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Merkel desaira la petición de Rajoy

El español le reclamó políticas expansivas, ella le dice que exporte más a América Margallo reaviva las relaciones con Venezuela y el Rey manda ánimos a Chávez

El presidente Mariano Rajoy saluda a la canciller Angela Merkel en el posado oficial de la cumbre América Latina y Caribe-Unión Europea. Foto: Diego Crespo | Vídeo: AtlasFoto: atlas
CARLOS E. CUÉ (ENVIADO ESPECIAL)

Mariano Rajoy llegó al Gobierno en 2011 con la imagen de gran aliado de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy. El segundo cayó en el camino, y la distancia con la primera, la mujer más poderosa de Europa, aumenta cada mes y ya apenas se disimula. Pero lo que nunca había pasado hasta ayer es que la canciller responda directamente al presidente español, a través de la prensa, y además con un claro desaire de fondo aun con formas elegantes.

Rajoy, que ha olvidado la cautela con Merkel del principio de su mandato, se había animado el día anterior, en una rueda de prensa con Sebastián Piñera, el presidente chileno, a lanzar un mensaje muy claro a la canciller, en el que reclamaba que Alemania promueva “medidas expansivas” para tirar de la economía de la UE, que en 2012 cayó un 0,3%. Y ella, en el mismo formato —con Piñera al lado— pero al día siguiente, le contestó que Alemania ya está haciendo lo que tiene que hacer y España debería dedicarse a ser más competitiva y exportar más a América Latina. Ambos están en Chile para participar en la cumbre América Latina y Caribe-Unión Europea.

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Preguntada por un periodista alemán expresamente por las palabras de Rajoy, Merkel fue clara: “En Alemania intentamos contribuir de la manera como lo dijo mi homólogo español, en el sentido de incrementar el consumo interno y bajar la carga impositiva a la población para que aumente su consumo y de esta manera elevar también las importaciones de Alemania y que esto pueda ayudar a otros países. Pero tengo que decir que la política expansiva también incluye que todos los países europeos tengan productos competitivos para vender en esos mercados internacionales”, dijo Merkel, que recomendó a países como España y Portugal que aprovechen sus “ventajas competitivas” para exportar más a América Latina. Merkel remató con un mensaje de clara respuesta a Rajoy:

“Nosotros en Alemania pensamos que ya estamos haciendo nuestra aportación a una moneda económica robusta”.

“Algunos países europeos vivieron por encima de sus posibilidades”, remató Piñera, a su lado, para apoyar las tesis de la canciller de que los países del sur de Europa tienen que seguir con los recortes y las reformas para ser más competitivos.

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La tensión entre Merkel y Rajoy es cada vez más evidente. Aún así, la relación entre sus gabinetes es intensa. El de Rajoy buscaba ayer un encuentro con Merkel en Chile que podría producirse hoy. El presidente viajará el 4 de febrero a Berlín para una reunión bilateral en la que podrán discutir estas discrepancias.

El interés del viaje de Rajoy, en cualquier caso, no está en ver a Merkel y menos en polemizar con ella, sino en reforzar la política exterior española con América Latina. El presidente está especialmente interesado en la Alianza del Pacífico, que incluye a países que no están en la órbita de Hugo Chávez (México, Colombia, Perú y Chile). Pero también, obligado por la realidad, Rajoy está dejando a un lado los mensajes contra Chávez o Castro que lanzaba en la oposición. De hecho, José Manuel García-Margallo, ministro de Exteriores, se reunió ayer en Santiago con su homólogo venezolano, Elías Jaua, y hoy lo hará el cubano, Bruno Rodríguez. Margallo y Jaua pactaron “reanudar” las relaciones bilaterales, muy deterioradas en los últimos dos años. Margallo trasladó a Jaua un mensaje para Chávez del Rey y del propio Rajoy, que le desean una “pronta recuperación”. Venezuela es ya el mayor comprador de armamento español, además de otros intereses.

Rajoy ha tenido que hacer de tripas corazón con el gobierno de Raúl Castro —con el que ayer se saludó y charló unos minutos mientras Merkel hacía delante de las cámaras evidentes esfuerzos por esquivar al cubano— tras la delicadísima negociación para que entregara a España a Ángel Carromero, el dirigente de Nuevas Generaciones que conducía el coche en el que murió Osvaldo Payá. Incluso charló durante unos minutos con Cristina Fernández de Kirchner, con la que mantiene un conflicto por la nacionalización de YPF. Rajoy está ya así entregado a la real politik.

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