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la difícil situación del PP

El Gobierno y el PP se conjuran para blindar a Rajoy de las críticas internas

Varios barones del partido no respaldan los desmarques de Aguirre Gallardón: “Me ha dicho que apoya al presidente”

Ignacio González y Esperanza Aguirre, durante la conmemoración del Dos de Mayo. FOTO: CRISTÓBAL MANUEL / VÍDEO: ATLASFoto: atlas

Las críticas internas en el PP tienen un límite. Cuando se rebasa, se dispara una alarma y todos los dirigentes del partido se vuelcan, al menos públicamente, en una defensa cerrada del líder. El límite, en este caso, estaba muy claro: la gestión del Gobierno del aciago panorama económico y unas previsiones desalentadoras. Las críticas llegaron, una vez más, de la mano de Esperanza Aguirre, que instó a Mariano Rajoy a acometer un drástico recorte del gasto público. Y la reacción puso ayer de acuerdo a varios barones territoriales y miembros del Ejecutivo, después de que la inquietud y la incertidumbre recorrieran las filas del PP durante toda la semana.

Alberto Ruiz-Gallardón, Alicia Sánchez-Camacho, Alberto Núñez Feijóo y Esteban González Pons se emplearon en la defensa de las medidas adoptadas por el presidente del Gobierno y dibujaron un escenario de futuro menos pesimista. Ignacio González, sucesor de Aguirre al frente de la Comunidad de Madrid, trató de desvincularse de esas críticas, matizándolas y remitiéndolas al programa electoral del PP.

Las críticas de Aguirre han alcanzado a Rajoy en el peor momento desde que llegó a La Moncloa, según diversos dirigentes nacionales del PP. Fundamentalmente por cómo se ha digerido la noticia más dura de la legislatura del jueves pasado con los más de seis millones de parados. El jefe del Ejecutivo asumió ahí que terminará su mandato en 2015 con más paro del que se encontró en 2011 y que achacó a la herencia socialista.

La propia Aguirre aprovechó los actos conmemorativos del Dos de Mayo para lanzar un mensaje, en principio contradictorio. Rajoy, dijo, “no se equivoca en nada en absoluto”, para insistir acto seguido en señalarle el camino: más recortes del gasto público. “No solo las Administraciones sino las empresas públicas y cuestiones que no necesariamente deben prestar la Administración deben ser reducidas, privatizadas o suprimidas”, afirmó la presidenta del PP de Madrid, la joya de la corona hasta ahora del partido.

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Y lo que hicieron ayer desde el PP fue rebajar e interpretar esas tesis, intentar adaptarlas a las del jefe del Ejecutivo y vislumbrar una salida del atolladero económico. “Me ha dicho que apoya al Gobierno de la nación, apoya las políticas que estamos haciendo y que apoya, naturalmente, a Mariano Rajoy”, aseguró el ministro de Justicia, eterno contrapunto de Aguirre. Gallardón se mostró además convencido de que “los ciudadanos españoles valorarán el extraordinario esfuerzo y los resultados” de la política económica del Gobierno dentro de dos años, en su cita con las urnas.

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Pero el intento de apagar el fuego de las críticas internas llegó más lejos. El presidente de la Xunta de Galicia se escudó de nuevo en la herencia recibida de José Luis Rodríguez Zapatero para apoyar a Rajoy. “La diferencia entre la España real y el programa electoral del PP”, señaló, “son los 90.000 millones de euros” de “déficit oculto” que encontró el popular al llegar a La Moncloa. Por esta razón, cree Feijóo, le llevará “algún tiempo más de lo previsto” corregirlo, informa Europa Press.

La líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, también puso el acento en la política nacional para trasladar su respaldo al jefe del Ejecutivo y la confianza en sus recetas para salir de la crisis. “Rajoy evitó el rescate de España”, recordó durante un acto celebrado en Mataró y antes de minimizar las palabras de Aguirre solo como la opinión de “una voz propia” y no de todos los barones del partido.

Lo cierto es que dentro del PP Aguirre representa, indirectamente, a un sector más crítico con Rajoy y con la dirección nacional no solo por reclamarle una reforma urgente de la Administración pública. La expresidenta madrileña fue una de las primeras en exigir iniciativa al jefe del Ejecutivo cuando estalló el caso Bárcenas, pidió un ejercicio de transparencia y estuvo a punto de hacer públicas sus críticas a la cúpula por la estrategia elegida en la gestión del escándalo que afecta al extesorero.

Precisamente con el objetivo de apaciguar esas posturas y aplacar la inquietud de los barones que cundió especialmente tras el Consejo de Ministros del pasado viernes, Rajoy convocó al Comité Ejecutivo Nacional para este próximo lunes, dos días antes de explicar en el Congreso de los Diputados las previsiones y el plan nacional de reformas.

La dirección nacional también trata de lanzar mensajes de tranquilidad interna. El vicesecretario de Estudios y Programas, Esteban González Pons, aseguró ayer, a propósito de la reforma de la Administración Pública que reclama Aguirre, que el PP mantiene su “idea original” y que la llevará a cabo a lo largo de la legislatura. “Todo el PP”, afirmó Pons, cree necesario reformar la Administración. De hecho, hace ya un año, cuando se empezaba a valorar el efecto de estas medidas, fuentes populares vaticinaban que esta reforma sería especialmente “dolorosa” en relación con la destrucción de empleos públicos,

Pons recordó ayer a este respecto que en 2012 el Gobierno ya recortó 370.000 empleos en la Administración y que los ministerios redujeron un 20% sus presupuestos, y así lo destacó la dirección del partido en un argumentario difundido entre los dirigentes para fijar criterio. “Ambas medidas son recortes considerables”, valoró Pons en una entrevista radiofónica, antes de añadir que el Gobierno ha creado un grupo de trabajo que estudia el ahorro de otros 8.000 millones en gasto de la Administración en 2014 y 2015

La expresidenta de la Comunidad de Madrid, en cambio, demostró ayer que es mucho más que un verso suelto en el PP, donde cuenta con una notable cohorte procedente del sector liberal y de la derecha mediática. “Me gusta navegar en viento contrario”, resumió ayer la ex presidenta de la Comunidad con su eterna vocación de voz crítica. “Eso estaba en nuestro programa, en el espíritu con el que nos presentamos a las elecciones generales de 2011”, agregó la dirigente popular. Y, a falta de que Aguirre detalle su plan, el PP nacional asegura que esa promesa se cumplirá a lo largo de la legislatura.

Ignacio González trató de mostrarse conciliador entre todas las partes para capear el enésimo amago de crisis con la dirección nacional del PP a cuenta de unas palabras de la expresidenta. El sucesor de Aguirre en la Comunidad también aseveró que la dirigente madrileña irá “desarrollando” estas ideas en los “próximos días”. Fuentes de la Comunidad y del PP de Madrid descartaron, sin embargo, que vayan a respaldarlas, y dejan abierta la posibilidad de que Aguirre exponga a título individual y ante Mariano Rajoy, en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del lunes, su petición de “reforma radical y sin precedentes de la Administración pública”.

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