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Tomás Gómez se queda solo al pedir a Rubalcaba que “ceda el testigo”

Los barones aceptan que las primarias sean a partir de mediados de 2014 Ningún dirigente respaldó convocar ahora un congreso extraordinario

Alfredo Pérez Rubalcaba, a la izquierda, habla con José Antonio Griñán durante el Consejo Territorial del PSOE.
Alfredo Pérez Rubalcaba, a la izquierda, habla con José Antonio Griñán durante el Consejo Territorial del PSOE.ULY MARTÍN

Llevaba meses dejándolo caer con insinuaciones. Ayer lo dijo a la cara. Tomás Gómez, secretario general de los socialistas madrileños, pidió a Alfredo Pérez Rubalcaba que convoque un congreso extraordinario para que una persona “nueva” lo sustituya en el cargo de secretario general del PSOE. Lo hizo en la reunión a puerta cerrada del Consejo Territorial, en presencia de todos los barones del partido (salvo el vasco Patxi López, que no pudo acudir), y no sumó ni un solo apoyo, según contaron a este periódico varios de los asistentes. Rubalcaba despachó así el asunto en rueda de prensa: “Lo tomo como una reflexión del señor Gómez”.

Pero la intervención del madrileño —no hablando ya de primarias para elegir al candidato electoral de 2015, como hasta ahora, sino directamente de congreso extraordinario para cambiar de nuevo al secretario general— logró volver a poner el foco mediático de la reunión en el debate sobre el liderazgo interno, cuando la dirección trataba de cerrar ese frente para anunciar una nueva fase en su estrategia de oposición y la renovación del proyecto político.

Gómez lo había avisado al llegar al cónclave en la sede del partido, en la calle Ferraz de Madrid. “España necesita un PSOE fuerte para frenar la venta del Estado de bienestar. Quiero que los socialistas iniciemos hoy el cambio que necesita el PSOE”, dijo ante las cámaras. Tras asegurar que él siempre dice “las cosas claras” y “de frente”, anunció: “Esto es lo que voy a hacer hoy aquí”. Y lo hizo: según fuentes de su equipo, cuando le tocó hablar ante el Consejo Territorial pidió que Rubalcaba y su dirección sean “generosos” y “cedan el testigo” a “personas nuevas con ideas nuevas”. Estas fuentes confirmaron después que Gómez se refería efectivamente a un congreso extraordinario.

Había iniciado su intervención con un “desde la lealtad”, y Rubalcaba —según relató uno de los asistentes— le contestó: “Lealtad por lealtad”, para a continuación zanjar que no habrá congreso extraordinario. “Ha sido un momento muy tenso. El secretario general ha pedido opinión al resto de barones y todos los que han hablado han venido a decir que plantear eso ahora no viene a cuento”, afirmó otro dirigente. Según él, algunos miembros del consejo plantearon incluso a Gómez que no pusiera su iniciativa sobre la mesa como propuesta sino como “reflexión”, para no darle demasiada entidad ni dar lugar a una votación que pudiera alimentar el conflicto. Eso fue, una “reflexión”. Y así la calificó también Rubalcaba en la rueda de prensa posterior, añadiendo: “Después de su reflexión ha habido 18 reflexiones, todas contrarias a las del señor Gómez. Mi posición es la de ellos: todos se han expresado en sentido negativo”.

En realidad no fueron 18 los que se situaron contra Gómez, porque algunos no tomaron la palabra. Sí hay coincidencia en que nadie respaldó al madrileño. “Se ha quedado aislado. Plantear un congreso extraordinario a los 10 meses del anterior es una salida de tono”, apuntaba un barón. Mario Jiménez, número dos de José Antonio Griñán en la federación andaluza, la más poderosa, no respondió directamente a Gómez pero sí dijo que “no es momento de primarias ni de procesos orgánicos de ningún tipo”. “Yo me sigo sintiendo el secretario general de todos los socialistas”, remató Rubalcaba ante los periodistas.

El secretario general se encontró con la petición de Gómez justo cuando creía haber cerrado el debate sobre las primarias. Porque ayer él mismo esbozó un calendario: propuso al consejo que esas elecciones internas (que por primera vez serán abiertas a no militantes) se celebren entre las europeas de junio de 2014 y las municipales y autonómicas de mayo de 2015. Según todos los barones consultados, hubo consenso en esa horquilla de tiempo. Nadie pidió ya adelantarlas a 2013. Preguntado más tarde por si él se presentará a las primarias, Rubalcaba contestó: “Dios dirá. Haré lo que sea más útil para mi partido”.

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El PSOE ‘trocea’ su conferencia política

Las tres conferencias sectoriales que el PSOE iba a celebrar a lo largo de 2013 —una política, para alumbrar un nuevo modelo territorial e ideológico; otra económica, con la propuesta de reforma fiscal; y otra orgánica, para decidir, entre otras cosas, cómo serán las primarias abiertas— se concentrarán en una sola en octubre de 2013. Antes de eso, casi cada mes entre enero y junio, los socialistas irán convocando minicumbres temáticas, en lugares distintos, de manera “ininterrumpida”, para culminar en esa Conferencia Política de octubre. Y en verano fijarán las bases de su modelo territorial. Los socialistas tendrán así ocupado todo el año lanzando propuestas a la sociedad, aunque, por otro lado, renuncian a celebrar de forma individualizada la Conferencia de Organización que era un mandato del último congreso federal.

Este nuevo calendario lo anunciaron ayer Javier Fernández, presidente de Asturias y del Consejo Territorial del PSOE, y el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, que dio así por iniciada “la hora de las reformas profundas”. La fundamental, la de la Constitución, que los socialistas querrían reformar en tres ámbitos: para incluir la sanidad como derecho; para “mejorar el Estado autonómico en sentido federal”; y para introducir cambios en “el funcionamiento de los partidos y el régimen electoral”.

En verano, el PSOE celebrará un Consejo Territorial que aspira a ser un “Santillana II”, dijo Rubalcaba, en referencia al cónclave que en 2003 celebró el partido en Santillana del Mar para articular su propuesta de reforma territorial (hoy ya superada). El nuevo modelo territorial, que elaborará una comisión coordinada por el presidente andaluz, José Antonio Griñán, propondrá, entre otros, cambios en “el reparto de competencias y el sistema de financiación”. En la cita de ayer no hubo debate sobre la posición del PSC y su defensa del “derecho a decidir” de los catalanes y de las “soberanías compartidas” entre Cataluña y el resto de España. “No hemos entrado en esos detalles”, dijo Rubalcaba.

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