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LOS PLANES SOBERANISTAS DE EUSKADI Y CATALUÑA

Urkullu dejará solo a Mas en su plan identitario pese a la presión de Bildu

El PNV mantendrá su táctica de evitar “cualquier paralelismo” con Cataluña

El Presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el Presidente del EBB de EAJ-PNV y el del PNV, Iñigo Urkullu, el pasado septiembre en Barcelona.
El Presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el Presidente del EBB de EAJ-PNV y el del PNV, Iñigo Urkullu, el pasado septiembre en Barcelona.EL PAÍS

Euskadi no secundará, al menos en esta legislatura, el proyecto independentista de Artur Mas para Cataluña. El lehendakari, Iñigo Urkullu, no quiere exponerse al fiasco que supuso para el PNV la apuesta soberanista de Juan José Ibarretxe tras su palmaria derrota en el Congreso de los Diputados, en febrero de 2005, con 313 votos en contra y 29 a favor. En su estrenada agenda de gestión, el nuevo Gobierno vasco coloca como prioridad la situación económica, consciente, eso sí, de que deberá sortear permanentemente el exigente discurso identitario de EH Bildu, donde el derecho a decidir se sitúa como punto de partida.

“No tenemos ninguna carta guardada ni existe paralelismo alguno con Cataluña”. Este rotundo pronunciamiento de un portavoz de la Lehendakaritza despeja cualquier duda sobre la estrategia a medio plazo del PNV en su aspiración soberanista. En esencia supone una mera prolongación en el tiempo del pétreo argumento estructurado como mensaje electoral en las autonómicas del 22-O y que le dio excelente resultado para componer una imagen de un Urkullu gestor, lejos del discurso identitario que Artur Mas empezaba a abanderar tras la Diada.

En EH Bildu intuyen que “el PNV se siente incómodo con este tema y que elude hablar de Cataluña, pero tarde o temprano lo tendrá que hacer”, admitió a este periódico una de sus portavoces. “El PNV no podrá ser impermeable a lo que pase con la apuesta que ha hecho Mas o con lo que vaya a ocurrir en Escocia”, en referencia a la consulta sobre su soberanía, ya fijada para 2014.

“No hay nada que haya hecho cambiar la posición del Gobierno vasco, ni nos vamos a mover por las posturas que adopten EH Bildu o los socialistas”, reitera su portavoz. Pese a ello, la izquierda abertzale buscará “un principio de acuerdo que debe ser el reconocimiento del derecho a decidir como cuestión prepolítica que nos lleve en plazos a una apuesta por la independencia”, añade. Los nacionalistas no alterarán su ritmo. “En ningún caso la presión que podamos recibir nos va a cambiar el paso”, asegura el portavoz del Gobierno vasco antes de recordar que “el PNV ha fijado para 2015 el proyecto de nuevo estatus político”.

Esta propuesta de Urkullu, no obstante, deja indiferente a la izquierda radical porque entiende que “es insuficiente y no va más allá de una reforma estatutaria”, critican desde EH Bildu, coalición partidaria de alcanzar “el derecho a decidir por medio del sufragio universal de Euskal Herria”. Sin embargo, en el PNV trabajan con la idea de “procurar un acuerdo entre todos”. Y es ahí donde tomará cuerpo la posición que adopte el PSE-EE.

Desde el Gobierno nacionalista mantienen la teoría de que los socialistas podrían dejarse seducir de entrada por EH Bildu. Esta teoría se vería abonada por el reciente acuerdo presupuestario alcanzado entre ambas sensibilidades en las Juntas Generales de Gipuzkoa y al que se suma una corriente interna del PSE-EE favorable a buscar acuerdos de izquierda que borren la imagen del pacto político de Patxi López con el PP en la pasada legislatura. De manera oficial, los socialistas vascos sostienen que “aún es pronto para acuerdos estratégicos con EH Bildu, pero tampoco los consideramos tabú”.

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A la izquierda abertzale “no nos alegra”, reconoció una portavoz, la ponencia sobre el autogobierno que los socialistas vascos han ideado para su debate en el VII Congreso que celebrarán los próximos días 9 y 10 de febrero. “Es una posición institucional y cortoplacista, muy lejos de la ambición, y sería bueno que tanto el PSE como el PSN asumieran el derecho a decidir”, añade. A los nacionalistas tampoco les ha sorprendido: “Intuíamos esa posición de los socialistas”.

Con todo, en los decisivos sectores de Bizkaia del PNV y del PSE-EE se augura un entendimiento “no muy lejano” entre ambos partidos, primero en cuestiones presupuestarias y, después, en el marco competencial, admite un curtido dirigente nacionalista. “A ninguno de los dos les interesan las aventuras ni a Urkullu que es prudente ni a los socialistas que tienen sin decidir la cuestión territorial en Euskadi y en España”, dice para justificar su creencia.

De momento, habrá que esperar seis meses para la constitución, a instancias del PNV, de una ponencia en el Parlamento vasco sobre el autogobierno como marco de referencia. Pero EH Bildu no esperará tanto tiempo para adecuar un entorno que propicie un “acuerdo político donde participen fuerzas políticas y sociales”. Incluso, está dispuesto a hacerlo en un marco territorial que supere el territorio autonómico vasco. “En Ipar Euskal Herria van mucho más adelantados y se han unido todo tipo de fuerzas sin exclusiones porque es el momento”, recuerda de manera crítica. Según sus previsiones, “urge un acuerdo inicial sobre el derecho a decidir”. A modo de ejemplo, desde la coalición soberanista se intuye que “al Gobierno vasco le va a tocar decidirse ante los inevitables recortes que Rajoy le va a imponer poco a poco y ante eso solo le caben dos opciones: obedecer o superar las imposiciones con acuerdos políticos suficientes”.

La marcha de los presos, otra discordia

J.M.G.

PNV y EH Bildu están, de momento, muy lejos de entenderse en la denominada causa vasca. Alejados de la apuesta soberanista en modos y tiempos, tampoco se ponen de acuerdo en armonizar una posición unitaria sobre la política penitenciaria que beneficie la situación de presos de ETA una vez alcanzada la paz en Euskadi.

En el entorno abertzale existe un profundo malestar por la negativa del PNV a secundar, como partido, la marcha a favor de los derechos de los presos de ETA que la asociación Herrira ha vuelto a convocar para el 12 de enero, en Bilbao, y que se prevé multitudinaria. Esta iniciativa viene recibiendo numerosas adhesiones dentro de los ámbitos políticos, sociales y culturales vascos.

Los nacionalistas, como ya ocurriera en la marcha de similar naturaleza organizada el pasado año, admiten que “la modificación de la política penitenciaria puede hacerse a través de la presión en la calle”, pero defienden el uso de “sus propias vías”, según el responsable del área institucional del EBB, Koldo Mediavilla.

Tras este anuncio, Herrira, el colectivo de apoyo a los presos de ETA, pidió al PNV que “no dificulte” la asistencia de sus afiliados a la manifestación. El pasado año, destacados miembros veteranos del PNV como Ramón Labayen o Iñaki Zarraoa secundaron la manifestación. Para Herrira, “la base social de la formación nacionalista no puede quedar fuera de una movilización, que pide el respeto a los derechos humanos y propone medidas concretas” que apoya el PNV.

Por si fuera poco, en la izquierda abertzale no olvidan la escasa atención que los nacionalistas dispensaron con absoluta intencionalidad a la segunda edición de la Conferencia de Paz de Aiete, donde se repasó el cumplimiento de los acuerdos alcanzados en vísperas de la tregua definitiva de ETA.

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