, ya que este extremo no figura en los partes facultativos expedidos por los servicios médicos”.

Muñoz considera de “extrema gravedad” semejante respuesta, a la vista del parte médico del Samur en el que el sanitario da cuenta de las lesiones sufridas por Baudín de la Lastra.

El parte tiene fecha de 11 de julio de 2012, el día de la manifestación, a las 14,16, y el lugar del suceso es el paseo de las Castellana 224 de Madrid. “Paciente que procede de la manifestación”, refiere el parte escrito a mano, como es habitual en los sanitarios del Samur. Se describe a una mujer “delgada” que “recibe un bolazo en la espalda”. Antes de "bolazo" el sanitario había escrito “gomazo”, palabra que tacha para sustituirla por la citada. Señala que la paciente tiene “mucho dolor, refiere estar muriéndose por dentro” y que podría sufrir “fractura costal”.

Los sanitarios trasladaron a la herida al hospital de La Princesa, de donde tardó dos meses en salir. Eso contradice lo que afirma el Gobierno de que “no consta que se trasladara herido alguno con cuadro clínico grave al Hospital de La Princesa y, por tanto, que nadie haya permanecido dos meses en el citado hospital”.

El juez archivó la causa al no poder identificar al policía que le disparó

Consolación Baudín de las Lastra ingresó el 11 de julio por Urgencias. Pasados ocho días, el 19 de julio, se emitió un parte que refleja la gravedad de la paciente: “Traumatismo torácico con fracturas costales en hemitórax derecho, fracturas de apófisis transversas de vértebras lumbares, neumotórax…”. “Desde las primeras 24 horas de ingreso ha precisado intubación orotraqueal y ventilación mecánica... Presenta inestabilidad hemodinámica… La situación clínica de la paciente a día de hoy sigue siendo grave”.

Sin embargo, nada de esto ha ocurrido, según la versión gubernamental. El diputado Muñoz presentará esta semana otro bloque de preguntas sobre el caso concreto pero, también, en torno a la “información que se ofrece sobre lo que ocurre en las manifestaciones, sus consecuencias y el estado de los heridos”.

“Si la respuesta de Interior no es verdadera, entonces no se puede producir el control parlamentario”, explica Muñoz que hace de este caso una categoría por si hubiera vulneración de la obligación del Gobierno de responder a la oposición y de suministrar los datos que le soliciten.

Entre tanto, Chelo Baudín intenta volver a recuperar la normalidad, ahora, que “casi” ya se encuentra repuesta. En este año de protestas ella no ha estado en condiciones de salir a la calle a apoyar las causas que cree justas. Después de esa manifestación a favor de los mineros, hoy volverá a respaldar la marea blanca del personal sanitario. “Apoyo su causa”, explica, “para que la sanidad pública siga siendo como es ahora. ¿Cómo no les voy a apoyar si me han salvado la vida?”.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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